Cuatro de cada diez maltratadores adultos han sido antes víctimas

  • Madrid.- Cuatro de cada diez maltratadores han sido antes víctimas, ha asegurado hoy el director del Instituto de Estudios sobre Violencia Centro Reina Sofía, José Sanmartín, quien ha alertado de que el maltrato en la infancia "daña hasta extremos inimaginables".

Las españolas corren más riesgo de ser asesinadas por un familiar que por un desconocido
Las españolas corren más riesgo de ser asesinadas por un familiar que por un desconocido

Madrid.- Cuatro de cada diez maltratadores han sido antes víctimas, ha asegurado hoy el director del Instituto de Estudios sobre Violencia Centro Reina Sofía, José Sanmartín, quien ha alertado de que el maltrato en la infancia "daña hasta extremos inimaginables".

Sanmartín, que ha hecho estas manifestaciones a la prensa durante la presentación del III Informe Internacional "Violencia contra la mujer en las relaciones de pareja", que ha elaborado el centro que dirige, ha hecho hincapié en el cuidado que hay que tener cuando se interpretan este tipo de datos.

Así, ha afirmado que no es lo mismo hablar de toda la población de víctimas que referirse a quienes ya son maltratadores.

Sanmartín ha indicado que en cuanto a la población de víctimas, "solamente" dos de cada diez niños que han sufrido maltrato directo o indirecto devienen agresores en el futuro, por lo que ocho, no.

En relación con los maltratadores ya adultos, el director del Centro Reina Sofía ha señalado que cuatro de cada diez agresores han sido antes víctimas.

Sanmartin ha dicho que el Centro está analizando el efecto que produce el maltrato en los niños por parte de alguno de sus progenitores, bien porque han sido agredidos o porque han observado maltrato en la pareja.

Ha explicado que los malos tratos "no dejan inmune la biología que subyace a esos procesos" y produce efectos de distintos tipos: de tipo cognitivo, emocional, conductual e incluso, últimamente, hay efectos que se refieren a la base neurobiológica.

Según sus palabras, un niño maltratado suele tener niveles altos de estrés, que se produce por una hormona en sangre que se llama cortisol, y cuando ésta se encuentra en exceso daña estructuras cerebrales que están ligadas al control de la conducta agresivo-violenta como son la amígdala y el hipocampo.

Por eso, Sanmartín ha subrayado que "nos tendríamos que tomar muy en serio que el maltrato daña hasta extremos inimaginables".

A su juicio, los niños pueden aprender que la violencia es un recurso para la resolución de los conflictos; además, suelen tener una relación "de carácter inseguro" con alguno de los maltratadores, que se traduce en "deficiencias emocionales", que impiden la empatía.

En cuanto a la violencia machista, Sanmartín ha constatado que a pesar de que el año pasado el número de víctimas de este tipo de violencia descendió con respecto a años anteriores, "la curva" evolutiva desde 2000 muestra una tendencia al alza.

En relación con la edad de las víctimas y de los agresores, ha recordado que el tramo de 14 a 25 años es el que en cada estadística se encuentra en una posición "altísima".

Ha descartado que la violencia machista se deba a la inmigración porque, ha dicho, "es un problema de España", si bien ha reconocido que las víctimas extranjeras están sobrerrepresentadas en las estadísticas de malos tratos.

"Ese problema en lugar de darle un tinte xenófobo, tiene que servir para que los gobiernos autonómicos, sobre todo, impulsen programas de choque con el objetivo de la prevención del maltrato a las mujeres extranjeras", ha apostillado Sanmartín.

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