Las contradicciones y vaivenes de Pedro Sánchez chocan con el Ibex

  • Pedro Sánchez reniega ahora de pactar con Podemos y prefiere un partido autónomo. Cataluña ha pasado de ser región a nación y ahora se ha quedado en nación cultural. 

    El dirigente que ganó las primarias como candidato centrista y que echó a Tomás Gómez se presenta ahora como referente de la izquierda y candidato de la militancia. 

Las contradicciones y vaivenes de Pedro Sánchez chocan con el Ibex
Las contradicciones y vaivenes de Pedro Sánchez chocan con el Ibex

Pedro Sánchez culpó de su abrupto adiós de la secretaría del PSOE a mucha gente... salvo a él mismo y a sus resultados electorales. Una de sus dianas fue el IBEX. En La Sexta dejó claro que no le querían (su estrategia era presentarlo como un plus). También, que él intentó labrarse apoyos entre gente importante y medios, pero las cartas ya estaban echadas desde que Felipe dijo aquello de "me ha engañado". 

Las presiones del IBEX para que Susana Díaz entrara en la carrera por el liderazgo del PSOE eran la comidilla en la capital. Este medio desveló alguna de estas reuniones. Al final, Susana dio el paso. Pero su carrera no va a ser tan fácil como ella pensaba. La carrera de los avales ha dejado la partida abierta en canal. Pedro puede ganar. Y su programa (lo que no es no es no) es lo contrario a lo que defienden las grandes empresas de este país y los think tank en España. A saber: no a la reforma laboral, más gasto público, impuestos... y esas ideas sí, chocan con las empresas que ven cómo ahora el empleo crece, las exportaciones también, y se empieza a notar la recuperación. Un giro brusco no es deseado por nadie. Pero lo que más se teme es que Pedro y sus ideas son volubles.

Dicen que rectificar es de sabios y que todo el mundo tiene derecho a evolucionar y cambiar de opinión. Esto es lo que ha hecho Pedro Sánchez desde que se dio a conocer hace ya tres años cuando se presentó por primera vez a la secretaría General del PSOE. Quizás lo ha hecho demasiado como para hablar de coherencia, una de las principales señales de identidad de su candidatura para liderar a los socialistas. 

Hay cuatro adjetivos que Sánchez repite constantemente: "Quiero un PSOE unido, de izquierdas, coherente y autónomo". Para empezar ya deja caer que esas cuatro condiciones no estaban en el partido cuando él lo dirigía. Se muestra como candidato de la militancia y asegura que su principal valor es la coherencia por 'el no es no' a Rajoy.

Sus detractores saben que en los dos años y medio al frente del partido, ni estuvo unido y estuvo más cerca de Ciudadanos que de Podemos, o sea más cerca del centro que de la izquierda. Y tras sus actuaciones después de dimitir ni ha sido coherente, por sus continuos cambios de opinión y en ocasiones ha mostrado su intención de alianzas con fuerzas progresistas que limitarían esa autonomía que proclama. El Ibex teme cualquier radicalización

Precisamente esa parte de alianzas es la que preocupa a los grandes empresarios. Por eso Sánchez ha eliminado de su proyecto final la "unidad de acción" con otras fuerzas políticas de izquierda. O sea con Podemos. Algunos ven un guiño de los socialistas para tratar de calmar a los inversores. 

Y es que las primarias del 21 de mayo preocupan mucho a las grandes compañías. Por eso algunas empresas se han reunido con los principales asesores económicos de los candidatos: Manuel de la Rocha en el caso de Patxi López y Manuel Escudero en el caso de Pedro Sánchez. El programa de Susana Díaz se da por hecho que es el que presentó la Gestora en la ponencia económica que lideró José Carlos Díez.

Es este último el que más preocupa, mucho más a la izquierda que Jordi Sevilla, y responsable en su día del programa económico que presentó Almunia en el año 2000 tras realizar un pacto con Francisco Frutos, candidato de IU entonces. 

Algunos de los puntos clave del programa económico de Sánchez van orientados hacia la Renta Básica, proponen una banca pública y una inversión expansiva. En este último documento sí parece que opta por derogar la reforma laboral. 

El documento resta importancia a cumplir con el déficit. "Un programa económico solvente debe contemplar un principio de equilibrio en las cuentas públicas. Pero esto va a resultar muy difícil en un contexto de bajo crecimiento económico. El cumplimiento del déficit debe estar relacionado con políticas de expansión económica y del empleo, y no con medidas que los imposibiliten."Los rivales le atacan

Sus rivales lo saben y lo aprovechan. La primera en meter el dedo en la llaga ha sido la presidenta de la Junta de Andalucía y su principal rival, Susana Díaz. En una reciente entrevista en Espejo Público lo dejó claro: "Lo que yo le diga hoy se lo digo también dentro de tres meses, yo no doy vaivenes". 

El presidente de la Junta de Extremadura y secretario general del PSOE regional, Guillermo Fernández Vara, afirmó la pasada semana que "los cambios de criterio están en el ADN de la trayectoria de Pedro Sánchez".

Vara ha valorado así que el exsecretario general y candidato a volver a liderar el PSOE haya introducido cambios en su programa para dejar de hablar de "unidad de acción" con los partidos de izquierda y precisar que la nación es un concepto "cultural".

"El cambio de opinión lo hemos visto a lo largo del tiempo", ha dicho el dirigente extremeño. Además, ha aprovechado para avisar a Sánchez de que para "dirigir una organización tan compleja" como el PSOE "es necesario no querer reescribir la historia". 

Otro que ha atacado sus cambios de opinión ha sido Abel Caballero, el alcalde de Vigo, al que no gustó mucho el ofrecimiento de pacto que hizo Sánchez a Patxi López la pasada semana. "Él decía que las cosas se tenían que hacer hablando los militantes de abajo a arriba, y en la primera ocasión que tiene ya quiere pactar con otro dirigente al margen de los militantes, ¿o es que le va a preguntar a los militantes?", ha incidido.Caballero ha apuntado que "Pedro Sánchez va cambiando de opinión de forma continua" y "ahora le gustan los pactos entre las élites".Un poco de historia

En 2014 Pedro Sánchez ganó las primarias por ser el candidato centrista del PSOE frente al "radical" Madina y el "izquierdista" Pérez Tapias. Y lo hizo con el apoyo de la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz. Lo que han cambiado las cosas. Ahora Susana está enfrente y Pedro representa la "izquierda". Su lema de campaña es 'Aquí está a la izquierda'.  Cuando ganó las primarias, la suma de en teoría los dos candidatos izquierdistas, Madina y Pérez Tapias, era mayor que la suya. Tapias, antiguo líder de Izquierda Socialista, fue uno de sus mayores críticos. Ahora es uno de sus principales apoyos. 

En una entrevista en aquel año fue preguntado sobre su escala ideológica y la del partido. Si uno es extrema izquierda y 10 es extrema derecha, Pedro Sánchez contestó que se colocaba en el 4,5. Es decir centro izquierda. Y contestó que quería que el partido estuviera también en ese 4,5. Por entonces era el candidato centrista

Sánchez ganó las primarias y se hizo con el núcleo del partido, eso sí apoyado por Díaz. Fue proclamado candidato en junio de 2015 en el circo Pryce ante una bandera gigante de España. No se lo había dicho prácticamente a nadie y fue una sorpresa monumental para todos. Por primera vez en su historia el PSOE agarraba la bandera constitucional. No debería ser noticia que un partido político use la bandera aprobada por todos. Un guiño contra el radicalismo del que le acusaban por gobernar con Podemos en muchos ayuntamientos y un gesto bastante efectivo. Dos derrotas históricas

Después llegarían las primeras elecciones, las del 20 de diciembre. El programa económico lo hace Jordi Sevilla. Hay dudas sobre qué hacer con la reforma laboral. Desde Andalucía se exige una posición más firme para derogarla. Pedro, que sabe que es complicado 'cargarse' la ley, habla de retocarla y cambiar algunos puntos clave, pero no de derogarla. 

Pedro Sánchez considera que con 90 diputados y un millón y medio de votos menos que Rubalcaba ha hecho "historia". Después vendría el pacto con Rivera en el acuerdo de investidura que le permitía sumar más votos que Rajoy. El Rey le nombra candidato. Sin embargo, no consigue el apoyo de Podemos a ese acuerdo y fracasa. Se repiten las elecciones. 

El candidato socialista no reniega en campaña del pacto con Ciudadanos y reprocha una y otra vez a Iglesias haber votado 'no' al Gobierno del cambio. Impide el 'sorpasso' pero baja a 85 escaños. Esta vez no dice que haya hecho historia pero sabe que el Gobierno depende de él y dice: "El PSOE estará en la solución". Esa frase muchos la entendieron como que abría la puerta a la abstención.El 'no es no'

Sin embargo tras reunirse con Rajoy cambia de opinión y empieza su estrategia del 'no es no'. Con esa estrategia hizo la campaña de las elecciones gallegas y vascas en las que condenó a su partido a los peores resultados históricos. Era la tercera vez consecutiva.  Su negativa a dimitir por los malos resultados y su estrategia de convocar un Congreso exprés para perpetuarse al frente del partido acaban con el Comité Federal que le lleva por delante. 

Fueron dos años y medio al frente del PSOE de un candidato de centro izquierda, que renegaba de populismos y buscaba una economía moderna y que o le importaba pactar con partidos socialiberales (por aquel entonces Ciudadanos era todavía socialdemócrata). 

Después llegó la entrevista de Salvados donde parecía que él no había sido líder del PSOE. Por todo lo que dijo parecía hacerse una enmienda a la totalidad a su gestión. "Los poderes económicos me impidieron pactar un Gobierno con Podemos" y "Me equivoqué con Podemos, no son populistas. Debemos trabajar codo con codo con ellos", fueron sus dos principales titulares. También dijo que hay que negociar con los independentistas y habla de nación de naciones.GPS dirección Podemos

Todavía hoy no sabemos qué hubiera hecho Sánchez si hubiera vencido en la votación del Comité Federal. No sabemos si hubiera pactado un Gobierno con Podemos y nacionalistas o habría forzado unas terceras elecciones. No lo dijo entonces y no lo reconoce ahora. Asegura que otros comicios le hubieran venido bien al PSOE. Quizás, pero lo que parecía seguro es que le hubieran venido aún mejor al PP, según todos los sondeos. 

Tras su dimisión como secretario general del PSOE, se echó a la carretera y cogió el GPS dirección Podemos. Dejó su acta como diputado y empezó a preparar su vuelta por todo lo alto. En Dos Hermanas se presenta como el candidato de la militancia olvidando todas las afrentas que hizo: de la caída de Tomás Gómez a la limpieza de listas elegidas por la militancia que hizo en las provincias de Ourense y Pontevedra en las elecciones gallegas. El hombre que llenó de independientes las listas socialistas por Madrid, el hombre que se alegró porque Madina no lograra escaño el 20D se propone como adalid de la militancia. 

El cambio de opinión de Sänchez se ve muy reflejado también en Felipe González. En muchos de sus mítines se critica al expresidente, algo que no debería ocurrir con la figura más importante del socialismo español. Habla ahora de volver a los orígenes del socialismo, y asegura que no se ve reconocido en el actual Felipe González, pero sí en el del 82.

El 20 de febrero presentó su proyecto político en el Círculo de Bellas Artes. Proponía, ahora sí, la derogación de la reforma laboral, eliminar el artículo 2 de la Constitución para hacer de España una reforma federal y un Estado Plurinacional.  En ese documento seguía con su idea de Salvados de trabajar con Podemos y proponía una unidad de acción con otras fuerzas de izquierda, en clara referencia a Podemos. En tres meses otra enmienda

Menos de tres meses después se ha vuelto a hacer otra enmienda a la totalidad. Ha vuelto a cambiar de opinión en la presentación de su documento final. 

Parece que se ha dado cuenta de que su propuesta de ir con Podemos no gusta en la militancia (Según el último CIS un 50% de los votantes socialistas nunca votaría a la formación morada) y que prefieren un PSOE autónomo. Ahora ya no habla de "crear una gran alianza de fuerzas progresistas que ponga fin al austericidio" sino que propone dar más peso a "la autonomía del proyecto socialista" para "que no quede ninguna duda" de que la voluntad del PSOE está en ser "la primera fuerza de la izquierda que puede ofrecer una alternativa real de gobierno" al PP, "sin paseos en autobuses que se estropean ni números de circo". "Somos un partido serio, no debe haber confusiones".

Y por último Cataluña ya no es una nación, o mejor dicho lo es, pero solo cultural, cambiando de opinión una vez más a lo que dijo días atrás en Cataluña asegurando que era una nación.

El documento final tampoco incluye la definición de Juventudes Socialistas que generó revuelo entre parte de los miembros de la organización juvenil del partido.

En el documento presentado en febrero por Sánchez en el Círculo de Bellas Artes de Madrid se decía que, dentro del modelo de partido para adaptarlo al siglo XXI, había que "potenciar la renovación de cargos y el cambio generacional, incentivando el papel de las Juventudes Socialistas como escuela de buenas prácticas políticas e ideológicas, como ámbito destacado para la difusión de los valores y principios socialistas, y no como simple plataforma de lanzamiento de carreras políticas personales".

Lo ha presentado con una contradicción: "Estamos ante las puertas del nuevo PSOE, que no es más que el PSOE de siempre que nunca tuvo miedo al cambio." Es difícil de comprender cómo un nuevo PSOE puede ser el PSOE de siempre. Otra contradicción.

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