Cuomo firmó una ley que prohíbe además que se les coloquen esposas en manos y pies atadas a la cintura para sus desplazamientos (visitas médicas, traslados de un cárcel a otra) durante ocho semanas después de dar a luz, indicó el miércoles la oficina del gobernador.
"Estas reformas de sentido común encuentran un justo equilibrio que protege la salud y la dignidad de un detenida embarazada, respondiendo al mismo tiempo a las preocupaciones de la seguridad pública", señaló Cuomo en un comunicado.
La nueva ley, que concierne las prisiones del estado y locales, prohíbe también al personal carcelario estar presente en la sala de parto, salvo si el equipo médico o la mujer embarazada lo piden.
Desde 2009, la ley en el estado de Nueva York ya prohibía encadenar una detenida a punto de dar a luz, durante el nacimiento y justo después.
El hecho de encadenar a una mujer embarazada ha sido juzgado "peligroso desde el punto de vista médico" y "cruel" por la asociación médica estadounidense.
Pero su práctica sigue siendo común y más de la mitad de los 50 estados del país no tienen ninguna ley que limite su uso.
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