"Ventas directa y minorista"

De bolsos a mascarillas: el gran bazar de los comisionistas de la jet set en Malasia

El Tribunal de Cuentas ya advirtió en octubre de 2021 que los precios que pagó el Ayuntamiento Madrid por el material sanitario al principio de la pandemia eran más elevados que los que abonaron otros consistorios.

Luis Medina
Luis Medina
Europa Press

Bolsos, zapatos, gafas, relojes, pintalabios de colágeno o suplementos digestivos... son algunos de los productos que ofrece, a través de redes sociales, la empresa de Malasia que Luis Medina y Alberto Luceño utilizaron como proveedor para la compraventa de mascarillas, guantes de nitrilo y test rápidos para el Ayuntamiento de Madrid en marzo de 2020, uno de los momentos más duros de la pandemia. Se trata de Leno Marketing Sdn Bhd, una empresa que aprovechó la crisis sanitaria de la covid-19 para incluir en su catálogo los artículos que en ese momento pasaron a ser de primera necesidad en todo el planeta.

Luis Medina, hijo pequeño del fallecido duque de Feria y Naty Abascal, y su amigo Alberto Luceño están siendo investigados por las presuntas comisiones millonarias que cobraron al Ayuntamiento de Madrid por suministrar material sanitario. Para ello, el aristócrata contactó con una persona cercana a un primo del alcalde José Luis Martínez-Almeida para saber dónde podía ofrecer sus servicios. Tras concluir este trámite y llegar hasta la Empresa de Servicios Funerarios y Cementerios de Madrid (participada al 100% por el Ayuntamiento de la capital), Luceño se presentó como experto en importación de productos procedentes del mercado asiático y como "agente exclusivo" de la empresa malaya, un dato que, según la Fiscalía Anticorrupción, no era cierto. Como resultado de ello, la empresa municipal suscribió tres contratos con la dicha empresa para obtener un millón de mascarillas KN95, dos millones y medio de guantes de nitrilo y 250.000 test rápidos Covid-19

Así, entre el 24 de marzo y el 6 de abril de 2020, la empresa municipal transfirió 11,9 millones de dólares (10,9 millones de euros), en un total de nueve facturas. No obstante, según sospechan los investigadores este importe sería superior al que realmente se tendría que haber pagado, debido a que los dos intermediarios conocidos en el mundo de la 'jet set' presuntamente inflaron los precios de forma desmesurada para obtener un beneficio neto de 6 millones de dólares en comisiones por su intervención en la compraventa de material sanitario. Un montante que se encuentra bajo la lupa del Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid, dirigido por el magistrado Aldolfo Carretero, tras admitir a trámite la querella de Anticorrupción, en la que se detalla el 'modus operandi' de Medina y Luceño, así como los bienes de lujo que adquirieron después de la operación comercial.

Fuentes del consistorio madrileño confirman a este diario que la empresa asiática que se utilizó para la compraventa de mascarillas fue Leno Marketing Sdn Bhd, mercantil fundada en 1994, que centra su negocio principal en "ventas directa y minorista" desde el año 2000. Según la información que facilita la propia empresa en la red social Facebook, la misma cuenta con "una amplia selección" de mercancías "asequibles" y "de calidad" dirigidos a "todos los segmentos de edad de las familias de Malasia". Así, ofrece artículos de "moda y accesorios, suplementos para la salud, artículos de cuidado de la belleza e higiene personal, productos para el hogar y cuidado del automóvil".

Cuenta con "una amplia selección" de mercancía "asequibles" y "de calidad" dirigidos a "todos los segmentos de edad de las familias de Malasia"

Cabe destacar que el procedimiento judicial abierto por estos hechos va dirigido contra los dos comisionistas con el objetivo de aclarar si engañaron al Ayuntamiento de Madrid con los precios ofertados y si su actuación como intermediarios es constitutiva de delitos de estafa, falsedad de documental y blanqueo de capitales. Según señala la Fiscalía Anticorrupción en su querella, ambos investigados intervinieron en la operación "de común acuerdo y con ánimo de obtener un exagerado e injustificado beneficio económico". En concreto, Luceño obtuvo 5 millones de dólares, que después gastó en tres relojes Rolex, un piso con tres plaza de garaje y tres trastero, y 12 coches de alta gama, entre otras cosas. Por otro lado, Medina recibió un millón de dólares, que sirvió para costear la compra de un yate, llamado 'Feria', en honor al título nobiliario de su familia. Unos bienes de lujo que el juez ha embargado de forma preventiva mientras avanzan las pesquisas.

Fiscalización de los contratos

Se da la circunstancia de que el Tribunal de Cuentas ya fiscalizó varios contratos de la pandemia que firmó el Ayuntamiento que dirige Martínez-Almeida y advirtió de que los gastos por mascarillas y test de antígenos que afrontó este consistorio fueron los más elevados, en comparación a otras administraciones similares. Así consta en el informe aprobado en octubre de 2021 sobre los contratos tramitados de emergencia en 2020 por los Ayuntamientos de los municipios con población superior a 300.000 habitantes para atender las necesidades derivadas de las medidas adoptadas para hacer frente a la crisis sanitaria. El órgano fiscalizador concluye que el "precio más alto de todos los contratos examinados fue de 6,24 euros la unidad, concertado por el Ayuntamiento de Madrid el 25 de marzo de 2020, a través de la empresa municipal SFM (Servicios Funerarios y Cementerios de Madrid) para la adquisición de mascarillas KN95".

Anticorrupción destacó en su escrito presentado ante el juez que Luceño y Medina incrementaron el coste de las mascarillas un "148% del precio real del producto". Es decir, el Ayuntamiento de Madrid pagó por un millón de mascarillas, "de buena calidad", un total de 6.689.300 dólares (6.142.851 euros al cambio actual), de los cuales 4 millones se acabaron repartiendo en comisiones. De este modo, los investigadores deducen que la empresa proveedora "habría estado dispuesta a vender por un precio muy inferior al pagado, concretamente, el 40% de lo que se pagó por ellas" y que "el precio real de venta de las mascarillas era de 2.689.300 millones de dólares (2.469.611 euros)".

Lo mismo ocurrió con la adquisición de pruebas rápidas. El Tribunal de Cuentas hace hincapié en que el "precio más alto fue de 16,03 euros la unidad, correspondiente de la empresa municipal SFM, de fecha 25 de marzo de 2020, adjudicado a una empresa de Malasia". Sobre este material, Anticorrupción destacó que el Ayuntamiento pagó 4.250.000 dólares (3.902.817 euros), aunque pidió devolver un lote de 75.000 test al no tener un "nivel de sensibilidad aceptable". Luceño, que fue quien negoció directamente los servicios con la compañía municipal de servicios funerarios, se negó a ello pero, a cambio, se comprometió a enviar una nueva remesa de reactivos, la cual no consta que hubiera llegado.

En cuanto a los guantes de nitrilo, el órgano fiscalizador afirma que el Ayuntamiento que los adquirió más caros fue Barcelona: a 0,21 euros la unidad, el 30 de abril de 2020. No obstante, detalla que Madrid los compró casi un mes antes, el 25 de marzo, a un precio muy similar, a 0,20 euros la unidad. Esto era seis céntimos más caros que unos días antes, cuando los consiguió por 0,14 euros el par. En este caso, Anticorrupción subraya que el valor de los guantes que vendieron Medina y Luceño también fue elevado hasta "un 426%". Según explica, la empresa malaya fijó el coste del par en 0,38 dólares (35 céntimos de euro), si bien Luceño y Medina lo vendieron por dos dólares, estimando conseguir una comisión 4.050.000 millones de dólares (3.719.155 euros). 

Sin embargo, esta operación no tuvo el éxito esperado, ya que la consejera madrileña se quejó de la mala calidad del producto, pues los guantes solo llegaban hasta la muñeca. Ante este hecho, los empresarios aseguraron al servicio funerario de Madrid que habían conseguido 'regatear' a la empresa de Malasia el precio y que finalmente se estableció en 0,39 dólares la unidad, lo cual era falso, ya que éste era el coste pactado desde el inicio de la operación. Así, los comisionistas devolvieron la totalidad de la cantidad abonada, salvo 25.000 dólares con los que Luceño pagó la penalización que Leno le impuso por el fracaso de la venta.

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