Cultivos de coca se redujeron en 25 % en 2012 en Colombia, según la ONU

  • La extensión de suelo colombiano sembrado con coca se redujo en 2012 en un 25 %, al pasar de 64.000 hectáreas el año precedente a 48.000 hectáreas, reveló hoy el informe de la Oficina de la ONU para la Droga y el Delito (UNODC).

Bogotá, 8 ago.- La extensión de suelo colombiano sembrado con coca se redujo en 2012 en un 25 %, al pasar de 64.000 hectáreas el año precedente a 48.000 hectáreas, reveló hoy el informe de la Oficina de la ONU para la Droga y el Delito (UNODC).

El representante de esta oficina en Colombia, Bo Mathiasen, calificó los resultados en una rueda de prensa como "alentadores" y ratificó que "la tendencia a la reducción del área cultivada que se inició en 2007 se mantiene en 2012".

El censo de cultivos, basado en imágenes satelitales y en la verificación en el territorio, indicó el pasado 31 de diciembre de 2012, Colombia tenía 48.000 hectáreas sembradas distribuidas en 23 de los 32 departamentos del país.

Sólo Norte de Santander (noreste), Caquetá (sur) y Chocó (noroeste) incrementaron su extensión, mientras que otros departamentos de cultivo tradicional como Nariño, Putumayo, Guaviare y Cauca (todos ellos en el suroeste y sur del país), presentaron las reducciones más importantes.

No obstante, Nariño sigue siendo la región con mayor presencia de cultivos de coca, materia prima para elaborar cocaína, mientras que hay otros departamentos limpios de sembrados, como el central de Cundinamarca, al que pertenece Bogotá.

Según dijo Mathiasen, la producción total de cocaína con un 100 % de pureza se redujo en menor proporción que la zona sembrada, al disminuir en un 10 %, lo que se traduce en un estimado de 309 toneladas.

El informe indica además que existe una tendencia hacia la reducción en los rendimientos anuales y una reactivación del mercado de la coca.

En 2012, se registró un aumento del 9,9 % en el precio de la coca fresca, en contraste con la estabilidad en los valores de la pasta básica (-0,4 %), base de cocaína (3,9 %) y clorhidrato de cocaína (-2,4 %).

Otro fenómeno registrado el año pasado apunta a que los cultivadores tienen cada vez menos dependencia de estos ilícitos, al tiempo que han ido abandonando la actividad de transformación, que dejan en manos de otros actores.

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