Decomisan 708 kilos de cocaína, uno de los mayores alijos en Puerto Barcelona

  • La Guardia Civil ha intervenido un total de 708 kilos de cocaína de gran pureza, escondidos en un contenedor cargado de cocos secos, lo que ha supuesto uno de los mayores alijos conseguidos en el puerto de Barcelona en los últimos años, sin que se hayan practicado detenciones.

Barcelona, 27 abr.- La Guardia Civil ha intervenido un total de 708 kilos de cocaína de gran pureza, escondidos en un contenedor cargado de cocos secos, lo que ha supuesto uno de los mayores alijos conseguidos en el puerto de Barcelona en los últimos años, sin que se hayan practicado detenciones.

Según ha explicado hoy en rueda de prensa el comandante de la Guardia Civil Alejandro Anelho, jefe de seguridad portuaria del Puerto de Barcelona, se investiga para esclarecer que personas están implicadas en loso hechos.

Ha añadido que la cocaína llegó en un contenedor transportado en un barco procedente de República Dominicana y se pudo intervenir el pasado 12 de marzo en un control de tráfico interno cuando ya salía del recinto portuario en un camión.

En la operación policial no se han practicado detenciones porque los narcotraficantes que mandaron la droga utilizaron el método del "gancho perdido", de forma que introdujeron la cocaína en el contenedor sin que la empresa que transportaba el cargamento de cocos secos tuviera conocimiento de ello.

En el control de tráfico que se llevó a cabo en el recinto portuario, fuera ya de la zona aduanera, los agentes hallaron en el interior del contenedor, camuflados entre 22.400 kilos de coco seco, un total de 18 bolsas de deporte con entre 35 y 38 tabletas de cocaína cada una -había 645 en total- envueltas en una capa de film transparente y látex con pegatinas de dibujos de animales y de cómics.

Los 709 kilos de cocaína incautada son de una gran pureza, por lo que su valor podría alcanzar los 22,6 millones de euros en el marcado negro, aunque su precio se podría disparar porque la droga decomisada es de tanta calidad que se podría cortar entre cuatro y cinco veces, de forma que en la calle se podrían llegar a vender hasta 3.500 kilos.

La Guardia Civil mantiene la investigación abierta para tratar de esclarecer quién mandó la droga y qué grupo tenía que recogerla en Barcelona para su posterior distribución y venta.

En este tipo de envíos, una organización introduce en origen la droga en un cargamento y avisa a sus compañeros en el punto de destino del número de contenedor para que la recojan antes de que llegue a su destinatario.

En este caso, según el mando de la Guardia Civil, el grupo que operaba en Barcelona se organizó mal y fallaron, ya que el contenedor con la droga ya estaba rumbo a su destino final, en un polígono de El Prat de Llobregat (Barcelona), por lo que tenían ya pocas oportunidades para recuperar la mercancía ilícita escondida en el cargamento de cocos secos.

El contenedor llegó a Barcelona con un impreso conforme su carga había sido registrada en el puerto de República Dominicana, por lo que la Guardia Civil sospecha que algún trabajador del puerto suramericano pudo colaborar con la red.

El alijo de cocaína intervenido es uno de los más importantes de los últimos años, según Anelho. De hecho, durante el pasado año en el puerto de Barcelona se decomisaron en total cerca de mil kilos de cocaína, en su mayoría en otro gran golpe a un carguero procedente de Santos (Brasil), que también había sido cargado en República dominicana, donde se hallaron 625 kilos de cocaína camuflados como café.

El pasado año la Guardia Civil también intervino en el puerto de Barcelona otra partida de 190 kilos de cocaína, en este caso procedentes de San Antonio (Chile). EFE.

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