"Quiero quitarme la mascarilla en el bosque"

La conexión extremeña: los madrileños ya preparan su éxodo para San José

La media de reservas rurales para el puente en Extremadura es de un 60% mientras que en el resto de España se sitúa en un 17%. Los empresarios extremeños notan la "escapada" madrileña en su clientela.

Casa rural
Conexión extremeña: los madrileños preparan su éxodo para San José. 
Joaquin Corchero / Europa Press

Los clientes de Ignacio Lozano quieren "quitarse la mascarilla en un bosque". Eso le dijo una madrileña que acababa de reservar para el puente: "Estoy harta. Quiero estar en libertad, quitarme la mascarilla en el bosque". Algunos, cuenta el empresario turístico, "llevan 9 meses sin moverse. Y por eso han aumentado las reservas desde que se anunció el cierre de Semana Santa". Además de tener tres apartamentos rurales en la Sierra de Gata,  Lozano también es el presidente de Asociación de Turismo del Norte de Extremadura (Aturnex), una organización que representa a 160 empresarios entre alojamientos, empresas de actividades, restaurantes y otros relacionados directamente del turismo.

Los empresarios rurales han notado un repunte de reservas para el puente de San José, y ya se frotan las manos ante una festividad "redonda", siempre que no se endurezcan las medidas restrictivas en Extremadura y en Madrid. Porque, por ahora, Madrid es, junto con  Extremadura, Baleares y Canarias, de las únicas comunidades autónomas que desestima el cierre perimetral en Semana Santa. Ante el aviso, muchos ciudadanos de la capital han decidido reservar en parajes como el Valle del Jerte, Las Hurdes y Sierra de Gata. Las razones: la proximidad, la afinidad de los madrileños con Extremadura, que las dos comunidades tienen tres días festivos, que no están cerradas perimetralmente. "Se junta el hambre con las ganas de comer", detalla Lozano.

Cuenta que el madrileño es un cliente con un gran conocimiento de Extremadura: se ubica, sabe llegar y va equipado, "con reserva hecha para pasear en caballo". Está familiarizado con los parajes de Extremadura, sobre todo "con el atractivo del norte". La demanda es tan alta que entre los socios de Aturnex, habituados a reubicar reservas cuando no hay hueco, ya no pueden aceptar más clientes de otro socio. "La demanda es tan alta", detalla Lozano, "que el cliente ya solo busca la reserva. Van a cualquier zona del norte extremeño:  sino pueden ir al Jerte, se van al valle de Ambroz", ejemplifica. 

Los datos refrendan el fenómeno. Según informaba ayer la plataforma Escapada Rural a Lozano, la media de reserva rural para el puente en Extremadura es de un 60% mientras que España se sitúa en un 17% general. Los empresarios extremeños notan la "escapada rural" madrileña en su clientela. Con la alta demanda, también se han elevado los precios. Precios que los habitantes de la "isla madrileña" están dispuestos a pagar: "Me han reservado dos días en uno de mis apartamentos por 370 euros, sin mirarlo mucho. Hoy mismo (9 de marzo) tengo una reserva de madrileños hasta el domingo 14. Han adelantado su Semana Santa", explica Lozano.

Antes que quedarse 'pinchado' en Madrid, muchas personas han decidido gastar el dinero en una escapada rural. "Llevan mucho tiempo sin gastar dinero y llegan para reservar también en restaurantes. No miran tanto el precio", explica Lozano. Por ahora, el pasado 3 de marzo la Junta de Extremadura relajaba las medidas, retrasando a las 23 horas el toque de queda, aumentando las reuniones a 6 y, lo que afecta al turismo rural, estableciendo un aforo de alquiler de casas rurales a diez personas. Una medida que sigue afectando a grandes complejos hoteleros, pero del que se benefician apartamentos rurales medios. Aún así, "el aluvión de reservas no está formalizado", como explica la presidenta de la Federación Extremeña de Turismo Rural (Fextur), Victoria Bazaga. 

"En el caso de que se cierre el puente sería un varapalo tremendo", explica Bazaga. El beneficio económico para el sector en tres días de "pleno" es una bombona de aire para los empresarios rurales extremeños, que han estado ahogados, como los hosteleros de ciudades mayores, sin poder trabajar. Como cuenta Bazaga, en marzo, empieza una nueva temporada con "tres días de beneficios y si, al final, no llegan esa repercusión, perderemos más. Porque también hay gastos de previsión, como comida, suministros...". La empresaria mira Madrid con espera: "Si falla Madrid, falla Extremadura. Madrid es el primer foco de emisión", concluye Bazaga. 

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