Tras una denuncia de la Comunidad de Madrid

Caos en Sanidad: el Gobierno admite que los test que ha repartido no son fiables

Salvador Illa
Salvador Illa
EFE

Momento caótico para el Ministerio de Sanidad. Test de detección rápida del coronavirus que compró el Gobierno central y que está repartiendo por las diferentes comunidades autónomas no son fiables. Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, así lo ha reconocido hoy mismo en rueda de prensa.

Según Simón, "España ha conseguido varios proveedores. El primero hizo un envío de 9.000 test rápidos que antes de usarlos se validaron en el Centro Nacional de Epidemiología y varios hospitales de Madrid. Vimos que las especificaciones de este lote no se correspondían con los certificados de calidad y se han devuelto".

La Comunidad de Madrid había denunciado esta situación una vez que fue recibiendo los primeros 8.000 test por parte del mando unificado en la persona de Salvador Illa. Fuentes del Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso afirman que la fiabilidad que ofrecen estos instrumentos es inferior al 30%. A ello hay que sumar la advertencia que ha llegado desde el Gobierno de China, que ha desvelado este jueves que hay material sanitario en España que ellos no han avalado oficialmente.

Las fuentes del Gobierno regional añaden que estos test que han recibido de Sanidad, comparados con el test de PCR en laboratorio, reportan una gran cantidad de falsos negativos. Es decir, pacientes que tienen el coronavirus pero que no se refleja en la prueba. Denuncian, por tanto, la improvisación por parte del Ministerio de Illa a la hora de tomar una decisión que puede provocar un mayor número de contagios.

La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, ante esta falta de fiabilidad que supera el 70%, según ellos, ha decidido frenar el reparto por los hospitales y centros médicos. El Ministerio les entregó los primeros 8.000 del reparto total. Las fuentes consultadas añaden que desconocen de dónde provienen estos test rápidos y en qué mercado se han comprado por parte del Gobierno central.

Hay que recordar que fue el pasado domingo cuando el ministro Salvador Illa anunció el inicio del reparto de 640.000 tests de detección rápida por toda España y procedió "a la distribución de los primeros 8.000 test en la Comunidad de Madrid". Dijo que esos instrumentos se iban a ir recibiendo "a lo largo de esta semana", junto con "un millón más" adicional que encargaron. 

El Gobierno de China, por su parte, acaba de advertir al Ejecutivo español de la posibilidad de que una parte del material sanitario que ha llegado a España pueda no estar avalado por Beijing. Lo ha hecho a través de un mensaje en Twitter de su embajada en Madrid, donde deja claro que su material oficial y las donaciones avaladas aún no han salido de Asia.

"Las donaciones realizadas por el Gobierno de China y otras entidades como Alibaba no incluyen productos suministrados por Shenzhen Bioeasy Biotechnology. La compra de materiales sanitarios anunciada por Sanidad está en curso y los materiales no han salido de China aún", destaca.

"El Ministerio de Comercio de China ofreció a España una lista de proveedores clasificados, en la cual Shenzhen Bioeasy Biotechnology no estaba incluida", desvela la embajada. "Shenzhen Bioeasy Biotechnology no ha conseguido todavía la licencia oficial de la Administración Nacional de Productos Médicos de China para vender sus productos", concluye.

Moncloa asegura que compró los test a un proveedor nacional

El Gobierno, por su parte, se defiende asegurando que "Sanidad inició hace varias semanas los contactos con varias empresas para la adquisición de test diagnósticos" y que "adquirió una partida a un proveedor nacional, que los importaba de China y cuyo producto cuenta con el marcado CE". Añade el Ejecutivo que "España se guía por la normativa de la UE y, por tanto, si un producto cuenta con la homologación europea, se puede comercializar y comprar en todo el espacio comunitario".

El Gobierno no aclara de qué proveedor se trata pero afirma que el Instituto de Salud Carlos III "analizó la documentación aportada por la empresa respecto a los estudios clínicos realizados por el fabricante chino" y que "también se comprobó que no existía ninguna alerta de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) sobre este producto".

"Las primeras pruebas del test rápido se realizaron en paralelo en un hospital de Madrid y en el Carlos III  y en cuanto se detectó una escasa sensibilidad, se dio orden inmediata de retirada; y se contactó con el proveedor que lo va a sustituir por otro tipo de test", explica el Gobierno.

Más de 4.000 fallecidos

La polémica con estos test rápidos se produce en plena oleada de contagios y fallecidos. En la mañana de este jueves España ha registrado 56.188 positivos y 4.089 muertesMadrid sigue siendo el principal foco de la pandemia, con un total de 17.166 casos, seguido de Cataluña, con 11.592, y País Vasco, con 3.946.

Ayer mismo el ministro Illa anunció un acuerdo de compra de material sanitario con China por 432 millones de euros: "En cuanto a respiradores, hay acuerdo con dos provedores, que suministrarán 950 equipos entre abril y junio. Y con dos proveedores que suministrarán 11 millones de guantes durante cuatro semanas". El ministro destacó que ese contrato se centraría en la adquisición de EPI, más de 550 millones de mascarillas, 5,5 millones de test rápidos, 950 respiradores y guantes, 11 millones".

En los últimos días también han empezado a surgir dudas sobre por qué España ha tardado tanto en activar la compra de material sanitario básico que necesitaba para la lucha contra el coronavirus. ¿Se podía haber gestionado de forma más rápida? La Información ha tenido la oportunidad de tratar el asunto con media docena de personas, entre ellos altos funcionarios conocedores de los vericuetos del procedimiento administrativo y de los mecanismos de compra pública, y también con empresarios del ámbito sanitario, acostumbrados a tratar con proveedores y a lidiar con los singulares canales de provisión de materiales del mercado chino.

El resumen es que sí, que el asunto se habría podido resolver de forma mucho más dirigente...pero que si no se ha hecho así no es tanto por una gestión deficiente sino por las tremendas barreras para la misma.

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