Todos contra el extesorero

¿Delirio o verdad? La caja B de Bárcenas abre grietas entre la vieja cúpula del PP

Ninguno validó los manuscritos pero la confirmación de algunos de que recibieron dinero en metálico
enturbió la declaración de los exlíderes del partido.

De izquierda a derecha, Cospedal, Rajoy, Aznar y Arenas.
Todos los exdirigentes comparecieron con mascarilla excepto Rajoy.
EP

Inverosímil, delirio, un cuento falso, metafísicamente imposible...  Estos fueron algunos de los mantras que repitieron los exaltos cargos del PP que desfilaron esta semana por la Audiencia Nacional para confirmar o desmentir si cobraron en 'B' del partido. Los términos que emplearon fueron de negación absoluta hacia una contabilidad que constató Luis Bárcenas y a quien se la achacaron exclusivamente desligándola de las cuentas en A de las que Mariano Rajoy o María Dolores de Cospedal, entre otros, alardearon en sus turnos ante el tribunal. Sin embargo, las declaraciones de cargos más secundarios de la formación en las que confirmaron que recibieron dinero en metálico del partido rompieron con la imagen de unidad que se pretendió dar sobre este asunto cuando todavía queda mucho juicio por delante. 

El martes arrancó esta cita clave de la vieja cúpula del partido con la Justicia. Los exdiputados Jaime Ignacio del Burgo y Eugenio Nasarre comparecieron a modo de teloneros en esta vista en la que únicamente se juzga la reforma de la sede de Génova y la compra de acciones de Libertad Digital. Sin embargo, muy pocas veces se escuchó a las acusaciones interesarse por este episodio por el que Bárcenas y los arquitectos que acometieron las obras se sientan en el banquillo de los acusados. La intención era otra. El objetivo era aclarar si esas siglas y esas entradas y salidas de flujo que reflejó el extesorero en su "contabilidad extracontable" tenían algún viso de credibilidad. Con ese telón de fondo comparecieron los dos exdiputados de la formación que confirmaron sin tapujos que recibieron dinero en metálico de los extesoreros Lapuerta y Bárcenas y que eran cuantías para terceros. 

Los pagos en metálico

Aunque ninguno confirmó el cobro de sobresueldos ni tampoco insinuó que ese dinero proviniera de una contabilidad opaca, sí que ratificaron en cierto modo lo pronunciado por Bárcenas días antes acerca de que en las agendas no solo se anotaron los famosos pagos semestrales. Así, Del Burgo confirmó que recibió varias entregas: una de 500.000 pesetas (3.000 euros) para dárselas a la exdiputada de UPN Elena Murillo tras el destrozo de su vivienda por un ataque terrorista, y otra de 23.500 euros para trasladarlo al exconsejero navarro Calixto Cayesa. Esta última, dijo, la consintió José María Aznar. "No he autorizado ninguna compensación económica a nadie. Otra cosa es que Del Burgo tenga memoria de una reunión de la cual yo no tengo memoria", contraatacó el expresidente del Gobierno en su turno.

También Nasarre asintió cuando se le preguntó por los 30.000 euros que le dio Álvaro Lapuerta para la fundación Humanismo y Democracia. El pago se contabilizó arreglo a las normas contables, dijo el exdiputado allanando de este modo el camino a las acusaciones que se preparaban para el plato fuerte del juicio. Y es que la gestión de las donaciones anónimas y la permisividad que había entonces hasta que entró en vigor la ley sobre la financiación de los partidos políticos (2007) también fue otra de las patatas calientes por las que fueron preguntados los testigos. Ya el miércoles llegó el turno de los exsecretarios generales. Javier Arenas, Francisco Álvarez-Cascos y María Dolores de Cospedal negaron con rotundidad conocer estos manuscritos. 

"Desconocimiento absoluto", reiteró una y otra vez Arenas, quien cuando se le preguntó si conocía a alguien en el partido que respondiera a sus mismas siglas dijo que eran cientos de miles de militantes y que no sabía si había otro con su mismo nombre. Cospedal, que evitó pronunciar el nombre de su gran enemigo, apuntó al "desprecio" que sentía por "esa persona" y dijo que sus afirmaciones eran "inverosímiles". Menos calmados estuvieron Cascos y Trillo. Este último porque le mencionaron el accidente del Yak 42 -"que bastante dolor ha causado"- y el primero porque no solo tuvo que negar recibos de dinero sino también ingresos de donantes. Cascos, a quien Bárcenas señaló como el que instauró el sistema de los sobresueldos a su llegada en 1989 a la secretaría general, tiró de hemeroteca para recordar una portada de El País en la que el socialista Josep Borrell hacía un llamamiento a las constructoras para que no pagaran comisiones. "Quiero expresar mi perplejidad. Como diría Don Quijote, esto es majar en hierro frío", apuntilló.  

Turno para los empresarios

En la misma línea apuntó Rodrigo Rato, el cual se avino a contestar al tribunal pese a que le dio la oportunidad de guardar silencio por su implicación en otra investigación penal. No obstante, todas las miradas se fijaron en José María Aznar y Mariano Rajoy. A ninguno le preguntó ni Fiscalía ni Abogacía General del Estado pero tampoco las acusaciones les pillaron en un renuncio. Aznar fue escueto al apuntar que no incumplió la ley de incompatibilidades y que nunca conoció de la existencia de esas agendas y dio paso a un Rajoy que marcó la diferencia con todos sus excompañeros de filas al comparecer sin mascarilla. El gesto, que hasta se aplaudió en la bancada de las acusaciones -"gracias por dar la cara", le dijeron- no fue solo simbólico. Rajoy se defendió a título personal pero también al partido. Negó por activa y por pasiva que fuera M.Rajoy, que hubiera cobrado los últimos 20.000 euros de la famosa caja 'B' o la supuesta oferta a Bárcenas de medio millón de euros a cambio de modificar sus manuscritos.

"Es absolutamente falso", "un delirio", "una vergüenza", "jamás adjudiqué una obra en ninguno de los Ministerio", reiteró durante sus más de dos horas de declaración. Misma respuesta obtuvo también el tribunal en relación a quien ostentaba la facultad económica en la formación. Sin duda dependía de Lapuerta y Bárcenas; de tesorería. Pero el fallo que emita la Audiencia Nacional sobre esta parte de la caja 'B' no contará solo con su testimonio. Esta semana han desfilado también dos periodistas (Pedro J. Ramírez y Javier Moreno) y los dos dieron apuntes clave de los manuscritos del extesorero. Así, mientras el director de El Español habló de la gran preocupación existente en el Ejecutivo por los pasos de Bárcenas (que le llevaron a espiarle) el segundo ratificó las periciales que hizo El País antes de publicar los papeles y que confirmaron la veracidad de los mismos. 

Pero todavía queda más. Zanjada la parte política del asunto ahora el tribunal escuchará a los empresarios que Bárcenas puso en la diana como supuestos donantes del PP. Entre ellos destacan Joaquín Molpeceres, Luis Gálvez (a quien el juez acaba de archivar su imputación en el caso Púnica); Ignacio López del Hierro (marido de María Dolores de Cospedal); o Francisco Correa, entre otros. La confesión de este último en el juicio por la trama Gürtel propició la apertura de la causa por la caja B; de manera que su desfile en sede judicial se produce en plena investigación que ahora dirige Santiago Pedraz y que en estos momentos se centra en estudiar las licitaciones adjudicadas en Madrid para contrastarlas con las anotaciones del exsenador.

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