Espionaje, el falso cura y caja B: Bárcenas recurre a todo en su duelo con Cospedal

  • El extesorero recurre al espionaje para resaltar la importancia del material fulminado y la 'popular' que estaba fuera del PP desde junio de 2009.
juicio ordenadores bárcenas
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EFE

Han pasado seis años desde la ruptura entre Luis Bárcenas y el Partido Popular y la tensión, lejos de diluirse, se ha acrecentado a tenor de las declaraciones protagonizadas por el extesorero y María Dolores de Cospedal en el juicio por el borrado de sus ordenadores. Así, mientras este defendió que le formatearon sus discos duros para deshacerse de  cualquier prueba relacionada con la financiación opaca de la formación, Cospedal cerró filas con los cuatro acusados cercanos al partido y apeló al "gran coste" personal que le había supuesto el eterno enfrentamiento con su rival, de quien dijo que "tiene la mala costumbre de mentir".

Consciente de que la clave de las acusaciones es demostrar que los discos formateados hasta en 35 ocasiones guardaban notas con nombres de donantes del partido, Bárcenas compareció ante el tribunal alegando precisamente que el contenido de sus ordenadores custodiados en su 'despacho' bajo llave "daban continuidad" a los papeles manuscritos sobre esa caja 'B' que investiga la Audiencia Nacional. Por ese motivo interpuso una querella contra la formación, si bien después se retiró del litigio que ha llegado a juicio gracias a las acusaciones populares personadas en la causa. 

Cospedal, que protagonizó la declaración más corta de la intensa sesión, no entró a valorar el contenido de sus ordenadores pero sí dijo que, sin duda alguna, no eran propiedad del extesorero sino del partido. La 'popular' esquivó mejor que en otras ocasiones las preguntas relacionadas con el despido 'en diferido' de Bárcenas y el 'negocio simulado' entre este y la formación, limitándose a decir que a mediados de 2009 se rompió cualquier relación laboral existente entre las partes enfatizando además que ella nunca dio órdenes de destruir ese material. Extremo que choca con la versión mantenida por Bárcenas, el cual insistió en la estrecha relación que mantenía con el entonces presidente del PP, Mariano Rajoy, y que le llevó a ocupar el salón Andalucía de la tercera planta de Génova como si de su propio despacho se tratara hasta 2013.

Cospedal le prohibió entrar al PP

Precisamente en enero de ese año la filtración en prensa de su fortuna oculta en Suiza llevó a la entonces secretaria de organización a tomar cartas en el asunto y romper vínculos con él. "La decisión de no permitirle el acceso a la sede del partido la tomo yo y se lo comunico a la tesorera", explicó Cospedal al tribunal, en referencia a Carmen Navarro. Precisamente ella es una de las cuatro personas que se sientan en el banquillo por delitos de daños informáticos y encubrimiento. Las otras son el abogado Alberto Durán, el jefe de los servicios informáticos José Manuel Moreno y el PP como persona jurídica.

Todos ellos respondieron casi al unísono en un interrogatorio cuanto menos descafeinado -teniendo en cuenta que la Fiscalía no ejerce acusación contra ellos- aseverando que ni Bárcenas reclamó los ordenadores cuando le devolvieron sus enseres en cajas, ni había ningún tipo de documento en el interior de esos dispositivos electrónicos. Ante la insistencia de los abogados de la acusación de cara a saber por qué se borraron unos ordenadores vacíos todos ellos apuntaron en la misma dirección: formaba parte del protocolo instaurado en el partido y se hace como medida de seguridad para que el siguiente usuario los pudiera utilizar. 

El espionaje a Bárcenas, como telón de fondo

Aunque no formaba parte de este procedimiento, al menos de manera directa, la secuencia de hechos que se produjeron en los pasillos de Génova en los primeros meses de 2013 coinciden en tiempo con el operativo de espionaje al extesorero que puso en marcha un sector policial cercano a José Manuel Villarejo y que fue costeado con fondos reservados del Estado. Su entonces chófer, Sergio Ríos Esgueva, actuó de 'topo' de los implicados llegándole a sustraer la documentación especialmente sensible que el entonces máximo responsable de finanzas de su partido guardaba en su poder. 

Consciente de ello, Bárcenas no dejó pasar por alto este episodio y enumeró ante el tribunal los asuntos que se investigan en esta pieza secreta del caso Tándem. De este modo, recordó el episodio del falso cura que irrumpió en su casa, las escuchas telefónicas o el robo de un material que él mismo le había dado a su mujer Rosalía Iglesias tras un vis a vis en Soto del Real cuando cumplía prisión provisional por su implicación en Gürtel. "Se produjeron un conjunto de acciones que confluyen en el sentido de hacer desaparecer la documentación que me pertenece, perjudicarme personalmente y amedrentarme", dijo, para apuntar que este caso bien podría tratarse de un episodio más de la 'operación Kitchen'.

Aunque Bárcenas se refirió a este asunto en determinados momentos de sus tres horas de declaración, Cospedal no solo no hizo alusión al tema sino que pasó de lado cuando alguna acusación le sacó a relucir que el propio Ríos Esgueva, entonces chófer y hombre de confianza de Bárcenas, fue la persona que este designó para ir a recoger sus enseres a Génova 13.  "¿Sabía usted esto?" le preguntó la letrada de Izquierda Unida, a lo que la histórica dirigente del PP echó balones fuera y respondió en tono visiblemente molesto: "No tengo ni idea. No lo sé".

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