Casi 150 millones más

El Gobierno compra más material a China por 578 millones tras el caos de los test

Salvador Illa, ministro de Sanidad
Salvador Illa, ministro de Sanidad
EP

El Gobierno ha comprado nuevo material a China, justo unas horas después de la crisis de los test defectuosos. En concreto, el Ministerio de Sanidad ha elevado a 578 millones el valor de los contratos, según ha informado el Ejecutivo tras el consejo de ministros de este viernes. Inicialmente la cantidad invertida fue de 432 millones. Se trata de la segunda ampliación en menos de una semana.

La decisión de incrementar la inversión en material sanitario ha sido anunciada por el ministro de Sanidad, Salvador Illa, en una comparecencia tras el consejo extraordinario de ministros que ha aprobado oficialmente la prórroga del estado de alarma hasta el próximo 11 de abril.

La inversión en material sanitario se refiere a la adquisición de equipos de protección, de test de diagnóstico y de equipos de respiración asistida para unos hospitales al límite de su capacidad y que aún no han alcanzado el pico de pacientes.

El Gobierno ha afirmado, además, que ha reforzado el procedimiento de compara de material sanitario para las comunidades autónomas. Asimismo el ministro Illa ha informado que ya ha repartido más de 7,4 millones de mascarillas por estos territorios. El titular de Sanidad también ha pedido "tranquilidad" porque en nuestro país se hacen cada día entre 15.000 y 20.000 pruebas diagnósticas al día.

El incremento de la inversión se produce justo unas horas después de que el Ministerio de Sanidad devolviera una partida de 50.000 test de detección rápida del coronavirus adquirida a un laboratorio chino y cuyo funcionamiento se ha revelado como defectuoso. El ministro Illa ha afirmado que ese error no influye en la evolución de la pandemia

Pese a la tremenda polvareda levantada por el asunto, el departamento que dirige Illa ha decidido no adoptar ninguna medida punitiva contra el controvertido fabricante -del que el Gobierno chino dice que "no ha conseguido todavía la licencia oficial" para vender en el país- y se da por satisfecho con la sustitución de la partida defectuosa por otra remesa de dispositivos que sí cumpla la función para la que fueron adquiridos: el diagnóstico rápido de la existencia o no de infección por Covid-19 en un periodo de 15 o 20 minutos.

Este 'trágala' de Sanidad se produce a pesar de las explicaciones que se le han pedido desde la oposición, las comunidades autónomas y todos los estamentos políticos implicados en la pandemia, y que desde el Departamento de Illa se saldan con un mero "si no hubo fraude, no hay nada que hacer".

Fuentes cercanas al departamento de Illa insistieron en la falta de capacidad, estructura y experiencia del Ministerio para gestionar las compras centralizadas en un mercado tan salvaje como el que se ha formado en torno al material sanitario chino. De hecho, en los últimos días se ha estado pidiendo la ayuda de los técnicos de Economía y Comercio para evaluar las contrataciones, al solvencia de las empresas o, simplemente, para tener un listado de posibles proveedores.

El asunto es que la partida de 50.000 test recibida no ofrecía un diagnóstico fiable y las autoridades del Ministerio de Sanidad no se dieron cuenta de ello hasta que los hospitales de la Comunidad de Madrid -dónde ya se habían repartido los 8.000 primeros dispositivos- empezaron a percatarse de que los resultados no les servían para nada.

El análisis posterior de Sanidad reveló, según la explicación ofrecida ayer por el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, que las especificaciones de los test no se correspondían con los certificados de calidad que se incluían en la remesa.

Sobre los nuevos test el Gobierno asegura que ya han verificado su fiabilidad y que está esperando una "cantidad muy importante" de material sanitario que se recibirá en los próximos días.

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