Conmoción en Argentina por muerte de fiscal que denunció a Cristina Fernández

  • La muerte del fiscal Alberto Nisman pocas horas antes de revelar ante el Parlamento argentino detalles sobre la denuncia contra la presidenta Cristina Fernández por presunto encubrimiento de terroristas ha conmocionado al país y ha movilizado a la sociedad, que reclama la verdad sobre el caso.

Buenos Aires, 19 ene.- La muerte del fiscal Alberto Nisman pocas horas antes de revelar ante el Parlamento argentino detalles sobre la denuncia contra la presidenta Cristina Fernández por presunto encubrimiento de terroristas ha conmocionado al país y ha movilizado a la sociedad, que reclama la verdad sobre el caso.

Su muerte se ha convertido en uno de los sucesos más impactantes que ha sacudido a Argentina desde el retorno de la democracia y ha vuelto todas las miradas hacia Cristina Fernández, quien, según fuentes oficiales, fue informada inmediatamente del suceso esta madrugada y reaccionó con una gran "sorpresa".

Mientras la mandataria se mantiene en silencio, su jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, expresó su "apoyo" a las fuerzas de seguridad "para garantizar el esclarecimiento" de este "hecho doloroso".

El canciller Héctor Timerman, también acusado por Nisman, dijo "lamentar la muerte de un ser humano", en declaraciones a la prensa en el aeropuerto de Nueva York, donde participará en el Consejo de Seguridad de la ONU.

Alberto Nisman, fiscal especial a cargo de la investigación sobre el atentado en 1994 contra la mutual judía AMIA, fue hallado muerto hoy en su vivienda del exclusivo barrio de porteño de Puerto Madero con un tiro en la sien.

Nisman fue encontrado en el baño por su madre, que pudo acceder al departamento con la ayuda de un cerrajero porque la puerta estaba cerrada por dentro.

Las primeras pericias han confirmado que la bala que acabó con la vida del fiscal procedía de una pistola de calibre 22 encontrada bajo su cuerpo.

Además, en el apartamento, según la versión oficial, había documentos sobre la denuncia contra Fernández y sus colaboradores que presumiblemente el fiscal iba a presentar hoy en su comparecencia ante una comisión del Parlamento para explicar detalles de la demanda.

En contraste con el hermetismo del Gobierno, la oposición coincidió en manifestar su estupor por la muerte del fiscal y en reclamar una investigación "hasta las últimas consecuencias", en palabras del alcalde de Buenos Aires y aspirante presidencial, Mauricio Macri.

El también líder de la conservadora Propuesta Republicana (Pro) pidió que la Justicia "actúe de forma independiente, rápida y contundente" porque "si esta muerte termina en más impunidad es un desastre para el futuro institucional" del país.

"Estoy consternada. Me parece algo absolutamente grave, de una gravedad institucional muy fuerte", denunció la diputada Patricia Bullrich, quien había convocado a Nisman a exponer hoy las pruebas de su denuncia contra Fernández ante una comisión de la Cámara de Diputados.

Para la diputada opositora Elisa Carrió, la muerte del fiscal es fruto de una "guerra de los sótanos del poder", "de una guerra judicial loca".

Mientras, a través de las redes sociales la sociedad ha convocado una movilización para esta misma noche a la emblemática Plaza de Mayo en reclamo de la verdad bajo la consigna "Yo soy Nisman".

Políticos, magistrados y periodistas utilizaron también las redes sociales para opinar sobre la muerte de este fiscal, que investigaba el atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), que dejó 85 muertos en 1994.

En ese sentido, el exsecretario de Justicia Pablo Lanusse afirmó que la muerte de Nisman "sacude las entrañas de la república".

En medio de estos reclamos de justicia, el juez argentino Ariel Lijo suspendió las vacaciones de su juzgado para tramitar la denuncia de Nisman contra la presidenta y pidió que sean resguardadas las pruebas que manejaba el fiscal.

Periodistas y colaboradores de Nisman se han apresurado a denunciar que se sentía amenazado -tenía una custodia de diez policías- y rescataron recientes declaraciones del propio fiscal en las que explicaba que le había advertido a una de sus hijas que se preparara para escuchar "cosas terribles" de su padre.

Según medios locales, tras denunciar a Fernández, el fiscal habría revelado a su equipo de colaboradores: "Con esto me juego la vida".

En declaraciones al diario Clarín también se refirió al tema: "Yo puedo salir muerto de esto", dijo la pasada semana.

Tras ocho años de investigaciones, Alberto Nisman denunció el pasado miércoles a Fernández por considerar que el memorándum de entendimiento aprobado en enero de 2013 con Irán incluía un presunto encubrimiento de los sospechosos del atentado contra la AMIA a cambio de las relaciones comerciales y el intercambio de petróleo por granos en un contexto de crisis energética en Argentina.

La denuncia de Nisman constaba de 300 páginas amparadas por grabaciones telefónicas que, según el fiscal, corroboraban sus acusaciones.

El Gobierno le acusó de mentir y de dejarse llevar por una guerra interna en los Servicios de Inteligencia tras el relevo en la cúpula de la institución.

Nisman, de 51 años, estaba al frente de la Unidad Fiscal Especial de Investigación del Atentado a la AMIA desde 2004 y pasó de ser un funcionario próximo al fallecido expresidente Néstor Kirchner al enfrentamiento abierto y la denuncia contra su esposa y sucesora, Cristina Fernández.

En 2008, había solicitado la detención del expresidente Carlos Menem y del exjuez de la causa por "alterar, obstruir e intentar neutralizar la investigación del atentado".

El fiscal había asegurado esta vez que tenía pruebas que demostraban que, tal como apuntaba la investigación y la comunidad judía, Irán y la organización Hizbulá estuvieron detrás de la planificación y ejecución del ataque terrorista contra la AMIA. EFE

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