Así se movió Ciudadanos en el estado de alarma

Un pacto en 48 horas, dos negociadores clave... y la decisión de Inés Arrimadas

Prórroga del estado de alarma
Prórroga del estado de alarma
EFE

“Es el inicio de una intervención en los planes del Gobierno. Y se ha esperado al momento adecuado para lanzar ese perfil propio y constructivo”. Así describen buenos conocedores de la maquinaria de Ciudadanos las últimas decisiones del partido que lidera Inés Arrimadas, que ha dado un giro a su estrategia política de los últimos años con un pacto con el Gobierno de coalición. El acuerdo ha llegado por medio de la cuarta prórroga del estado de alarma, situación que los naranjas habían respaldado siempre, y para la que ahora se han convertido en imprescindibles. Sus dudas de los últimos días y el aviso de PP y ERC de desmarcarse de la aprobación facilitó que Moncloa se acercara a Arrimadas, casi "implorando diálogo". Lo que le dio a la política jerezana una oportunidad de volver a ser relevantes en el espacio político que no podía desaprovechar. Y más en medio de la crisis sanitaria del coronavirus.

Dentro del partido se valora además que la ocasión sirve “para romper con el 'riverismo' del todo, que era algo que estaba previsto en la hoja de ruta de la presidenta y que se ha producido en un momento clave y muy escogido”, explican fuentes consultadas por La Información. La decisión se concretó a través de una negociación muy discreta, cerrada en apenas 48 horas, en la que Arrimadas tan solo ha contado con dos de sus compañeros más cercanos para tomar parte en los encuentros con el PSOE, y con ella ejerciendo de líder de la formación en la primera decisión importante desde el congreso que le llevó a la presidencia del partido. 

Frente al exceso de focos del último año y la debacle sufrida el 10-N, la líder naranja ha optado en esta ocasión por la negociación con los socialistas para ‘salvar’ al Gobierno de un escenario para el que no estaba preparado. Todas las conversaciones se llevaron a cabo en el marco del Congreso, y para ellas Arrimadas tan solo contó con los dirigentes Carlos Cuadrado y José María Espejo-Saavedra. Unos encuentros en ‘petit comité’ que suponen regresar a dinámicas del pasado basadas en la discreción que los naranjas habían dejado atrás.

Las voces que han vuelto a situar en el centro político a Ciudadanos, como un partido que garantiza acuerdos y hace política útil, se han multiplicado tras este movimiento. La decisión de no contribuir a que decayera el periodo de alarma correspondió en última instancia a la propia Arrimadas, que no encontró mucha oposición entre su Ejecutiva, en la que cuenta con nombres importantes como los de Ignacio Aguado, Melisa Rodríguez o Edmundo Bal. “Su determinación no es un simple cálculo. Aunque obviamente la ocasión le viene bien para recuperar el papel de utilidad del partido, también estaba convencida de que apoyar la prórroga tenía sentido”, insisten las mismas fuentes.

La consigna que ahora reina en la formación es seguir el día a día y ser útiles, frente a la avalancha de críticas que han surgido desde la parte más marcada de la derecha del partido. Pero incluso esas posibles deserciones estaban descontadas por la presidenta y la nueva ejecutiva del partido antes de que ocurrieran. "Se les ha presentado una ocasión sin más para irse con una supuesta razón de peso, pero lo iban a hacer más tarde o más temprano", advierten desde dentro de la formación. "Nos critican por ser una formación bisagra, pero después de caer de 57 escaños a 10 por los pasos dados en falso antes, es que ahora no podemos hacer otra cosa", rematan. 

Volver a destacar por la economía

Recuperar su esencia de partido útil y volver a caracterizarse por poner la economía en el centro eran otros de los objetivos de la jefa de Cs en la negociación. Las medidas acordadas, centradas en alargar los ERTE y las ayudas a autónomos más allá del estado de alarma o tener potestad para opinar en el plan de desescalada, reflejan que la formación quiere recuperar esos rasgos que tenía hace poco más de un año, cuando todo empezó a cambiar por el rechazo frontal a Pedro Sánchez, que se concretó con la famosa foto del 'trío de Colón' formado por Albert Rivera, Pablo Casado y Santiago Abascal.

Dejar atrás esa imagen que tanto marcó el devenir de Ciudadanos, hasta el punto de situarles en el mismo espacio de Vox, era otra de las prioridades para Arrimadas. Desde ese momento, lo que se recuerda es que tanto ella como Albert Rivera se convirtieron en grandes azotes del Ejecutivo en medio de una cascada de dimisiones y salidas de dirigentes destacados como Toni Roldán. Ahora, Arrimadas buscaba marcar su propia línea. Y de paso, conseguir desubicar a PP y Vox, ya que de haberse sumado a ellos no habría podido destacar y les habría entregado en bandeja que se apropiaran del bloqueo al Gobierno y el triunfo político en plena pandemia.

El giro es tal que ahora ha logrado recuperar "esa utilidad con la que nacimos", apuntan fuentes naranjas. Y de paso, arrebata a sus ‘enemigos’ de Esquerra esa condición de primer socio de Sánchez, aseguran las fuentes de Cs consultadas por este diario. "Es su primera gran decisión como presidenta del partido, tras un congreso en el que salió elegida casi por aclamación. La idea que tiene es volver a hacerse valer como partido", aseguran fuentes internas de Cs.

Aunque el optimismo sobre la decisión de abrirse a pactos con la coalición es unánime, incluso aunque en el Gobierno esté un rival como Unidas Podemos, en Ciudadanos también son conscientes de los riesgos que implica haber dado este paso. Con este movimiento, Arrimadas ha vinculado su futuro político a que el plan de desescalada en el que participará salga bien. Es decir, su devenir estará marcado por si a Sánchez le va bien o mal con su planteamiento de las cuatro fases hasta alcanzar la "nueva normalidad".

También hay un miedo sobre ese pacto. El temor lo motivan los "vaivenes de Sánchez", ya que las distintas fuentes consultadas señalan que "siempre puede cambiar de idea y engañarnos". "Eso provocaría que Inés quedara de ingenua, y por extensión todo el partido. Sería algo fatal", advierten desde los naranjas. En ese escenario, los detractores del movimiento dado por la actual líder del partido advierten que una convocatoria temprana de elecciones (por la crisis económica, por ejemplo) sería un desastre para Ciudadanos, porque se quedaría en tierra de nadie. Ese riesgo también lo conoce la presidenta. 

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