Las pensiones y el paro tensan el último debate, decisivo para captar indecisos

  • Cataluña y los pactos postelectorales cedieron protagonismo. La ministra Montero centró sus ataques en Arrimadas y el PP se alejó de Vox.
Debate a 5 de La Sexta
Debate a 5 de La Sexta
Efe

El debate celebrado ayer jueves en La Sexta era la última oportunidad de los grandes partidos para captar el voto de los electores indecisos y de los desencantados ante un bloqueo político al que han contribuido en mayor o menor medida todas las formaciones y que ha conducido a cuatro elecciones en cuatro años. Las representantes del PSOE -María Jesús Montero-, Partido Popular -Ana Pastor-,  Ciudadanos -Inés Arrimadas-, Unidas Podemos -Irene Montero- y Vox -Rocío Monasterio- ofrecieron en la cadena privada un debate constructivo, con enfrentamientos directos y plagado de interrupciones en el que tuvo un lugar destacado la economía, el futuro de las pensiones, Cataluña -en menor medida- y el papel de las autonomías. 

Tras una campaña muy breve, en la que la situación de violencia en Cataluña generada por el independentismo, la exhumación de Francisco Franco y los errores, polémicas y salidas de tono de los candidatos han sido protagonistas, las representantes de los grandes partidos trataron de acercar a los espectadores las claves de sus programas y aclarar algunos de los aspectos más polémicos. Las participantes eligieron para su vestuario el color de su partido, excepto Irene Montero, que optó por una chaqueta azul oscuro para un debate que duró poco más de dos horas. Pastor se alejó claramente de Vox y trató de vender un discurso moderado, mientras Arrimadas fue el objetivo de la ministra Montero -que no logró doblegarla- e Irene Montero trató de desmontar el discurso de Monasterio -a las antípodas del de su formación- aunque la responsable de Podemos fue la participante que entró en menor medida en el cuerpo a cuerpo.

Las pensiones, en un contexto en el que los sueldos mileuristas y los empleos precarios no son capaces de garantizarlas y en el que la esperanza de vida de los españoles ya supera los 80 años y la natalidad está bajo mínimos, fueron uno de los puntos claves del debate. Las dos posturas más radicales las plantearon Monasterio, que abogó por la privatización parcial del sistema de pensiones y por desmontar parcialmente las administraciones autonómicas, e Irene Montero, que aprovechó la radicalidad de su adversaria para asegurar que quieren privatizar "hasta el palo de la bandera".

Mientras, las representantes del PP y el PSOE centraron sus discursos en reprochar las gestiones de sus adversarios y en acusarse mutuamente de los problemas económicos actuales y, fundamentalmente, del elevado paro. Pastor defendió la "historia conocida" del PP en creación de empleo, a diferencia de la que ha practicado el PSOE: "Llega un socialista y genera paro; llega un Gobierno del PP y soluciona y crea empleo".

Los ataques de Montero a Arrimadas

Mientras, la exministra de Fomento, posiblemente la que recibió menos ataques directos de sus adversarias, reconoció que cuando Rajoy ganó las elecciones en diciembre de 2011 y se convirtió en presidente del Gobierno el país se encontraba en "la ruina".  A partir de 2014, según sus palabras, el entonces Ejecutivo del PP propició la creación de puestos de trabajo y pudo bajar además impuestos. Al tiempo, criticó la gestión de Zapatero -ocho años en el poder- y aseguró que sería una mala noticia que Sánchez volviese a La Moncloa después de 16 meses en el poder.

A estas declaraciones respondió la ministra de Hacienda en funciones y candidata del PSOE, María Jesús Montero, para quien "la tasa más alta" de paro en democracia se produjo en época de Rajoy, incidiendo además en que el ex responsable del PP subió "60 veces los impuestos". También criticó la reforma laboral, que abarató el despido, y que no negoció con los sindicatos. "Desde que gobierna Sánchez, hay 500.000 ocupados más", afirmó.

Sin embargo, la socialista vio en la número dos de Ciudadanos su principal adversaria durante el debate. Fueron constantes sus interrupciones, llegando incluso a aspectos personales. Montero aseguró: "Algunas veces dices que has vivido en Andalucía, otras en Cataluña: según lo que quieras trasladar has vivido en todas las partes del mundo", una acusación que indignó a Arrimadas, que aseguró que con esa aseveración pretendía ridiculizarla.

Pactos poselectorales

En cuanto a los pactos postelectorales, un asunto en el que las responsables de los cinco principales partidos no entraron en profundidad, quedó claro que el PSOE pretende gobernar en solitario, rechazando en principio un Ejecutivo de coalición con Unidas Podemos, pero admitiendo que sus programas coinciden básicamente en aspectos sociales. Mientras, Arrimadas dejó clara la preferencia por pactar con el PP, aunque admitió que para garantizar la gobernabilidad se puede llegar a pactos con otros partidos en aspectos clave, por ejemplo en educación.

Pese a que Cataluña formaba parte de un bloque, fue un tema que tuvo un escaso protagonismo. Irene Montero aseguró que el problema de Cataluña es una cuestión política y que debe tener una solución democrática. "Justo lo que aún no hemos intentado. Al final también van a querer ilegalizar a la gente que vota diferente", sentenció.

Por su parte, María Jesús Montero atacó la gestión de los 'populares' en Cataluña asegurando que el Gobierno de Rajoy "fue con ustedes que se fugó Puigdemont y se realizó un referéndum ilegal". Mientras, sobre el tema de las autonomías se produjo uno de los enfrentamiento más importantes de Vox con el Partido Popular, que en principio solo buscaba como adversario al PSOE. 

"El estado de autonomías es lo que mejor nos ha podido pasar a los españoles", aseguró Ana Pastor y Monasterio le espetó que hay "17 mercaditos distintos". "Ustedes quieren matar moscas a cañonazos. Hay que tener un poquito de idea de gestión", respondió contundentemente  Pastor.

Justicia y medidas sociales

Por su parte, Arrimadas propuso reformar el Código Penal, impulsado por el PSOE, para endurecer las condenas de los violadores, como el caso reciente de la 'Manada de Manresa'. Además, abogó por incrementar los permisos de paternidad y maternidad, garantizar la educación gratuita de 0 a 3 años y bajar impuestos. Mientras, Rocío Monasterio aseguró que su partido es el único que pide la cadena perpetua para los violadores y los asesinos".

"Debemos trabajar en igualdad salarial, equiparar los permisos de paternidad y maternidad e impulsar el pacto de estado contra la violencia de género", aseguró María Jesús Montero, mientras Irene Montero, que no entró de forma directa a atacar a sus adversarias, aseguró que lo que quiere su partido es poner un impuesto a la banca, "para que devuelva todo el dinero que le prestamos los españoles".

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