Después del Brexit, ¿qué estatuto para Escocia?

Aunque sus planes de independencia han retomado fuerza tras la decisión de los británicos de abandonar la Unión Europea (UE), Escocia estudia otras opciones que le permitan seguir formando parte del Reino Unido y mantener una relación provechosa con el bloque de los 27.

En el referéndum del 23 de junio pasado, el Reino Unido votó a 52% a favor del Brexit, mientras que el 62% de los escoceses votó seguir en la Unión Europea (UE).

"Pensemos en todas las opciones", declaró la primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, sugiriendo una solución "a medida" para Escocia.

Para Alyn Smith, diputado europeo del Partido Nacional Escocés (SNP) -dirigido por Sturgeon-, la independencia no es "nuestra primera opción".

"Acabamos de tener un referéndum", explica a la AFP, en referencia a la consulta organizada en septiembre de 2014, en la que los escoceses votaron en un 55,3% a favor de seguir en el Reino Unido.

"Tenemos varios ejemplos en la UE de países donde cohabitan dos sistemas", añade Smith, que a fines de junio recibió una ovación en el parlamento europeo al hacer un llamamiento para que sus colegas no abandonaran Escocia.

Estas son las tres hipótesis que se estudian:

Esta región autónoma de Dinamarca dejó la Comunidad Económica Europea (CEE) en 1985 para preservar su pesca, mientras que Dinamarca siguió en el bloque.

La idea de ver a Escocia en la UE al mismo tiempo que el Reino Unido la abandona "no es tan inverosímil como algunos piensan", juzgó en el diario The Guardian Sionaidh Douglas-Scott, profesora de Derecho en la Queen Mary University de Londres.

La jurista apunta que la isla de Man y las islas anglo-normandas, que dependen de la corona británica, no forman parte de la UE.

Sin embargo, para Michael Keating, profesor de política escocesa en la Universidad de Aberdeen (Escocia), el modelo de Groenlandia es difícilmente aplicable a Escocia porque en este caso "la mayor parte del Estado estaría fuera de la UE".

Según esta hipótesis, Escocia saldría de la UE junto al Reino Unido, pero conservaría una serie de vínculos, mucho más estrechos que Londres, con el bloque de los 27.

Según los universitarios Anand Menon y Damian Chalmers, esta situación es "posible constitucionalmente".

A cambio de una contribución al presupuesto europeo y de seguir manteniendo la libre circulación en su territorio, Escocia continuaría aplicando gran parte de la legislación europea, conservaría su acceso al mercado único e incluso podría tener un puesto en el influyente Comité de Representantes Permanentes (COREPER), que agrupa a los embajadores en Bruselas de los países de la UE.

Pocas horas después del anuncio del Brexit, Nicola Sturgeon juzgó "muy probable" la organización de un nuevo referéndum sobre la independencia de la región, aunque le corresponde al Parlamento británico acordarle o no esta consulta a los escoceses.

Sturgeon precisó entonces que la consulta -si se realizaba- tendría que organizarse antes de la separación entre el Reino Unido y la UE. Según varios constitucionalistas, Escocia podría "heredar" así la pertenencia a la UE, sin tener que solicitar la adhesión al bloque.

Aunque, según un sondeo publicado el sábado, en caso de celebrarse este segundo referéndum, el 53% de los escoceses se pronunciaría a favor de seguir en el Reino Unido, frente a un 47% por la independencia.

"Sin embargo, muchas cosas todavía pueden cambiar en los próximos años", precisó el instituto YouGov, autor de la encuesta. "El debate sobre la independencia evolucionará a medida de que emerjan las modalidades del Brexit", concluye.

Mostrar comentarios