Desaparecen los abejorros: ¿Una muestra más de la sexta extinción que llega?

Los efectos biológicos del cambio climático están poniendo en grave riesgo a especies vitales para la vida en la Tierra, algunos ya hablan de una sexta extinción en marcha y las abejas son una de las más vulnerables. Un informe publicado en la revista Science da la voz de alarma sobre la desaparición paulatina de los abejorros.

En él se han investigado 423.000 observaciones de abejorros pertenecientes a 67 especies de Europa y Norteamérica. Los datos han sido tomados con un siglo como referencia. Y la conclusión es rotunda. Si las abejas viven en un entorno de 2.000 metros de altitud, al subir las temperaturas tiene difícil encontrar un hábitat en el que sentirse seguras. Por eso, aunque muchas especies emigran hacia el norte, no es su caso. Simplemente están desapareciendo.

Este informe se suma a otro publicado por la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN).Según el mismo, cerca deuna décimaparte de las especies de abejas de Europa se enfrenta a la extinción y se desconoce el estado de más de la mitad. "Las abejas juegan un papel esencial en la polinización de nuestros cultivos. Debemos invertir urgentemente en mayor investigación para obtener las mejores recomendaciones para revertir su declive" avisa el informe.

En este contexto, el documento apunta que una de lasprincipales amenazas para su supervivenciason los cambios en las prácticas de la agricultura, el incremento de la intensificación de las explotaciones ganaderas que han provocado pérdidas a gran escala y unadegradación del hábitatde las abejas.

Más datos para estar preocupados. Según un estudio publicado por la organización ecologista Greenpeace, el declive de los insectos polinizadores es ya una evidencia. La advertencia es la siguiente: la seguridad alimentaria y la biodiversidad del planeta dependen en gran parte de estas especies amenazadas por el uso de diversos plaguicidas y pesticidas.

Los insecticidas, en dosis altas o bajas, pueden afectar negativamente a las abejas, aunque estas no sean su objetivo específico. Estos efectos pueden ser inmediatos,es decir, que causan una rápida mortalidad, o subletales, cuando causan efectos fisiológicos y de comportamiento.

Los efectos subletales pueden afectar a su desarrollo, su movilidad o en su capacidad de aprendizaje de patrones visuales para poder orientarse. También pueden reducir su capacidad para detectar fuentes de alimento.

Y no solo eso, para las abejas las flores son como 'el super' para los humanos. Las plantas están cambiando sus patrones y fechas de floración lo que puede provocar que las abejas sufran escasez de alimentos, lo que les puede provocar deficiencias nutricionales.La agricultura intensiva, otro enemigo

La agricultura intensiva, las prácticas ganaderas han causado un fuerte declive de las secas estepas, que son hábitat de la vulnerable Andrena una especie común en el este delMediterráneoque se extiende desde Sicilia a Ucrania y hasta Asia Central. Tierras aradas, siegas y el pastoreo así como el uso de insecticidas han provocado una pérdida del 30 por ciento de la población en la última década y se acerca a la extinción en algunos países.

Las lluvias intensas, las sequías, las olas de calor y el incremento de las temperaturas pueden alterar los hábitos por lo que algunas especies individuales se han adaptado a la situación y se espera una reducción "dramática" del área de su habitat, conduciéndolas a un declive poblacional. En total, el25,8 por ciento de los abejorros de especies están amenazadas de extinción.¿Cómo afecta la pérdida de polinizadores?

La producción y la calidad de los cultivos depende de la polinización. Una mayor o menor polinización afectará al cultivo y repercutirá directamente en la alimentación humana.

En el año 2011 el valor económico de la polinización fue de más de 2.400 millones de euros.El 70% de los cultivos españoles para consumo humano dependen hoy de la polinización. Los cultivos de melones, sandías, o calabazas podrían ver descender su producción entre un 90 y 100% si esta situación no se frena. Por otro lado melocotones, nectarinas, manzanas, pepinos, almendras o cerezas podrían sufrir pérdidas de entre un 40 y 90%.