Comercio y seguridad, promesas comunes de Obama y Romney hacia Latinoamérica

  • Los candidatos a la Casa Blanca, el demócrata Barack Obama y el republicano Mitt Romney, proponen planes marcadamente diferentes sobre Latinoamérica, aunque en sus campañas insisten a última hora en las mismas promesas: comercio y seguridad.

Lucía Leal

Washington, 30 oct.- Los candidatos a la Casa Blanca, el demócrata Barack Obama y el republicano Mitt Romney, proponen planes marcadamente diferentes sobre Latinoamérica, aunque en sus campañas insisten a última hora en las mismas promesas: comercio y seguridad.

Tanto si es reelegido el presidente Obama como si vence Romney, es difícil que los comicios del 6 de noviembre revolucionen la relación de Estados Unidos con Latinoamérica, una región relegada a un segundo plano los últimos años ante otras prioridades en la política exterior de este país.

Poco a poco, sin embargo, los lazos con el continente se han hecho hueco en una ajustada campaña electoral en la que ambos candidatos han querido subrayar el comercio con la región como una prioridad y dejar en un segundo plano otros asuntos más incómodos, como el antagonismo con Cuba y Venezuela.

"Voy a expandir vivamente el comercio en Latinoamérica", afirmó Romney durante el segundo debate presidencial, al resaltar el alto crecimiento económico regional y subrayar su deseo de "añadir más tratados de libre comercio".

Bajo un gobierno de Romney, esa promesa se concretaría en su anunciada Campaña para la Oportunidad Económica en Latinoamérica (CEOLA, en inglés), que tratará de conectar entre sí los tratados comerciales en el continente, según explicó a Efe el exsecretario de Comercio republicano Carlos Gutiérrez.

"Se trata de que si un país tiene un tratado de libre comercio con Estados Unidos y Estados Unidos lo tiene con Chile, el primer país también lo pueda tener con Chile", apuntó Gutiérrez, que ha asesorado a Romney durante la campaña y promete que el republicano nombrará a un enviado especial para Latinoamérica.

Esa estructura, que podría integrar a una docena de países americanos, se integraría eventualmente en una plataforma comercial mundial que daría prioridad a Asia, en un diseño similar al del Acuerdo de Asociación Transpacífica (TPP) que ha impulsado Obama.

Tres de los once países miembros del TPP son latinoamericanos -Chile, Perú y México-, lo que, según la actual responsable de Washington para Latinoamérica, Roberta Jacobson, supone una "sólida presencia" del continente en ese acuerdo prioritario.

En un segundo mandato, Obama apostará por "una nueva y emocionante agenda comercial con los países del hemisferio", indicó Jacobson a periodistas a mediados de octubre.

Pero, como recordó a Efe el director del centro de estudios Diálogo Interamericano, Michael Shifter, "sólo se puede imaginar una política más comprometida con Latinoamérica si hay una recuperación fuerte de la economía en EE.UU.", un factor que será clave para que tanto Obama como Romney cumplan sus ambiciones comerciales.

La seguridad en México y Centroamérica será, necesariamente, otra de las prioridades del futuro presidente de EE.UU.

Si se trata de Obama, el énfasis estará en la idea de "responsabilidad compartida" en torno al narcotráfico y en "cristalizar algunos programas" que no han cuajado del todo en el primer mandato, según Jacobson.

Romney se centraría más que su antecesor "en la interdicción y menos en fortalecer las instituciones de los países", dijo a Efe Geoff Thale, de la Oficina de Washington para Latinoamérica (WOLA).

En su web oficial, el candidato se compromete a completar el muro iniciado en 2006 en la frontera con México para "protegerla de inmigrantes ilegales y redes del crimen trasnacional".

Una Casa Blanca capitaneada por Romney sería también más "fuerte y agresiva" con Cuba y Venezuela, países que Obama seguiría afrontando con cautela, coinciden Thale y Shifter.

En cuanto a Cuba, es improbable que Romney restrinja los viajes de académicos y familiares facilitados por Obama, según Gutiérrez, que cree sin embargo que el republicano no permitirá que siga "una política de remesas que no tiene límites, que ayuda a que (los hermanos Castro) se puedan mantener en el poder".

Las críticas del recién reelegido Hugo Chávez en Venezuela seguirán recibiendo el silencio de Obama, de acuerdo con Shifter, mientras que Gutiérrez adelanta que Romney "no los va a ignorar, y tampoco va a dudar en imponer restricciones comerciales" a Caracas, aun cuando el 8 % del petróleo que importa EE.UU. es venezolano.

Precisamente Venezuela y Cuba fueron los únicos países de Latinoamérica aludidos en el último debate entre Obama y Romney, cuando el republicano criticó la predisposición del mandatario demócrata a dialogar con "las peores personalidades del mundo", entre las que citó a Chávez y al expresidente y líder de la revolución cubana Fidel Castro.

Gane quien gane, el futuro presidente debería afrontar un reto olvidado en las últimas administraciones: diseñar una nueva relación con unos países latinoamericanos que cada vez son "más independientes" y que buscan un diálogo entre iguales al que su vecino del norte "le cuesta" aún unirse, según Shifter.

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