La intrahistoria de la negociación en el Gobierno

Díaz a Calviño: "Si queremos reducir la inflación hay que intervenir el alquiler"

La limitación del 2% de las subidas en los contratos de arrendamiento fue el punto negociador más complicado. La presión por un aumento mayor de los precios hizo ceder al PSOE. UP: "Medida histórica".

Yolanda Díaz, Nadia Calviño, Teresa Ribera
Yolanda Díaz, Nadia Calviño, Teresa Ribera en Moncloa
Agencia EFE

Nunca el Gobierno había llegado tan lejos con los alquileres y por eso fue, según varios negociadores, el punto más complicado del acuerdo que alcanzaron PSOE y Unidas Podemos en la madrugada del pasado domingo. Limitar las subidas del alquiler al 2% hasta el 30 de junio tanto a grandes tenedores de vivienda como a pequeños propietarios, aunque puedan negociar un incremento mayor, es una medida que marca un precedente y que supone la intervención directa en el mercado inmobiliario. El acuerdo sólo fue posible cuando la coalición asumió que se encontraba ante una situación de auténtica emergencia y que los arrendamientos podrían dejar sin efecto el resto de las medidas incluidas en el plan de choque aprobado ayer en Consejo de Ministros.

Las dos partes de la coalición llevaban días intercambiándose papeles con diferentes propuestas. Durante el fin de semana un pacto de silencio para que no se filtrara nada y que fuera Pedro Sánchez quien anunciara el paquete de medidas. Unidas Podemos aceptó que así fuera. El momento culmen llegó el domingo, cuando los equipos de Nadia Calviño y Yolanda Díaz se encontraron en Moncloa. Fue una jornada dominical de intenso tira y afloja que fue desatascada con llamadas al más alto nivel.

El momento más complicado fue, en efecto, el de los alquileres. Unidas Podemos apostó duro: "Hay que intervenir el mercado del alquiler de forma más contundente a lo que hicimos durante la pandemia", aseguran que propuso el equipo dirigido por Díaz. Esencialmente tres nombres: Joaquín Pérez Rey, secretario de Estado de Trabajo; Nacho Álvarez, de Derechos Sociales; y Josep Vendrell, jefe de gabinete de la vicepresidenta segunda. Al otro lado de la mesa, los lugartenientes de Calviño, liderados por el secretario de Estado de Economía, Gonzalo García Andrés. Ellos eran más cautos: "No podemos, no se ha hecho nunca", remarcan que respondían.

El equipo de Díaz elevó la apuesta. Lo llevaban preparado. Pusieron el foco en la inflación. El incremento de los precios, en realidad, es lo que encendió las alarmas en el Gobierno y al que va a enfocado, para intentar atajarlo, el paquete de medidas aprobado este martes. En la Vicepresidenta segunda, por tanto, insistieron por esta vía a Economía: "Si queremos reducir la inflación hay que intervenir el alquiler, si no lo hacemos, se desbocará". 

El argumento utilizado por Díaz y los suyos fue calando y, finalmente, asumido por Economía, pese a sus reticencias. Un incremento sin control de los contratos de alquiler, coincidieron ambas partes de la coalición, podría provocar que los problemas de inflación, lejos de solucionarse, siguieran creciendo. Y eso es lo que busca evitar el real decreto-ley. Al equipo de Calviño, por tanto, no le quedó más remedio que asumir las tesis de Díaz. Se tuvieron que producir llamadas de Ione Belarra a Raquel Sánchez y de la propia Díaz a Sánchez para desbloquear este asunto.

"Un incremento sin control de los alquileres podría provocar más problemas de inflación"

La limitación de los precios supone, en la práctica, una intervención del mercado que ya se ha topado con la oposición de los propietarios de vivienda. Tal y como se contó en estas páginas, el sector inmobiliario advierte de una oleada de litigios con particulares, más que con grandes tenedores, por la decisión. La medida se aplicará a todos los contratos en vigor, como decimos y no habrá distinciones entre bancos y fondos de inversión o pequeños propietarios, salvo que estos últimos podrán negociar un incremento mayor.

La decisión, asumida el mismo domingo de marras por la parte socialista, se ha adoptado de manera temporal hasta el próximo 30 de junio. Es, precisamente, ese momento cuando el Gobierno prevé haber frenado el incremento de los precios y, por tanto, el problema de inflación. No obstante, fuentes del Ejecutivo apuntan que es una medida sujeta a revisión y que si las consecuencias económicas provocadas por la guerra en Ucrania persisten en vísperas de julio la coalición negociará su prórroga

Limitar las subidas de los alquileres se hizo sin el concurso de los empresarios y eso ha molestado especialmente a la CEOE. El presidente de la patronal se mostró este martes especialmente duro con esta medida del Gobierno, afirmando que, bajo su punto de vista, es "peligroso esto de empezar a regular mercados que deben de ser libres". "Es una manera de hacer más rígido el mercado" de la vivienda que, "posiblemente" haga que se "rebaje la inversión", añadió el líder de los empresarios.

Topar la subida de los alquileres durante tres meses una de las medidas negociadas entre PSOE y Unidas Podemos en las que área morada ha impuesto su criterio. También se negoció con intensidad el veto a despedir, tal y como avanzó La Información. Pero no todo el decreto se habló. El PSOE llevó la voz cantante en materia energética y en lo que a la rebaja del precio de los combustibles se refiere. Hubo, por tanto, un intento deliberado de los socialistas de no compartir con sus socios algunas medidas. Díaz, por ejemplo, se enteró en el acto de Sánchez que el bono para repostar sería de 20 céntimos como mínimo. La vicepresidenta segunda tampoco ha podido conseguir que se apruebe el impuesto específico a las eléctricas del que habló aunque sí se han endurecido el recorte a los beneficios caídos del cielo y el sector también pagará el coste de poner un tope al precio del gas.

La coalición resuelve así una de las negociaciones más importantes de la legislatura y mira ahora hacia el plan que se está diseñando junto a Portugal para intentar bajar el precio de la luz. El Gobierno conjunto, en definitiva, goza de cierta salud y se ha conjurado para completar la legislatura. Pero la tensión es palpable en diversas situaciones, especialmente aquellas relacionadas con la comunicación de las medidas de choque. Dos ejemplos: el lunes, tras la conferencia de Sánchez, Díaz quiso comunicar a los medios de comunicación que las decisiones suponían un hito para el país, adelantándose a sus socios. Al día siguiente, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Díaz tampoco ocular su distante relación con Calviño, y viceversa, a la hora de explicar qué había aprobado el Gobierno. La tensión es cada vez mayor e indisimulable.

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