Por orden de un juzgado del municipio de Puracé, departamento del Cauca (suroeste), funcionarios del ente acusador arrestaron "a cuatro militares implicados en la muerte de un campesino en el corregimiento El Plateado en Argelia, de ese departamento", según indicó un comunicado.
Los uniformados adscritos a un batallón con sede en el municipio de Duitama, Boyacá (centro), enfrentan cargos por "homicidio agravado". En enero de 2015 "en desarrollo de un retén militar no autorizado, practicado a la población civil del sector (Cauca), accionaron sus armas de dotación sin mediar justificación alguna, en contra de Faiber Antonio Erazo Cuéllar", agregó el texto.
El campesino, que iba en motocicleta, evadió el control irregular y recibió impactos de bala "en la parte baja del tórax en su lado derecho", lo que le produjo la muerte.
Tras el hecho, los soldados presentaron al fallecido como un hombre que "transportaba 25 libras de pasta base de coca".
Luego de los disparos contra Erazo, la comunidad indígena de la zona "retuvo a 90 uniformados de la base militar El Plateado, aunque según los reportes del Ejército se trató de 36 retenidos", añadió la Fiscalía.
En Colombia, los indígenas tienen jurisdicción en sus zonas de reserva por mandato constitucional.
En el Cauca confluyen, sin embargo, distintos actores armados como la guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, comunistas), el Ejército y narcotraficantes que intentan sacar la droga colombiana por el Pacífico.
Los homicidios agravados entre las fuerzas militares han empañado la acción oficial en el conflicto armado interno de más de medio siglo.
Entre estos casos se encuentran las ejecuciones extrajudiciales que se hicieron públicas en la década del 2000, cuando uniformados mataron a civiles para presentarlos como guerrilleros muertos en combate y obtener así beneficios dentro del cuerpo.
Según la ONG con sede en Nueva York, Human Rights Watch, estos casos en Colombia ascienden a casi 4.000.
El conflicto armado colombiano, en el que han participado guerrillas, paramilitares y agentes del Estado, ha dejado oficialmente unos 220.000 muertos.
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