Con solo cien días el Gobierno argentino acusa desgaste por modelo económico

  • Cien días de Gobierno han bastado para que Cristina Fernández comience a acusar el desgaste de su nueva gestión y afloren las contradicciones de un modelo que permitió altas tasas de crecimiento en Argentina pero no ha frenado la inflación ni ha limitado el gasto público.

Buenos Aires, 18 mar.- Cien días de Gobierno han bastado para que Cristina Fernández comience a acusar el desgaste de su nueva gestión y afloren las contradicciones de un modelo que permitió altas tasas de crecimiento en Argentina pero no ha frenado la inflación ni ha limitado el gasto público.

La presidenta cumplirá el lunes los primeros cien días de su segundo gobierno con nuevos problemas que requieren de salidas a corto plazo, aunque, coinciden analistas consultados por Efe, los argentinos ven este periodo como una prolongación de los cuatro años de su primer Gobierno e incluso del periodo estrenado por su fallecido esposo y antecesor, Néstor Kirchner, en 2003.

El escándalo por corrupción que salpica al vicepresidente, Amado Boudou, la pésima gestión del accidente de tren que costó la vida a 51 personas en Buenos Aires en febrero y las contradicciones de su modelo económico "nacional y popular" han contribuido a desgastar la imagen de Fernández.

La inflación, a tasas del 20 por ciento según cálculos privados que el Gobierno se niega a reconocer, el distanciamiento de la poderosa Confederación General del Trabajo (CGT) o la retirada de subsidios, amenazan con complicar la legislatura.

Al iniciar la legislatura, el pasado diciembre, Fernández prometió "sintonía fina" en la economía, un término que, en la práctica, se ha traducido en ajustes tras nueve años de crecimiento a tasas del 8 por ciento que en 2012 se reducirán al 5 por ciento.

La fuga de capitales alcanza los 21.000 millones de dólares, las importaciones para atender la demanda energética superarán los 9.000 millones de dólares y los vencimientos de pago llegarán a los 11.000 millones de dólares.

"Los principales problemas de Argentina son la inflación, la continua salida de capitales y la falta de inversiones", dijo a Efe Fausto Spotorno, economista jefe del Centro de Estudios Económicos Orlando Ferreres.

"Son hechos suficientes para explicar un cambio de tendencia en contra del oficialismo, quien pese a todo mantiene la iniciativa política y con la desarticulación de la oposición, una coalición suficiente para imponer rápidamente sus proyectos en el Congreso", opinó el analista Rosendo Fraga.

Lejos quedan las celebraciones por el triunfo electoral con un abrumador 54 por ciento que el pasado diciembre terminó de desarmar a la debilitada oposición argentina.

En estos 100 días, la imagen de la presidenta ha caído entre 17 y cuatro puntos, según las distintas consultoras, y acusa un desgaste significativo que Fernández trata de frenar con mensajes que apelan a la unidad y el nacionalismo, como la reclamación por la soberanía de las islas Malvinas en vísperas del 30 aniversario de la guerra con el Reino Unido.

Un asunto, explica a Efe Rosendo Fraga, que "deja a la oposición con poco espacio para la crítica, que moviliza popularmente y genera cierto grado de cohesión social".

Apela también al nacionalismo en su estrategia contra YPF, controlada por la española Repsol, y en los argumentos para justificar las restricciones a las importaciones que han hecho saltar las alarmas de los sectores empresariales.

Según el analista Fabián Perechodnik, de Poliarquía, el desgaste de la presidenta entra dentro de lo previsible tras cuatro años y cien días de Gobierno.

"Para la opinión pública, es un Gobierno de continuación y ella lo plantea también de esa manera en cada discurso", afirmó el analista, convencido de que la caída en su imagen responde a "un reacomodamiento natural, tras un globo postelectoral" en el que había superado el 60 por ciento de imagen positiva.

No obstante, Perechodnik reconoció a Efe que la valoración de los políticos depende mucho de la evolución económica y las consecuencias de las últimas medidas adoptadas por el Gobierno que "todavía no han impactado directamente" en el grueso de los votantes.

También para Fraga, "lo que determinará si continúa o no el cambio de humor social en el segundo trimestre del año, será en que medida las restricciones económicas llegan a la percepción de la gente".

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