Diego Torres se libra de tres delitos y rebaja en casi tres años su condena

  • El TS ha absuelo al exsocio de Urdangarin de tráfico de influencias, blanqueo y falsedad al entender que no ha quedado probada su intervención.
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El Tribunal Supremo ha condenado a 5 años y 8 meses de prisión a Diego Torres, la otra cara del caso Nóos y exsocio de Urgangarin, rebajando así la pena de 8 años y medio que inicialmente impuso a Torres la Audiencia Provincial de Palma. Finalmente, se le condena por malversación, prevaricación y fraude en la administración, mientras que le ha absuelto de tráfico de influencias, blanqueo y falsedad al entender que no ha quedado probada su intervención. Además, le rebaja la multa de 1,72 millones de euros a 775.000 euros.

La rebaja ha sido mucho más considerable que la del ex duque de Palma, condenado por el TS a 5 años y 10 meses. En su recurso ante el Supremo, la Fiscalía reclamaba elevar la condena de Urdangarin a 10 años y la de Torres, a 12 años y medio.

El Tribunal Supremo mantiene la responsabilidad de partícipe a título lucrativo de Cristina de Borbón y de Ana María Tejeiro, esposas de Torres y Urdangarin, pero no en los delitos fiscales, lo que supone una reducción en la cuantía respecto a lo que impuso la Audiencia de Palma, de 265.088 euros a 136.950 euros.

Los jueces consideraron que Torres "a través de un entramado societario internacional, radicado en Belice y en el Reino Unido, ocultó la cuota defraudada al erario público, transformándola, para retornarla al circuito legal mediante la realización de sucesivos traspasos de fondos, hasta que acabaron depositados en cuentas su titularidad".

El tribunal consideró en febrero de 2017 que "Diego Torres e Ignacio Urdangarin tributaron a través del Impuesto de Sociedades lo que, en realidad, eran rendimientos devengados como consecuencia de su actividad profesional". Estas cantidades "debieron haber tributado a través del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), y se aplicaron deducciones a las que no tenían derecho, defraudando al erario público cantidades superiores a 120.000 euros", que es el límite del delito fiscal.

El menorquín Torres, de 53 años, había conocido a Urdangarin en la época en la que el jugador de balonmano y pareja de la infanta Cristina estudiaba en la escuela de negocios barcelonesa de Esade, donde él impartía clases. Se asociaron para sacar adelante un proyecto dirigido a la organización de foros sobre impulso de grandes eventos deportivos como motor de desarrollo de ciudades y regiones, una idea que compraron varias administraciones, entre otras el Govern balear dirigido por Jaume Matas, y que fue el origen de lo que Torres definió como "la ruina de su vida". 

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