Cuba. Inocencio arias dice que el “ego” y su “ansía por mediar donde nadie le ha llamado han nublado” a zapatero


El diplomático jubilado Inocencio Arias aseguró este viernes que el “ego” y su “ansía por mediar donde nadie le ha llamado han nublado la vista” del expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero.
Así se pronunció Arias, en declaraciones a Servimedia, acerca de la polémica surgida a raíz del viaje de Zapatero y el exministro de Asuntos Exteriores Miguel Ángel Moratinos a Cuba donde se han reunido con el presidente cubano, Raúl Castro, en La Habana.
En ese sentido, Arias definió el viaje como “descortés, inelegante, que roza la falta de lealtad”, ya que, a pesar de que “no ha cometido ningún crimen de Estado”, a su juicio, resulta evidente que ir a un país extranjero con unas relaciones con España tan delicadas sin decir al Gobierno que va a tener contactos políticos es “algo que sólo se le puede ocurrir a Zapatero, cuyas muestras de poner zancadillas son abundantes en el pasado reciente”.
Del mismo modo, aseveró que “Zapatero puede decir que no sabía que le iban a recibir pero sí iba a intentar que lo recibieran”.
Por esa razón, Arias afirmó que “lo mínimo que pudo hacer” fue decirle a Exteriores iba a tener contactos políticos allí y que existía la posibilidad de ver al presidente Castro, así como trasladarle al Gobierno el ofrecimiento de hacerle llegar un mensaje de su parte a las autoridades cubanas.
Este viaje representa para Arias “una dosis de inconsciencia e irresponsabilidad, según los bienintencionados, aunque los malintencionados hablarán de doblez y de que es un personaje artero”.
Arias recordó que es el Gobierno el actor encargado de analizar las relaciones con Cuba, cuyo Gobierno “iba a utilizar este tema en su beneficio”.
Por otra parte, puso en duda el hecho de si avisaron a Exteriores “voluntariamente o porque no había más remedio, ya que debían pedir permiso para que les autorizaran a sacar las pistolas de los escoltas”.
Por último, Arias aseguró que es “imposible” que Zapatero no se diera cuenta de lo que hacía teniendo a su lado a Moratinos, “un exministro de Exteriores que es diplomático de profesión” y que, “salvo que se haya vuelto loco, le tuvo que decir que si no avisaban en Exteriores y en el Gobierno se iban a subir por las paredes”.

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