Puigdemont, toda una estrella del rock: la foto que le sitúa en la liga de Mick Jagger

  • La fotografía del expresidente de la Generalitat en la parte trasera de un coche supone toda una declaración de intenciones.
Carles Puigdemont este domingo en Berlín
Carles Puigdemont este domingo en Berlín
EFE

Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Y aunque llevamos meses escuchando al expresidente de la Generalitat catalana, Carles Puigdemont, dar numerosos discursos a favor de la independencia y atacar al gobierno español, ha sido una imagen la que ha dejado claras cuáles son sus verdaderas intenciones

Puigdemont ha trasladado su residencia a Berlín una vez que las autoridades alemanas le han concedido la libertad al no observar rebelión en su conducta. Está a la espera de que el tribunal revise su caso, ya que la Fiscalía española ha pedido una reconsideración de la decisión para intentar que lo extraditen. Y, al igual que sucedió en Bélgica, el político independentista vive una vida a todo tren en la capital alemana.

Una vida que quedó plasmada este domingo en una fotografía que ya recogen todos los medios españoles y un buen número de medios internacionales. Puigdemont en la parte trasera de un coche hablando por el móvil con una gran sonrisa en la cara y el rostro oculto bajo unas gafas de sol. Aunque lo de oculto es una ironía, porque sabemos perfectamente que es él y,además, él quiere que lo sepamos. Más bien, se trata de un complemento más del 'atrezzo' de esta particular puesta en escena que nos trae muchos recuerdos a la cabeza...

Ha nacido una estrella

Lo que nos cuenta esta fotografía va mucho más allá de la causa secesionista y de la propia política. La imagen habla del propio Carles Puigdemont, el cual ha decidido que, visto lo difícil que lo va a tener para conseguir sus propósitos independentistas en Cataluña, es mejor pasar a la posteridad como un rebelde 'con causa', la cual está llevando por toda Europa.

Y en este intento, Puigdemont cosecha tanto filias como fobias. Es decir, tiene tanto detractores como partidarios que actúan como auténticos fans. Devotos que lo siguen allá por donde va, corean su nombre, portan pancartas a su favor, le hacen obsequios y arremeten contra el estado español. Y claro, solo las estrellas tienen fans, porque la vida y el modus operandi del 'expresident' es el de una auténtica estrella del rock. Y en la fotografía puede verse claramente.

Puigdemont va ataviado con unas gafas de sol en un habitual día gris en la capital alemana. Es decir, que más que algo útil, son un adorno. Y no para tratar de pasar inadvertido, sino para que parezca que no quiere que lo reconozcan. Porque si de verdad quisiera que nadie lo viera, llevaría un coche con lunas tintadas o no se sentaría en la parte de la ventanilla. Por lo tanto, las gafas son el complemento con el que quiere marcar la diferencia del antes al ahora. Son una muestra de su nuevo estatus, ha pasado de político a personaje, a estrella.

Por otro lado, lo vemos hablando por el móvil. Una táctica ya muy vista cuando un personaje aparece ante la prensa y no quiere hablar. Carles quiere dar la apariencia de alguien muy ocupado que se pasa el día atendiendo mil y un asuntos, bien sea en reuniones o hablando por teléfono. Pero claro, si se trata de una conversación de trabajo o referida a su situación de 'fugado', ¿por qué esa carcajada? Porque la vida le sonríe.

Carles Puigdemont tras una rueda de prensa en Berlín
Carles Puigdemont tras una rueda de prensa en Berlín / EFE

Puede que Puigdemont nunca imaginara lo que le depararía el destino cuando salió de Cataluña huyendo de una inminente detención. Vida a todo lujo en cada país al que va, un séquito que no le deja ni a sol ni a sombra -con escolta entregado incluido- y da la cara por él, una esposa devota que lo sigue allá por donde va y la simpatía y apoyo de numerosos ciudadanos europeos que va dejando a su paso. Es decir, la vida de Carles Puigdemont hoy en día es muy similar a la de una estrella de la música, adorado y endiosado por unos; odiado por otros. Un hombre que se considera intocable y sus decisiones por encima del bien y el mal. Una persona que ha nacido para hacer historia. Lo sabe, se lo cree y lo representa. 

No sabemos cuánto tiempo durará la situación, pero mientras dure, Puigdemont piensa aprovecharla y vivir como si no hubiera un mañana, disfrutando de las mieles del éxito de su huida hacia delante. Una huida que más que eso parece la gira internacional de ACDC.

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