Doñana pasa de ser una zona de veraneo para presidentes a un foco de conflictos

  • Incendios, problemas medioambientales, disputas por el agua... uno de los parajes más emblemáticos del país vive entre polémica.
El agua de Doñana, un problema politico
El agua de Doñana, un problema politico

Doñana ha dejado de ser solo esa zona de descanso donde iban los presidentes, ahora se ha convertido en un quebradero de cabeza constante. Este ecosistema único, formado por marismas y lagunas vive una permanente tensión por el agua. La corriente ha llegado al nuevo gabinete de Pedro Sánchez cuando este jueves trascendía que el ministro de Agricultura, Luis Planas, al que la oposición ha pedido explicaciones y hasta su dimisión, estaba siendo investigado por un posible delito contra los recursos naturales y el medio ambiente.

No llegará la sangre al río porque la Fiscalía de Medio Ambiente de Huelva anunciaba que no presentará acusación alguna en su contra, por consentir desde 2009 a 2012, cuando era consejero andaluz, el uso indebido de agua para el regadío en Almonte en varias fincas dedicadas al cultivo de la fresa y los frutos rojos. 

El problema de Donaña está, día sí y día también, en los juzgados de Huelva y Sevilla, con múltiples casos y expedientes por la sobreexplotación y el uso fraudulento del agua de Doñana. Así, este martes 12 de junio el pleno Congreso de los Diputados aprobaba iniciar los trámites para trasvasar 15 hectómetros cúbicos de las cuencas de los ríos Tinto, Odiel y Piedras al río Guardamar para los regadíos y el abastecimiento de la comarca del Condado de Huelva.

La intención es aliviar la explotación sobre el acuífero acuífero Almonte-Marisma, del que se nutre el espacio natural de Doñana. Este trasvase, que ha sido saludado con alegría por los agricultores y aprobado por todos los grupos parlamentarios menos Unidos Podemos, se une a otro de 4,99 hectómetros cúbicos aprobado en 2008 y permitirá, creen la Junta de Andalucía, el PSOE, el PP y Ciudadanos, acabar con la extracción de agua del acuífero y cerrar los pozos ilegales.

El agua de Doñana, un problema político
Las organizaciones denuncian el uso del agua en Doñana. /PARQUE DE DOÑANA.

Para el consejero de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, José Fiscal, se trata del trasvase "con menor impacto ambiental del país y va a evitar la sobreexplotación del acuífero". Los ecologistas, sin embargo, no lo ven así y lo consideran un parche. Para WWF se trata de "un derroche de dinero público", término que gusta poco a la sociedad cuando lo escucha.

No es un dilema fácil. Los fresales y los arrozales son el corazón del empleo de la zona. Sólo en la provincia de Huelva, en el entorno de Doñana, se han plantado este año, según los datos del sindicato UPA, 11.145 hectáreas de fresa y frutos rojos, 1.100 más que el pasado año. No en vano, España es el segundo productor mundial tras Estados Unidos. Solo en Huelva facturó 770 millones de euros y creó 100.000 empleos y seis millones de peonadas. Pero la fresa necesita agua en abundancia y la organización ecologista WWF denuncia la sobreexplotación del acuífero subterráneo que da vida a Doñana y a sus marismas y lagunas, y la existencia de "más de 1.000 pozos ilegales", de los que la Junta de Andalucía ha cerrado ya 300.

Los arrozales son el modo de vida de una buena parte de la población de la marisma sevillana y el verdadero motor económico de la zona. En Isla Mayor, 6.000 habitantes, donde se rodó el premiado film ‘Isla Mínima’, se produce más arroz que en toda Valencia y el Delta del Ebro. Allí se concentran 36.000 hectáreas de cultivo donde se producen alrededor de 350.000 toneladas anuales de arroz, el 40% de la producción de toda España.

Las amenazas se ciernen pues sobre Doñana, hábitat natural de millones de aves y de especies tan emblemáticas y amenazadas de nuestra fauna como el lince o el águila imperial, que ha sufrido en las últimas décadas desastres como el pavoroso incendio que calcinó ahora justo hace un año más de 8.000 hectáreas en el preparque de Doñana y supuso, además de los daños ecológicos, unas pérdidas económicas estimadas en 75 millones de euros o la rotura de la presa de la mina Aznalcóllar (Sevilla) en 1998, que supuso la liberación de millones de toneladas de residuos de metales pesados. Tampoco hay que olvidar el proyecto de almacén y extracción de gas, del que algo sabe la ministra de Transición Energética y Medio Ambiente, Teresa Ribera, que parece que puede ser parado tras diversas iniciativas de la Junta de Andalucía. Lo  dicho, Doñana ya no parece un lugar de descanso para presidentes.

1.000 millones de litros por 300.000 euros

Objetivo: Salvar Doñaña

Este jueves 14 de junio culminaba el ‘Proyecto Doñana’ mediante el que la cervecera Heineken España, en su programa de Responsabilidad Social Corpporativa, y en colaboración con la Junta de Andalucía, ha realizado labores de restauración y mantenimiento de varias lagunas del espacio natural, con una inversión de 300.000 euros, que proporcionan a Doñana una compensación hídrica de 1.000 millones de litros de agua, según el análisis realizado por el Centro Andaluz del Medio Ambiente de la Universidad de Granada. En concreto las labores se han llevado a cabo en la Laguna de la Dehesa de Abajo (La Puebla del Río, Sevilla): 747 millones de litros; Laguna de San Lázaro (Villamanrique de la Condesa, Sevilla): 243 millones de litros Laguna de Las Pardillas (Hinojos (Huelva): 56 millones de litros; Laguna del Lince (Hinojos, Huelva): 14 millones de litros. El agua y Doñana, en fin, la eterna batalla en las marismas del Guadalquivir.

Mostrar comentarios