Málaga, 14 nov.- Un subinspector del Cuerpo Nacional de Policía ha sido condenado a 12 años y medio de cárcel por cobrar dinero a cambio de montar falsas operaciones antidroga para perjudicar a terceras personas y favorecer a supuestos traficantes.
El agente ha sido condenado por los delitos de detención ilegal, encubrimiento, simulación de delito y cohecho continuado, según la sentencia a la que ha tenido acceso Efe.
El procesado ha sido condenado además a inhabilitación absoluta durante 18 años, y se considera probado que también participó en la ocultación de un coche robado, entre otras actividades ilícitas.
En los hechos probados se asegura que el policía recibía dinero del propietario de un local ubicado en Marbella, denominado "Sahara", donde se realizaban actuaciones musicales, a cambio de determinados servicios.
El propietario del establecimiento también ha sido condenado a doce años de cárcel por detención ilegal, lesiones y delito continuado de cohecho.
El policía, para favorecer al dueño del local, transmitió información manipulada sobre una operación de tráfico de drogas para provocar el cierre de otro establecimiento, donde también se ofrecía música árabe en vivo y cuyo propietario estaba enemistado con el del "Sahara".
Para ello, trasmitió a un superior que se iba a realizar una operación antidroga en el mencionado local y también advirtió de que su propietario tenía droga en su vivienda.
En la intervención policial, los agentes se incautaron de papelinas de cocaína que habían colocado previamente el subinspector condenado y el dueño del "Sahara", por lo que el propietario del local estuvo más de un mes y medio en prisión preventiva.
Meses después, el policía también colaboró para que un familiar del dueño del "Sahara" no se viera involucrado en el hurto de un teléfono móvil en una gasolinera.
Además, en 2006 recibió mil euros de otro hombre, que también ha sido condenado, para que hablara con un fiscal de Ceuta para obtener un trato de favor para un chico marroquí y para ello le dijo al fiscal que su padre era colaborador de la policía.
Entre sus actividades ilícitas, recibió dinero de otro hombre, también condenado en este procedimiento, al que ayudó a ocultar un vehículo robado y engañó a sus compañeros de la Comisaría para que pusieran en libertad a un detenido con la excusa de que era su confidente.
Igualmente, ha quedado probado que el subinspector mantenía una estrecha relación con un supuesto traficante de quien recibió quejas porque otra persona le hacía la competencia en un local que frecuentaba.
El policía comunicó a sus compañeros que había un individuo vendiendo droga en dicho local para que se montara un dispositivo policial y eliminar así la competencia que le hacía a su amigo.
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