Despliegue de líderes en Cataluña para convertir el 27-S en adelanto de diciembre

    • Los partidos quieren reforzar la imagen de "proyecto único" y evitar las fisuras.
    • El PP desplaza a su vieja guardia y a las nuevas caras. Felipe González acompañará a Sánchez e Iceta.

González, en un acto con Pedro Sánchez y José Luis Rodríguez Zapatero.
González, en un acto con Pedro Sánchez y José Luis Rodríguez Zapatero.

Cierre de filas en los partidos. Cuando restan cuatro meses para las generales, las formaciones tratan de opacar a contraprisa cualquier fisura. Lo prueba el diseño de la campaña catalana, asunto que se lleva ahora buena parte de la estrategia. Aunque la cita es el 27-S, ninguna formación cierra aún de manera definitiva la agenda, con intención de que, a las fechas fijadas, se pueda añadir alguna más de última hora.Que las elecciones catalanas tienen un meditado valor estratégico es incontestable y que los respectivos dirigentes han decidido asumir ellos mismos el peso de la campaña, también. Lo hará el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el líder socialista, Pedro Sánchez, y el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias. Albert Rivera ha aplazado incluso su instalación en Madrid-donde el partido estrenará próxima sede- con intención de acompañar en el mayor número de actos con su candidata, Inés Arrimadas. Lo hará en prácticamente todos.La intención es clara, revestir a la cita del 27-S de una proyección de las generales y de un acto más de la precampaña que se encara ya hacia diciembre.Sin agenda del todo cerrada, Rajoy viajará a Cataluña en cinco ocasiones. La primera, este mismo sábado, en la escuela de verano que los 'populares' celebran en Lloret de Mar (Girona). Una cita estudiada bajo un carácter claramente preelectoral. Empezando por el lema, Por el futuro de España, y por sus participantes. No sólo habrá políticos- y con un nutrido despliegue que va de la vieja guardia, con Cospedal al frente, hasta caras nuevas como la vicesecretaria de Programa, Andrea Levy- sino también una amplia representación de empresariado catalán y de colectivos civiles. La intención, afirman en el PP es demostrar el compromiso del partido con las elecciones, pero "sobre todo con los catalanes". Después, Rajoy acudirá al menos a dos actos más a lo largo del mes, y otros tres en distintas capitales de provincia.El PP ha diseñado una campaña orquestada para que el líder esté muy presente. Para el partido se trata no sólo de testar músculo de cara a las generales, sino también, de probar su apuesta por la renovación de su liderazgo en Cataluña. Tras los intentos fallidos de Sánchez Camacho, la confianza en Xavier García Albiol se fija sobre todo en seducir al infrarrepresentado votante más conservador, en el que el partido podría encontrar un cierto acomodo. Para ello, los populares han asumido el carácter de 'verso libre' de su candidato, que ya dio muestras estas semanas de su personal autonomía frente al partido cuando defendió restringir la asistencia sanitaria para los inmigrantes mientras el Gobierno estudia ampliaciones.Pedro Sánchez pasará en Cataluña hasta siete días de campaña electoral, empezando, como Rajoy, por este mismo sábado. Los socialistas quieren reforzar también la imagen de unidad con la que entibiar incluso sus disputas de liderazgo. Lo demuestra la presencia del expresidente del Gobierno, Felipe González, que se desplazará a Cataluña con Sánchez al menos en una ocasión. Incluso prevista está la presencia de la presidenta andaluza, Susana Díaz, eterna candidata en la sombra de Ferraz. Lo propio harán otros aún sin fecha barones autonómicos, como el valenciano Tximo Puig o la balear Francina Armengol.Quien no ha sido convocado es Rodríguez Zapatero. Al expresidente le sigue pesando el lastre de haberse comprometido en su día a respetar la reforma del Estatut salida del Parlament, y muchos, en su partido y fuera de él, le siguen viendo como el origen de la actual deriva independentista.Los emergentes también se vuelcan

Semejante despliegue sólo se entiende en el cariz estratégico de estas urnas: el ser capaces de movilizar a un electorado que acostumbraba a votar en las generales pero que no termina de encontrarse en una marca el PSC, últimamente desgastada. Los socialistas tratan de hacerse visibles como alternativa al "inmovilismo" de Rajoy con su propuesta de tercera vía, la reforma federal, y dejar atrás, al menos en escena, las tensas relaciones entre Madrid y la federación catalana.Ambos partidos, independientes y con estatutos propios, se mantienen en virtud de un acuerdo de casi tres décadas. Pero han dado sobradas muestras de caminar por separado. Tras varios desacuerdos, el PSC acabó este año renunciando al "derecho a decidir" defendido en su momento por Pere Navarro y que los socialistas catalanes incluyeron en las autonómicas de 2012 en contra de la dirección nacional. Los socialistas de Iceta apuestan ahora por lo mismo que Sánchez, una reforma federal de la Constitución que resuelva el encaje de Cataluña en España y un referéndum posterior que la valide.Entre idas y venidas, los líderes del bipartidismo se cruzarán con el secretario general de Podemos. Pablo Iglesias viajará también con frecuencia a Cataluña, aunque desde el partido no aclaran aún cuánto. La estrategia catalana está claramente centralizada en Madrid, y en concreto en el secretario de Política, Íñigo Errejón, quien en las últimas semanas se ha desplazado a la región para tratar de templar los ánimos de las bases críticas con la candidatura preparada para estas elecciones. La plataforma Catalunya sí que es Pot, con la que los de Iglesias encaran estos comicios, no es del gusto de todos fundamentalmente por las distintas interpretaciones que los partidos que la integran- EuiA o ICV, entre otros-tienen sobre la independencia.Iglesias desea, en cualquier caso, tomar las riendas del proyecto en Cataluña y tratar de opacar el debate soberanista, cuestión que genera divisiones constantes entre simpatizantes y dirigentes. Las prioridades, expresan desde el partido, van más allá del desafío territorial y se centran en los derechos sociales. La presencia del líder de la formación 'morada' tratará de reactivar las posibilidades electorales, mermadas según algunas encuestas por el empuje experimentado por Inés Arrimadas, también en disputa por la segunda plaza. Arrimadas contará con la presencia constante de su presidente, Albert Rivera, en un escenario que le es 'habitat' natural. Los de la formación naranja tratan con los comicios de afianzar la fortaleza en una región clave para desembarcar con más fuerza en Madrid y encarar la preparación de las generales.

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