Mas admite que los acusados sabían que las leyes de desconexión serían anuladas

  • Reconoce reuniones informales con algunos de los acusados y que aconsejó a Puigdemont convocar elecciones ante la dificultad del plan independentista.
El expresidente catalán Artur Mas, durante su declaración como testigo este miércoles en el juicio del "procés".
El expresidente catalán Artur Mas, durante su declaración como testigo este miércoles en el juicio del "procés".
EFE

El expresident de la Generalitat Artur Mas ha reconocido este miércoles ante la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo su asistencia a reuniones informales a lo largo de 2016, convocadas por su sucesor en cargo, Carles Puigemont, y a las que asistieron también otros encausados en este procedimiento como el exvicepresident Oriol Junqueras, los exconsejeros Raül Romeva y Jordi Turull o la expresidenta del Parlament Carme Forcadell. En estos encuentros trataron sobre el referéndum y la Ley de Transitoriedad, y se habló de que "lógicamente" tendrían poco recorrido porque serían anuladas por el Tribunal Constitucional.

La existencia y contenido de estas reuniones han consumido gran parte del interrogatorio del ex mandatario, que ha sido el segundo testigo en comparecer en la vista a petición de la acusación popular ejercida por Vox y varias de la defensas.

No obstante ha sido el fiscal Javier Zaragoza el que ha logrado centrar la intervención interesándose de forma especial por los encuentros, en los que también estuvieron presentes según ha reconocido Más el que fuera número dos de Junqueras, Josep María Jové o la huida de la Justicia Marta Rovira.

Mas ha insistido en varios momentos del interrogatorio en que su voluntad, y la del resto de presentes en las reuniones, era explorar todas las vías posibles de acuerdo con las autoridades del Gobierno central y que aconsejó elecciones ante la dificultad de llevar a término el plan independentista. También ha reconocido que el mandato de la ciudadanía y el reflejado en la mayoría parlamentaria era "muy claro". Y ante la imposibilidad de de encontrar vías de acuerdo con el Estado "no se pararon las máquinas", ha afirmado.

En ese sentido, también ha revelado que no se opuso al referéndum del 1-O pero advirtió a Puigdemont que lo llevara a cabo "en un marco legal que el Govern pudiera controlar", por lo que no debía "abandonar la capacidad de convocar elecciones". A pregunta de la acusación popular ejercida por VOX, Artur Mas ha detallado que se permitió la "licencia" de dar su opinión sobre la posibilidad de un nuevo referéndum de independencia, en alguna reunión con miembros de su partido y Puigdemont, porque suponía una "alteración de la hoja de ruta" con la que la coalición JxSí se presentó a las elecciones de 2015.

La vinculación de la Generalitat fue menor que el 9-N

En su comparecencia, Artur Mas ha asegurado que la vinculación de la Generalitat en la organización del referéndum del 1 de octubre fue "incuso inferior" que la que tuvo en la consulta del 9-N de 2014, cuando él estaba al frente del Govern. Ha subrayado que el protagonismo de la sociedad civil organizada o de la gente a pie de calle fue "determinante" para organizar ese referéndum, declarado ilegal por el Tribunal Constitucional.

"Yo estoy precondenado por el Tribunal de Cuentas con una pena solidaria de 5 millones de euros por lo que invirtió el Govern", ha recordado Artur Mas. Y, en la financiación del 1-O, por contra, la implicación del Govern que entonces presidía Carles Puigdemont era "claramente inferior o nula" y a partir de ahí el papel de la sociedad civil organizada fue determinante.

También ha apuntado que lo ocurrido tras el 9-N marcaba el camino a los promotores del 1-O sobre lo que podía ocurrir después, puesto que él fue procesado y condenado "por desobediencia y nada más".

Rehusó protestas "permanentes" para evitar violencia

Por otro lado, ha querido desvincular el proceso independentista con la violencia y ha asegurado que el Govern rehusó un "escenario" de movilizaciones permanentes en las calles de Cataluña tras el 1-O, por el "riesgo que eso podía comportar de violencia" después de la intervención policial para impedir el referéndum.

Mas ha afirmado que en todo momento por parte de los responsables políticos de Cataluña "era orillado cualquier escenario en el que se pudiera producir algo de violencia" y ha negado con contundencia que el Govern se planteara en algún momento "tomar el control" de los Mossos. Según ha detallado Mas, en un proceso "con la intensidad de Cataluña, con movilizaciones enormes durante muchos años y una implicación muy activa de la sociedad civil, llegan muchas ideas a las mesas de los dirigentes", entre ellas que la presencia de la gente en las calles pasara de "esporádica" a "permanente".

Respecto a si el Govern se planteó el control de infraestructuras críticas en Cataluña para lograr la independencia, Artur Mas ha admitido que "había opiniones en ese sentido por parte de gente que libremente comunicaba sus ideas", pero las personas que "tomaban las decisiones en ningún momento" barajaron esa posibilidad.

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