Las Fuerzas Armadas ya están diseñando cómo será la vuelta a la "nueva normalidad" de la que habla el presidente del Gobierno. Los tres ejércitos cuentan con un plan de choque para ir retomando progresivamente la operatividad en las diferentes unidades operativas, la gran mayoría de ellas paralizadas por el coronavirus o centradas en las labores que les ha encomendado el Ministerio de Defensa en el marco de la 'Operación Balmis'. El principal objetivo del departamento que dirige Margarita Robles es que los profesionales vuelvan a su puesto de trabajo con las condiciones necesarias para evitar contagios, que no se pierdan las capacidades militares y, a la vez, estar prevenidos en caso de un segundo brote de contagios en los próximos meses que pueda volver a requerir de su movilización.
Este plan de choque de las FAS se encuentra en fase de implementación, según la documentación oficial a la que ha tenido acceso La Información. Cada ejército cuenta con su propia directiva, que ha salido de su respectivo Estado Mayor. Esta normativa ha sido elaborada en base a las instrucciones y recomendaciones que ofrece el mando único en esta crisis, el Ministerio de Sanidad, para regular la actividad diaria en el Ejército de Tierra, el del Aire y la Armada. "Se trata de incrementar la actividad mediante el aumento progresivo del personal presente a la vez que se maximiza el rendimiento de los medios telemático sin perder de vista las especificidades de cada una de nuestras unidades", se puede leer el documento relativo a la Armada. "Y todo ello con el objetivo de mantener el alistamiento socio-sanitario adecuado que garantice la seguridad del personal", añade la instrucción.
Volver a los cuarteles, a los arsenales o a las bases aéreas no va a ser, sin duda, igual. Por eso las Fuerzas Armadas han diseñado este plan que contempla la incorporación del personal en varias fases. Como en el caso de la desescalada en la población civil, las instalaciones militares también tendrán que adecuar los puestos de trabajo a esa "nueva normalidad". La distancia social recomendada, el evitar la aglomeración de personal en las zonas comunes, las cantinas, los vestuarios... Cada unidad tendrá que cumplir las recomendaciones de Sanidad, se puede leer en estas instrucciones.
El caso más problemático es la instrucción y el adiestramiento. La amplia mayoría de las maniobras están canceladas 'sine die' y lo mismo ocurre con carros, aviones y barcos. Una buena parte de los medios técnicos llevan más de un mes en cuarentena, parados, y esa situación, ya anticipan en los tres ejércitos, va a acarrear problemas a corto y medio plazo. La orden impartida es la de impulsar, en la medida de lo posible, el uso de los simuladores. De momento no hay fecha para recuperar las maniobras técnicas de las unidades operativas.
Fuentes militares indican que esta situación es muy parecida en las Fuerzas Armadas de otros países de nuestro entorno. También explican que los medios dedicados a la defensa nacional (hay que recordar que los militares son trabajadores esenciales en esta crisis) no han dejado de desplegarse. Eso ha provocado, por ejemplo, ver sobrevolar por el centro de la capital a aviones de combate F-18 realizando maniobras técnicas. Lo mismo ocurre con una parte de los buques de la Armada, cuyo adiestramiento se ha reducido a puerto.
Las Fuerzas Armadas también tienen asumido que su presupuesto y disponibilidades sufrirán un shock tras esta crisis. Los tres ejércitos ya han avisado en estas instrucciones que los medios económicos previstos para el segundo semestre del año se verán reducidos considerablemente y que, además, durante los próximos ejercicios tendrán que adaptarse a la situación. Defensa advierte que sus programas en marcha se verán alterados y que en el futuro Presupuesto de reconstrucción, previsto para 2021, habrá cambios relevantes que modificarán los planes previstos hasta que estallara la crisis.
Las condiciones de trabajo y vida de los militares
Defensa quiere que todos los militares que acudan a su puesto de trabajo lo hagan en las condiciones sanitarias adecuadas. Por eso hay unidades que van a instalar controles de temperatura automáticos en los acceso a las mismas. Si un profesional tiene fiebre no podrá acceder a la instalación. Esta política sanitaria ya se está empezando a desplegar. En los cuarteles siguen totalmente prohibidos las ceremonias y las visitas.
Una situación similar a la de las unidades se está viviendo en las escuelas de formación de las Fuerzas Armadas. Todo está prácticamente paralizado y se ha decidido optar por la enseñanza no presencial. Los alumnos están recibiendo clases a distancia y podrán presentar sus trabajos finales utilizando vías telemáticas. Lo mismo ocurre con las evaluaciones desde ahora hasta final de curso. Los diferentes centros ya están planificando el final de este curso y el inicio del próximo para intentar retomar, llegado el caso, la formación presencial. En el caso de los egresados se les ofrecerá una formación específica cuando se incorporen a sus unidades de destino.
En cuanto a las misiones, el principal problema se encuentra en los relevos. Defensa pondrá en marcha estrictos protocolos sanitarios tanto a los militares que puedan partir al extranjero como a los que lleguen a nuestro país. Todo con el objetivo de mantener las actividades operativas con personal que no tenga ningún riesgo de contagio.
El Rey, Robles, el Jemad y el Mando de Operaciones
Fuentes oficiales de Defensa se remiten a la actividad que desarrolla el Mando de Operaciones para explicar cómo se está desarrollando la 'Operación Balmis' y el papel de las Fuerzas Armadas. El jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), general Villarroya, supervisa la respuesta de los militares durante el estado de alarma, adaptándose al desarrollo de la pandemia y manteniéndose preparadas para actuar. Los responsables del MOPS mantienen un contacto directo con la ministra Robles y con el Rey Felipe VI.
Medidas de higiene para militares: "No shake hands"
Los militares han recibido, como todas las profesiones, estrictas normas de higiene sanitaria. Por ejemplo, tienen que llevar mascarillas, guantes y lavarse las manos periódicamente si es posible con una solución hidroalcohólica. Además, se recomienda incrementar la limpieza en zonas comunes y evitar el darse la mano: "No shake hands". También se recomienda establecer horarios flexibles en los puestos de trabajo para evitar aglomeraciones.
Los militares que han participado en la 'Operación Balmis' van reduciendo progresivamente su presencia. Según ha explicado el jefe de gabinete del Jemad, Carlos Pérez, se ha pasado de movilizar 8.000 a 6.000 efectivos diarios. Hay algunas, como la Unidad Militar de Emergencias (UME), movilizadas al máximo y otras que ya están empezando a replegarse.
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