Condenan al responsable de Sortu en Navarra por atentado a la autoridad

  • El actual responsable de Sortu en Navarra, Juan Cruz Aldasoro, ha sido condenado a un año de cárcel como autor de un delito de atentado contra los agentes de la Guardia Civil que, en septiembre de 2010, acudieron a detener a su hermano en una operación contra ETA.

Pamplona, 20 mar.- El actual responsable de Sortu en Navarra, Juan Cruz Aldasoro, ha sido condenado a un año de cárcel como autor de un delito de atentado contra los agentes de la Guardia Civil que, en septiembre de 2010, acudieron a detener a su hermano en una operación contra ETA.

La sentencia, dictada por el Juzgado de lo Penal número 2, le considera además autor de tres faltas de lesiones y le condena, por cada una de ellas, al pago de 180 euros de multa, así como a sendas indemnizaciones a los guardias civiles de 115, 288 y 144 euros.

Los hechos declarados probados ocurrieron sobre las 3:00 horas del 14 de septiembre de 2010 cuando la Guardia Civil se personó en Etxarri Aranatz (Navarra) para cumplir la orden de la Audiencia Nacional de detener a José Aldasoro, hermano de Juan Cruz Aldasoro, y registrar su domicilio.

La detención formaba parte de una operación en la que fueron arrestadas nueve personas acusadas de integrar la dirección de Ekin, el aparato encargado de hacer cumplir las directrices de ETA.

Ambos hermanos residían en el mismo piso, uno en el derecha y otro en el izquierda, y los agentes, creyendo que la persona que debían detener vivía allí, llamaron a la puerta del domicilio de Juan Cruz Aldasoro, que reaccionó "con una gran irritación y agresividad, sin que el incidente pasara a mayores", según la sentencia.

Tras la detención del hermano, mientras los agentes registraban su casa y la de sus padres, situada en el piso de arriba, Juan Cruz Aldasoro pululó por el lugar e intentó hablar con su hermano "entorpeciendo en ocasiones la labor policial", por lo que se le llamó varias veces la atención.

Finalmente se le indicó que abandonara el lugar y, aunque parecía que iba a hacerlo, "sorpresivamente se giró" y se abalanzó contra un agente, al que derribó, comenzando entonces un forcejeo que culminó con su detención, para lo cual fue necesaria la intervención de otros dos guardias, pues lanzaba "puñetazos y codazos".

Como consecuencia de estos hechos, los tres agentes resultaron heridos con diversas contusiones.

En su sentencia, el tribunal tiene en cuenta las declaraciones de los guardias civiles y considera que el relato del acusado "no ofrece credibilidad alguna" por presentar un comportamiento "angelical", sin acometer a nadie ni resistirse, dejando sin explicación las lesiones que sufrieron los agentes.

En cualquier caso, al estudiar las penas, valora "el estado de excitación" en el que se encontraba el acusado "por una circunstancia ciertamente anómala, como es el que pocas horas antes había sido sacado de la cama por la Guardia Civil de forma injustificada, debido a un error".

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