Sería necesario un nuevo estado de alarma

Rumbo al confinamiento: el Gobierno se niega al cierre total que exigen las CCAA

Moncloa descarta por el momento presentar una nueva propuesta al Congreso para recluir a la población. Las comunidades temen superar los 1.000 casos en pocos días por un virus que está disparado.

Reunión del comité de seguimiento del coronavirus, 15 de enero
Imagen de la reunión del Comité de Seguimiento del Coronavirus del viernes 15 de enero.
EFE

La crisis sanitaria en España no para de empeorar. Los datos que ofrecen el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas dejan claro que el coronavirus está disparado y descontrolado en todo el país a la vez. Las tasas de contagios, de incidencia acumulada (IA) y de ingresos en hospitales y UCI están en ascenso. Estos números son los que anticipan los peores registros, los de fallecidos, con al menos 200 muertos cada día. Un cóctel de datos muy negativo para la Salud Pública que no tiene visos de mejorar. En este escenario, varias comunidades han reclamado al Gobierno central que se mueva para abrir la puerta a un nuevo confinamiento domiciliario. Para ello, sería necesario otro decreto de estado de alarma, extremo que el Ejecutivo no contempla en la actualidad, lo que ha provocado una fuerte discrepancia entre administraciones. Todo por una medida muy drástica pero que está considerada la más efectiva para combatir la Covid.

Las autonomías que han hablado abiertamente de que estarían dispuestas a confinar a su población para intentar doblegar la curva del virus son Andalucía, Asturias, Castilla y León y Murcia. Todas ellas están en máximo riesgo, al superar los 250 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días. Sus autoridades han visto cómo sus tasas de contagios y sus cifras de fallecidos crecían exponencialmente en apenas 15 días. La que más ha acusado el inicio de 2021 es Murcia, que ha pasado de tener una IA que rondaba los 400 a superar con creces los 700 de un día para otro. Andalucía y Castilla y León han sido las dos que más han insistido, a pesar de tener incidencias muy distintas y ya han lanzado un órdago para adelantar sus toques de queda, cuando el decreto del estado de alarma no permite hacerlo antes de las 22h. Asturias es la que mejor está, al ser la segunda del país con menos IA. Pero finalmente ha superado la barrera de la alerta roja.

Estas regiones plantean el confinamiento porque aseguran tener la certeza de que la situación no va a mejorar ni a corto ni a medio plazo, ya que puede que los cierres perimetrales o la clausura de sectores como la hostelería puedan no ser suficientes a estas alturas. No obstante, el estado de alarma vigente no tiene contemplado el confinamiento entre las posibles restricciones de movilidad, lo que ya generó controversia hace meses por si el país se enfrentaba a una oleada masiva de contagios, como sucede ahora.

Y es que los datos conocidos en los últimos días hablan por sí solos. Desde que comenzó el año, todas las autonomías tienen peores incidencias acumuladas que en el último día de 2020. Las tres que más han sufrido en lo que llevamos de enero son precisamente Murcia, Castilla y León y Andalucía, que en 15 días han sumado 450, 448 y 328 puntos más de IA, respectivamente. Según fuentes de los ejecutivos andaluz y castellano y leonés, esta situación justificaría de forma suficiente su idea de adelantar el toque de queda mientras se decide sobre el confinamiento total. Paradójicamente, la mejor parada en este listado es Baleares, que ha sumado 120 puntos desde el 31 de diciembre. Aunque hay que tener en cuenta que el archipiélago ya venía de un momento muy complicado, al ser la que peores cifras de IA registraba de todo el país.

Entre la voluntad y otro decreto

Hasta llegar al confinamiento, tendrían que darse varias circunstancias previas. Una de ellas, y quizá la principal, es que el Gobierno central tenga voluntad de permitir que se prohíba a los ciudadanos salir de sus casas para contener la Covid-19. Hasta el momento, el Ejecutivo no ha abierto esa posibilidad en ningún momento. De hecho, ministros como el de Transportes, José Luis Ábalos, han reprochado a las comunidades que ahora reclamen lo que antes rechazaban. Una pulla en referencia a las críticas de las autonomías durante la primera etapa del virus, cuando era Moncloa la que controlaba lo que ocurría en el país mientras los presidentes regionales no podían dar un paso sin ser autorizados, lo que motivó que el Consejo de Ministros les diera poderes plenos cuando se redactó la nueva alarma.

La reforma de ese texto es el otro factor imprescindible para que el confinamiento en los hogares se pueda poner sobre la mesa. La decisión de no hacer mención a esta medida en el último decreto obliga a una nueva redacción del estado de alarma. La modificación habría de ser llevada al Congreso, donde tendría que aprobarse por mayoría absoluta. A diferencia de lo ocurrido en octubre o en las votaciones del confinamiento de la primera ola, ahora Moncloa tendría los apoyos necesarios asegurados. El PP ya se ha comprometido a estudiar cualquier propuesta en este sentido, al controlar tres de las autonomías que han pedido la medida; Cs también ha puesto sus votos a disposición. Además, socios de investidura como Más País han reclamado a Pedro Sánchez que active medidas como la suspensión de la actividad económica no esencial y un plan de ayuda a pymes.

Discrepancias PSOE-Podemos

Los problemas no acaban ahí. El confinamiento y las consecuencias para la economía han motivado otro choque entre PSOE y Unidas Podemos en el Gobierno de coalición. En el lado morado, que lidera el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, están dispuestos a asumir los costes de un plan mucho más restrictivo, aunque eso implique obligar a la gente a no salir de sus casas salvo en circunstancias puntuales, según señalan fuentes gubernamentales. En el lado socialista no ocurre lo mismo. Sobre todo por el temor a que se produzca un nuevo golpe a la economía que eche por tierra las previsiones de 2021. Es ahí donde se sitúa la vicepresidenta Nadia Calviño, que no es partidaria de echar el cierre por las consecuencias nefastas para la actividad económica, explican otras fuentes del Ejecutivo. 

Mientras el debate continúa y las presiones autonómicas arrecian para intentar torcer el brazo de Moncloa, en las autonomías ya se preparan para lo peor. Algunas como Castilla y León ya han advertido de que superarán en pocos días los más de 1.000 casos de coronavirus por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días. En Andalucía están ante un escenario similar, aunque aspiran a que los cierres perimetrales sirvan para mitigar el impacto de la pandemia. Varias autonomías con las que ha contactado este medio son pesimistas y aseguran que ahora mismo el escenario no es otro que el de lamentar malas cifras un día sí y otro también. Por ahora, tan solo cuatro se han atrevido a pronunciar la palabra maldita: confinamiento. Una vía de contención del virus que, según los expertos consultados, no debería durar menos de un mes. "Y ya nos quedaríamos cortos", señala un epidemiólogo. Tal y como pasó en marzo de 2020.

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