La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, ha aprovechado estos días previos al mes de agosto para viajar a EEUU. Su mensaje lo dejó claro una vez que aterrizó allí: "El presidente (Pedro Sánchez) se reunió con las empresas y yo me reúno con el nuevo sindicalismo". De esta forma, Díaz logra atraer la atención de la opinión pública por el lugar elegido para hacer gala de su lucha -la defensa de los derechos de los trabajadores- y el momento (después de haber presentado su plataforma 'Sumar').
A diferencia de lo que ocurrió con su compañera, la ministra de Igualdad, Irene Montero, su viaje al país norteamericano no ha recibido ni una sola crítica. Y es que el Ministerio de Trabajo ha dejado pocas opciones para ello. Así, Díaz, durante estos días, ha mantenido una agenda -con un gran componente social- muy intensa y cargada de reuniones con altos cargos políticos además de representantes sindicalistas de EEUU. Un desplazamiento que le permite lanzar una imagen poderosa de su figura hacia España a poco más de año y medio para las elecciones.
A lo largo de su estancia en EEUU coincidió con el senador por Vermont y uno de los grandes rostros que tiene la izquierda norteamericana, Bernie Sanders, con el que aseguró tener "agendas comunes". Un día en el que también se reunió de forma bilateral con su homólogo, el secretario de Trabajo, Martin Walsh, con el que además firmó un memorando de entendimiento. La jornada la cerró con su encuentro con la congresista por Minnesota y de origen somalí, Ilhan Omar. Una mujer que se ha caracterizado en los últimos años por su lucha contra los "abusos" de las grandes corporaciones.
Sin embargo, y pese a estas reuniones, la cita que más simbolismo trasladó fue la mantenida con los representantes del 'nuevo sindicalismo'. La vicepresidenta se citó en el Consulado General de España en Nueva York con los representantes de Starbucks, Apple, Deliveristas Unidos y Brandworkers (un sindicato global que defiende a los trabajadores industriales). Estos encuentros los reforzó también con su reunión con los dos cofundadores de Amazon Labour Union (creado el año pasado), Chris Smalls y Derrick Palmer.
Por último, Díaz se reunió con la vicesecretaria general de Naciones Unidas, Amina Mohammed, en la sede de la ONU. Donde, además, presidió un evento llamado 'La Contribución de la Economía Social a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y potencial de una resolución de la Asamblea de la ONU en Economía Social'. Un acto de poco más de hora y media. Un día que lo concluyó citándose con Deborah Archer, presidenta de la American Civil Liberties Union (ACLU).
La situación económica en nuestro país atraviesa un momento delicado. Lo que ha obligado al Ejecutivo a movilizar sumas cantidades de dinero para evitar que estalle una crisis social en España. No obstante, las clases medias ya notan el impacto que está teniendo la actual crisis en Ucrania en los precios de los bienes de primera necesidad. Una realidad que pone contra las cuerdas a cualquier gobierno. Hasta el momento, Díaz ha solventado las críticas con los aparentes buenos datos de desempleo, sin embargo, se ve 'manchada' por la dinámica de la economía en general. Pero la vicepresidenta, que es afiliada a CCOO y conoce bien las sensibilidades que mueven el voto obrero, buscará seducirlos con un programa económico ambicioso. Solo el tiempo dirá si su causa habrá convencido a esa izquierda desmovilizada.
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