Devolviendo el color verde a las minas de extracción españolas

  • Con la restauración de la mina de extracción a cielo abierto de Puertollano Endesa completa su programa de recuperación de espacios mineros.
Endesa
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El ocre de la última mina de extracción a cielo abierto que salpicaba el paisaje de Puertollano, en Ciudad Real, ha tornado en una amplia gama de verdes que pinta un vivo escenario de 900 hectáreas que ya se ha convertido en un ecosistema natural perfecto para centenas de especies. Un importante proceso de restauración medioambiental desarrollado por Endesa que se ha centrado en cuatro emplazamientos en los que la compañía desarrolló históricamente su actividad minera en España, y que ha culminado con la explotación de carbón manchega, rehabilitando así un total de 5.000 hectáreas (una superficie equivalente a otros tantos campos de fútbol) y con una inversión de más de 100 millones de euros.

Además, estos proyectos de restauración, ubicados en As Pontes (A Coruña), Andorra (Teruel), Peñarroya (Córdoba) y Puertollano (Ciudad Real), han dado lugar a 1.105 hectáreas de humedales a las que se han incorporado más de millón y medio de árboles de distintas especies, siempre adecuadas a cada una de las zonas repobladas. Un compromiso histórico de Endesa con la conservación del medioambiente en el que siempre se ha perseguido conseguir un resultado final que mantuviese o, incluso, mejorase las condiciones iniciales de los espacios naturales donde se ubicaban los yacimientos. Y es que, tras más de 40 años (de 1972 a 2015) de trabajo produciendo más de 353 millones de toneladas de carbón, Endesa, que fue la primera productora de este mineral a nivel nacional, decidió devolver a estos espacios su encanto natural.

As Pontes: el mayor lago de España

El emplazamiento gallego de As Pontes es el proyecto de restauración más emblemático de Endesa, y ha llegado a recibir numerosos premios y reconocimientos a nivel internacional. El espacio que ocupaba el hueco de la mina se ha convertido en el mayor lago de España: 865 hectáreas y 547 hectómetros cúbicos de agua, donde hoy se practican deportes náuticos y hay zonas de baño y recreo. La escombrera exterior, en la que se acumulaba material estéril procedente del yacimiento, es hoy un paraje natural con una cubierta vegetal de gran riqueza biológica que la fauna autóctona ha colonizado en un proceso natural. Tal y como aseguran desde la compañía, en los últimos estudios realizados se han identificado 217 especies vegetales y 205 especies de animales vertebrados.

En el resto de centros mineros, la restauración ha permitido recuperar 2.360 hectáreas para la agricultura o el desarrollo de vegetación autóctona y fauna local, a pesar de tratarse de entornos semiáridos de difícil repoblación. En Puertollano (Ciudad Real) destaca la plantación de 28.000 olivos, que producen una media anual de 250.000 kilos de aceitunas; en el caso de Andorra (Teruel), las plantaciones de frutales, olivos y viñedo, de donde se ha podido elaborar un vino propio bajo la etiqueta ‘Viña Alloza’; y en el de Peñarroya (Córdoba), la construcción de un importante refugio de avifauna acuática.

Una restauración sostenible

Para garantizar estos procesos de restauración sostenible, el método de explotación aplicado ha sido el de minería de transferencia, pues, de esta manera, no hay que esperar a la finalización del proyecto minero para comenzar a ejecutar los trabajos de restauración de toda la superficie afectada, y para conseguir el equilibrio fundamental entre entre la masa de agua, el desarrollo de la vegetación de la ribera y la colonización de la fauna autóctona que asegura el éxito de la restauración sostenible. Equilibrio que se ha logrado en As Pontes, Peñarroya, Andorra y Puertollano: cuatro espacios naturales recuperados que son una referencia de desarrollo sostenible y cuyos detalles se recogen en el libro ‘Cuatro actuaciones ambientales en centros mineros de Endesa’, que ha sido prologado por el conocido ambientalista, Joaquín Araujo.

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