Ante un otoño que se prevé cálido, junto con unos embalses muy por debajo de su capacidad total, el déficit de agua se agrava en casi toda España especialmente en el sur, y pese a que en cuencas como la del Duero, Ebro y Tajo se perciben ya signos de grave escasez, la situación no es límite.
Hay motivos para "empezar a preocuparnos", aunque "no estamos en una situación extrema", porque se acerca un período de probabilidad de lluvia y "habrá que hacer un seguimiento muy directo y puntual" en cada sistema, abastecimiento y cuencas, ha explicado el catedrático Alberto Garrido, director del Observatorio del Agua. "Nos adentramos en una situación que puede agravarse, o que puede resolverse", ha añadido.
Según los registros históricos del Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco), la cuenca del Duero se sitúa actualmente en el 41,3 % frente al 53,4 % del periodo 2019-2009, mientras que la del Tajo, está en el 34,7 frente al 48 % del promedio de la década.
Otra de las cuencas con una importante merma de su capacidad total es la del Ebro, que se sitúa a fecha de hoy en un nivel del 45,3 por ciento, siete puntos por debajo del 52,16 por ciento del período 2019-2009. La media peninsular se sitúa en el 40,4 por ciento, 13 puntos por debajo del promedio de la década, el 53,4 por ciento, según datos. Además del Tajo, las cuencas más precarias -con niveles por debajo del 40 por ciento- son: Segura (27,6 %), Júcar (30,1%), Guadalquivir (35,1 %) y Guadiana (38,3 %).
Gonzálo de la Cámara, director académico del Foro de la Economía del Agua y asesor de la Comisión Europea en políticas del Agua, ha recordado que siete de las diez cuencas de Europa con mayor estrés hídrico están en España, y la del Segura es la peor de toda Europa, de acuerdo a datos de la Unión Europea (UE).
"Es un año seco", ha afirmado De la Cámara para incidir en que el problema es la escasez estructural del agua que persiste en España, más allá de que pueda haber o no sequía, porque lo primordial es que "en zonas de España siempre hay escasez de agua de manera crónica y a largo plazo".
En el lado opuesto a las anteriores cuencas, en cuanto a cantidad de agua embalsada, según los datos del Miteco, destacan las del Cantábrico y el País vasco, con niveles entre el 62,5 y el 71,2 %, y Galicia, con casi el 60 por ciento en la zona del Miño y el 65 % en la zona costera de la región.
Por comunidades, Castilla y León, con severos problemas ya de falta de agua en la provincia de Ávila, el total de agua almacenada hace diez años ascendía a 4.357 hectómetros cúbicos, frente a los 3.412 hectómetros actuales, once puntos menos. En la Comunidad de Madrid, la capacidad total de sus pantanos es de 1.060 hectómetros cúbicos aunque almacenan en la actualidad 524 hectómetros cúbicos, 300 menos que en la misma semana de hace diez años, tras haber pasado del 66,7% al 49,4%.
Según el catedrático emérito Ramón Llama, miembro de la Real Academia de Ciencia, se trata de "un craso error" considerar solo el agua almacenada en embalses de superficie y no tener en cuenta la de los acuíferos, porque estos son imprescindibles en épocas de sequía, "siempre que estén en buen estado cuantitativo, cualitativo y no sobreexplotados".
En el caso de la Comunidad Valenciana, y según datos del Miteco, pese a las intensas lluvias caídas tras el episodio de gota fría o DANA -depresión aislada en niveles altos- que afectó al sureste peninsular el pasado septiembre, la cantidad de agua acumulada es de 714 hectómetros cúbicos frente a una capacidad de 2.447 hectómetros.
En la Región de Murcia, sin embargo, sí se han dejado notar los efectos de la DANA y sus embalses se sitúan casi al 44 por ciento, 18 puntos por encima de los niveles de la última década.
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