El CIS, antesala de Andalucía

Código rojo en Moncloa: Feijóo da con la tecla económica y Díaz no retiene votos

El PP estabiliza su ascenso tras el cambio de líder y erosiona al Gobierno en el terreno económico. La izquierda está desmovilizada y Unidas Podemos paga la división en vísperas del proceso de escucha.

Pedro Sánchez
Pedro Sánchez, durante un acto del PSOE
Europa Press

Los datos demoscópicos que manejaba Moncloa hasta hace unas horas no eran buenos y el CIS los ha confirmado. El barómetro oficial de mayo muestra una situación política que ha puesto en preaviso al Gobierno. No es un drama, pero sí hay preocupación por varios motivos. Por resumir: el PSOE está estabilizado en una base que ronda el 20% en intención directa de voto; el PP de Alberto Núñez Feijóo alcanza máximos y empieza a asentarse en una cifra similar; Vox es la gran incógnita, a la espera de Andalucía; y, lo que más preocupa en el socialismo, Unidas Podemos paga la división y no remonta, aunque Yolanda Díaz no ha concretado sus planes. Es un momento de código rojo.

Tres datos del CIS en los que hay que fijarse. La citada intención directa de voto. Dejar a un lado la llamada "cocina". Hay un empate técnico entre PSOE y PP en este momento. Esta situación no se daba desde hace un año. Casado llegó a alcanzar a Sánchez; las alarmas se encendieron entonces y el presidente procedió semanas más tarde a una profunda crisis de Gobierno que acabó con la trayectoria en el Gobierno de Carmen Calvo, José Luis Ábalos e Iván Redondo, entre otros. Segundo aspecto: la fidelidad de voto. Hay signos preocupantes para la izquierda en este sentido. Y tercer aspecto: las transferencias de voto; el PP empieza a morder al PSOE.

En el CIS, tomando sus datos en bruto, se observa una desmovilización "preocupante", para las fuentes consultadas, en la izquierda. El PSOE retendría en este momento el 68% de los votantes de 2019. Más seria aún es la fuga en Unidas Podemos, donde apenas el 53% de sus electores volverían a votarles. Uno de cada dos votos morados se ha perdido a día de hoy. En el socialismo esperan que el inicio del proceso de escucha que va a liderar Yolanda Díaz tras las elecciones en Andalucía haga "remontar" al espacio confederal. Sin UP, o como acabe llamándose la marca final, Sánchez no podría revalidar su mandato. Él mismo lo dijo, refiriéndose a los dos bloques enfrentados, la izquierda y la derecha. En UP también ven con preocupación que Yolanda Díaz, pese a que ya es claro que va a dar un paso para "sumar", no logre retener votantes. La división se está pagando.

En el PP, sin embargo, evidenciaban este jueves cierta sensación de caminar por el camino correcto. Moncloa está poniendo "cebos" al renovado partido y espera que tras el 19-J se renueve por fin el CGPJ. Pero en Génova tienen sensaciones diferentes y concluyen, por tanto, que el discurso centrado en la economía está dando sus frutos. Así lo refleja el CIS. Casado no había alcanzado el 20% en intención de voto en el último año. El momento, por tanto, es dulce y van a seguir insistiendo en su plan fiscal, en deflactar la tarifa del IRPF y en bajar determinadas tasas. El documento de Feijóo sigue plenamente vigente, expuso ayer la secretaria general, Cuca Gamarra. En Moncloa siguen diciendo 'no' a negociar esas propuestas. 

Sánchez, por su parte, está sufriendo en el terreno económico. La inflación está desmontando cualquier dato positivo y el Gobierno no es capaz de vender los hitos, como el récord de 20 millones de afiliados a la Seguridad Social o el tope del gas, una medida que contribuirá a reducir la factura de la luz un tercio de forma inmediata una vez que la Comisión Europea dé el visto bueno final al mecanismo. Y todo ello está provocando un trasvase de votos. Según los datos del CIS, un 5,6% de los votantes de Sánchez apostarían ahora por Feijóo. En números redondos significarían unas 350.000 papeletas.

Andalucía, encuestas aparte, marcará antes y después. En Moncloa circulan análisis de todo tipo, unos más optimistas y otros más pesimistas. El gabinete presidencial está afinando los datos para el despliegue de Sánchez en la campaña junto a Juan Espadas, que será potente. En juego está el territorio más importante para el socialismo por antonomasia, de ahí el interés por mejorar las expectativas. La próxima semana Sánchez tiene previsto volar al Foro de Davos para reunirse con destacados empresarios internaciones y, tal y como se hizo con el emir de Qatar, amarrar inversiones para España. Y también tiene programada la comparecencia para explicar el espionaje con Pegasus. 

Pero en Moncloa han puesto las luces largas y, pase lo que pase en Andalucía, la intención es completar el mandato. Asumen problemas para comunicar bien los avances importantes, mismos inconvenientes que identifican en Unidas Podemos. Y siguen manteniendo que a Feijóo la legislatura se le va a hacer larga. Hasta diciembre de 2023 hay mucho partido, concluyen.

Mostrar comentarios