Postverdad, propaganda, inacción... la comunicación durante la crisis catalana

  •  Algunos señalan a Albert Rivera como ganador de la crisis. ¿Los perdedores? Sánchez e Iglesias y la izquierda. En el medio Rajoy y Puigdemont. 
Agentes de la Policía Nacional durante el 1-O.
Agentes de la Policía Nacional durante el 1-O.
EFE.

El Gobierno ha activado finalmente el artículo 155 de la Constitución para restablecer la legalidad en Cataluña. El ejecutivo ha tomado esta decisión después de dar varias oportunidades al presidente de la Generalitat de rectificar o bien contestando que no había declarado la independencia o bien convocando elecciones anticipadas. Durante todo este tiempo los actores políticos han manejado la crisis con más o menos dificultad. ¿Quién lo ha hecho mejor? A la vista de los sondeos hay un claro ganador: Albert Rivera. En el lado de los perdedores: la izquierda en general, aunque se podría decir que Iglesias ha salido peor parado que Sánchez. En el medio, Rajoy y Puigdemont, que probablemente hayan conseguido mantener a sus fieles.

La rapidez de respuesta, la claridad de la misma o colocar el foco en las debilidades del contrario son las claves para colocar el mensaje de forma eficaz en el electorado y obtener un 'feedback' positivo. La estrategia debe pasar primero por fidelizar a los tuyos y si puedes, lograr penetrar en el electorado de los demás partidos. Esto último parece que lo ha conseguido Ciudadanos. Su líder ha mostrado, sin duda, un mensaje más claro y directo a favor de la aplicación del artículo 155. "Rivera es el único que ha sabido jugar un papel importante, con mucha más presencia mediática de la que acostumbra", según explica Miguel Ángel Rodríguez Caveda, COO de 3AWW.

"Nadie quiere aplicar el artículo 155 salvo Rivera", llegó a decir Pedro Sánchez en más de una ocasión. Es verdad que el líder de Ciudadanos ha sido el más claro y eso parece que le refuerza en Cataluña pero sobre todo en España cimentando un 'sorpasso' a Podemos en la tercera posición. Sin embargo para Luis Arroyo, presidente de Asesores de Comunicación Pública, el partido naranja podría haber sacado mucho más partido de la crisis catalana: "No podemos olvidar que es el líder de la oposición en Cataluña y a veces ha parecido que va al trantrán del PP. Debería haber instalado su sede central en Barcelona".

Julio César Herrero, especialista en comunicación y márketing político, cree que Ciudadanos ha sido muy claro en la propuesta y muy contundente en sus manifestaciones. "Ciudadanos se juega su posición a nivel nacional, pero sobre todo en Cataluña. En las movilizaciones de carácter ciudadano contra el independentismo está teniendo una presencia notable", explica. 

El temple de Rajoy

La respuesta de Rajoy al órdago soberanista ha sido "contundente, prudente y dialogada". Eso es, al menos, el mensaje que desea transmitir Moncloa. Es verdad que las circunstancias y el apoyo del PSOE al Gobierno, han obligado a intentar evitar la vía del 155 que una parte del PP venía pidiendo ya desde hace tiempo. "Rajoy no es dado a tomar decisiones en caliente y este no ha sido una excepción", explica Rodríguez.

Esa excesiva prudencia de Rajoy puede ser considerada un error y un acierto al mismo tiempo. Arroyo señala "ese temple gallego, ese no hacer nada que muchos critican" puede ser esta vez un acierto. El independentismo está dividido y puede caer todo por su propio peso", señala. Por un lado, el presidente se ha escondido detrás de la vicepresidenta del Gobierno e incluso del Rey. Muchos echaban en falta una respuesta del presidente del Gobierno a la declaración de independencia. Eso sí, cuando la hizo, devolvió la pelota al tejado de Puigdemont preguntándole si había o no declarado la secesión en Cataluña. Una forma de contentar a todos: a los que pedían activar el 155 y a los que pedían que diera otra oportunidad al diálogo. 

Sin embargo Arroyo señala dos errores garrafales del Gobierno. Las cargas policiales del 1 de octubre y el encarcelamiento de los Jordis. "Ha ayudado a la victimización de los independentistas. El encarcelamiento ha sido un balón de oxígeno para ellos y el Gobierno no se ha desmarcado", explica.

Herrero señala que el principal error del Gobierno ha sido no contrarrestar los mensajes del soberanismo, y cita tres: "España nos roba", "El derecho a decidir" y el "España reprime al pueblo catalán".  Herrero no entiende como el Estado no ha desplegado todos sus recursos y ha promovido actos, congresos o publicaciones para frenar ese discurso. 

El PSOE no podía hacer otra cosa

Nadie podrá decir que el PSOE no se ha comportado como un partido de Estado en esta crisis catalana. Ese es el principal acierto de Sánchez, que a la vez, ha aprovechado la crisis para distanciarse de Podemos. "El PSOE sabe donde va a estar", dijo antes de apoyar públicamente a Rajoy. El error, que quizás se sumó un poco tarde al bando constitucional. "Puede ser pero los tiempos son los que son. El PSOE no puede hacer otra cosa en estas circunstancias aunque si la crisis se enquista puede llegar a perder personalidad en favor del PP", explica Arroyo que anota el principal error de los socialistas la reprobación a la vicepresidenta. Un error que rectificó a tiempo.

Precisamente esta tardanza en posicionarse ha hecho desvanecerse el 'efecto Sánchez' en muchos sondeos. Ciudadanos es consciente de que la tibieza con la que el líder del PSOE respondió en un primer momento al desafío catalán ha podido disgustar al sector más moderado de los socialistas y ha tratado de pescar en río revuelto. Por eso Sánchez ha tratado de colocar a Ciudadanos a la derecha del PP intentando quitar la etiqueta de partido de centro que poseen los naranjas. Es evidente que hay una pelea por el votante moderado que en el último CIS ganaron los socialistas y en el anterior, Ciudadanos. 

Julio César Herrero cree, en este sentido, que el cambio de actitud del PSOE (por su apoyo incondicional al Gobierno) y la propuesta de reforma de la Constitución "puede dejar en un segundo plano la atención mediática de Ciudadanos". 

Podemos,  el gran perdedor

"Iglesias ha tenido un papel muy poco creíble en la crisis", asegura Rodríguez por intentar trasladar un mensaje diferente en Cataluña y otro en el resto de España. Al líder de Podemos le escuchamos decir "Visca Catalunya lliure" o "Quiero que Cataluña se quede en España". El mensaje puede funcionar para los votantes catalanes de Podemos pero tiene un riesgo para el resto de los simpatizantes en España. Además está lleno de contradicciones: el partido que vino a regenerar la política, a cambiarla, se niega a sentarse en la Comisión para la reforma de la Constitución.

Esto muchos de sus votantes no lo entienden. Incluso su solución al problema catalán, el referéndum pactado, requiere esa reforma de la Carta Magna. "Ha perdido una oportunidad de oro para demostrar que es partido de Gobierno", asegura Arroyo que cree que un panorama tan complicado no admite grises. "En cierto modo ha parecido que Iglesias apoyaba al independentismo".

Herrero, por su parte, cree que "el desafío catalán ha sido toda una prueba de fuego para Podemos y considera que su propuesta de referéndum "no ha satisfecho" a ninguna de las dos partes: "Cuando el juego está tan polarizado quien no toma partido corre el riesgo de quedarse al margen". El director de CESCOMPOL (Centro de Estudios Superiores en Comunicación y Marketing Político) considera que el partido morado trata de aprovecharse de la crisis para sus fines partidistas: en primer lugar por sacar la corrupción del PP cuando está fuera de agenda o al tratar de identificar al PSOE con Mariano Rajoy "ignorando que el debate no es izquierda o derecha sino constitucionalista o no constitucionalista". 

El independentismo

"Potente, agresivo y directo", así ha sido el discurso del president de la Generalitat, Carles Puigdemont.  Esto le sirvió en un primer momento para aglutinar las esperanzas de todos los partidarios de la independencia. "Supo poner el foco mundial en Cataluña, manejó la actuación policial  a su favor con un potente lenguaje victimista", señala el COO de 3AWW.

Las portadas de después del 1-O con las cargas policiales en las que se dibuja a un España dictatorial fue más demérito del Gobierno que un acierto soberanista. Sin embargo, Arroyo señala que tras la propaganda independentista ha habido una cuidadosa campaña de comunicación en la que han cuidado todos los elementos: "Han dado protagonismo a las organizaciones sociales, han dado emoción a las decisiones políticas, han sido victimistas y han conseguido la internacionalización. Una operación inteligente", explica.

Sin embargo lo que fue un activo se convirtió en un acierto efímero en cuanto se traicionó a los que habían depositado su confianza para conseguir la independencia.  Otro error del President es hablar constantemente en nombre de "todos los catalanes" sabiendo como sabe que el independentismo es menos de la mitad de la población. Y ese quizás el principal error, de estimación: "No puedes abordar este desafío sin tener al menos al 60% de la población de tu lado", concluye Arroyo.

¿Cómo se podría luchar contra un mensaje político basado en la postverdad y que apela al sentimiento continuamente? Herrero lo tiene claro. "Con datos que desmonten las mentiras y sentimientos que contrarresten los sentimientos". Y pone un ejemplo el "soberano repaso" que da Josep Borrell a Oriol Junqueras en un debate que corre como la pólvora por las redes. 

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