Primer cara a cara en el despacho de Trabajo

Díaz desplegó a la embajadora de Biden su guía laboral: riders, algoritmos y SMI

Julissa Reynoso fue quien solicitó conocer personalmente a la vicepresidenta segunda. La Casa Blanca se interesa en las recetas que está aplicando España para combatir los pagos salarios ("pay them more").

Yolanda Díaz junto a la embajadora de EEUU
Yolanda Díaz junto a la embajadora de EEUU
Ministerio de Trabajo

En plena crisis energética amplificada por la guerra en Ucrania, con EEUU desplegando medidas inéditas en sus políticas económicas y con el Gobierno español debatiendo el tope al gas, imprescindible para poder rebajar el recibo de la luz y atajar la inflación, el principal despacho del Ministerio de Trabajo acogió este martes, tras el Consejo de Ministros, una reunión que no tenía precedentes hasta la fecha. Yolanda Díaz recibió la visita de la embajadora de Estados Unidos en España, Julissa Reynoso, una cita que surgió porque la planteó la representante americana a la líder del espacio de Unidas Podemos en la coalición. El objetivo del cara a cara era conocerse y poder conocer las medidas y planes desplegadas por el Gobierno en materia laboral.

Es habitual que el representante de la Casa Blanca en Madrid mantenga relación con los partidos políticos en España. De hecho, el entonces embajador de Barack Obama, James Costos, se reunió con Pablo Iglesias en los inicios de su carrera política. Más tarde, durante el mandato de Donald Trump, los nexos se tensaron y enfriaron. Pedro Sánchez fue el primero en sufrirlo. Pero la llegada de Biden a la Casa Blanca recompuso lazos, no como desea el Gobierno español, pero sí está habiendo un deshielo evidente que tendrá su próximo hito en la Cumbre de la OTAN del 29 y 30 de junio. El giro con Marruecos fue avalado de forma rápida por Washington.

Reynoso quería conocer a Díaz por, esencialmente, tener información de primera mano de las medidas laborales que ha ido aprobando el Gobierno. Y la vicepresidenta segunda despegó su guía. Hablaron, siempre según fuentes cercanas a ambas dirigentes, de la reforma laboral -que, precisamente, estuvo a punto de provocar la dimisión de Díaz; si Alberto Casero no se hubiera equivocado la carrera política de la gallega habría llegado a su fin-, de la legislación que afecta a los 'riders' y de la normativa que regula el trabajo en aquellas empresas que utilizan algoritmos.

España es pionera a nivel internacional en alguna de estas cuestiones y Díaz quiso que la embajadora estadounidense conociera qué ha habido en la trastienda de la batería de leyes laborales que se han aprobado desde el inicio de la legislatura. Antes había hecho lo propio con los gobiernos de Brasil -donde Díaz estuvo la pasada semana-, Italia y Alemania.

Yolanda Díaz con Julissa Reynoso en su despacho
Yolanda Díaz con Julissa Reynoso en su despacho

Ministerio de Trabajo

Especial atención mereció por parte de la embajadora Reynoso las cuestiones relativas a los 'riders'. El motivo de este interés es que California ya aprobó una ley similar, refrendada incluso a través de una consulta a los ciudadanos, que luego fue tumbada por la justicia.

Yolanda Díaz también abordó con Reynoso la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), una de las banderas de la vicepresidenta segunda durante la legislatura. Biden está poniendo el foco durante su mandato en combatir los bajos salarios, con su ya célebre "pay them more", y su embajadora recibió información de primera mano sobre este asunto. La gestión de la precariedad es un asunto central para ambas administraciones.

También le explicó Díaz a Reynoso cómo funciona en España el diálogo social y por qué es tan importante llegar a acuerdos tripartitos con empresarios y sindicatos, una máxima que viene empleando Sánchez a lo largo de la legislatura, salvo alguna excepción, como la última reforma de José Luis Escrivá relativa a pensiones en la que introdujo un incremento de las cotizaciones sociales.

Esta es la primera cita presencial entre Yolanda Díaz y un miembro de la administración Biden. Antes, no obstante, la vicepresidenta segunda ya se había entrevistado con el secretario de Trabajo de Estados Unidos, Martin J. Walsh, por videoconferencia. En ese encuentro, el pasado mes de septiembre, Walsh afirmó sobre el SMI que subirlo supone "más participación, más consumo, más dinero en los bolsillos de la gente. Es una obligación moral hacerlo".

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