Diez soldados muertos en un ataque contra un cuartel en el norte de Malí

  • Diez soldados malienses murieron este lunes en un ataque contra su cuartel en la región de Tombuctú, en el norte de Malí, donde los yihadistas siguen activos pese a la presencia de tropas nacionales e internacionales.

El atentado tuvo lugar en Gurma Rharus, a unos 140 kilómetros al este de Tombuctú, sobre las 05H30 (locales y GMT), según fuentes militares malienses, que calificaron a los asaltantes de "terroristas" y "yihadistas".

"Sufrimos un ataque terrorista que causó diez muertos en nuestras filas", afirmó una fuente militar desde Gao, la mayor ciudad del norte del país.

Un responsable del ejército confirmó desde Bamako el asalto contra "una unidad de la Guardia Nacional" en Gurma Rharus.

"Una decena de nuestros hombres fueron abatidos" por los asaltantes, que "son elementos yihadistas, vinculados a Ansar Din", afirmó.

El ejército envió refuerzos a la zona, indicaron esas dos fuentes militares.

"Los bandidos armados vinieron poco antes de las 05H30 y atacaron. No duró mucho, sobre las 06H00 o 06H30, había terminado", contó un habitante de Gurma Rharus, que quiso guardar el anonimato. "Estábamos escondidos en casa, hemos empezado a salir hacia las 07H00. Tenemos miedo", añadió.

Un vecino de Tombuctú aseguró haber hablado con residentes de Gurma Rharus, que le contaron que los asaltantes gritaron "Allahu Akbar" (Alá es el más grande) al entrar en el cuartel.

Los atentados yihadistas, que se circunscribían hasta hace poco al norte del país, se han extendido al centro y el sur, cerca de las fronteras con Costa de Marfil y Burkina Faso.

Varios grupos yihadistas vinculados a Al Qaida -incluidos AQMI y Ansar Dine- se adueñaron del norte del país africano entre marzo y abril de 2012, aprovechando la derrota del ejército ante los rebeldes tuareg, que fueron aliados de los islamistas antes de ser expulsados por estos.

Una intervención militar internacional promovida por Francia en 2013 echó a gran parte de esos yihadistas, aunque extensas zonas de territorio siguen escapando al control de las autoridades.

El 2 de julio, seis cascos azules burkineses murieron y otros dos resultaron heridos en una emboscada a menos de 50 kilómetros al suroeste de Tombuctú, según la misión de la ONU en Malí (Minusma).

El sábado, un ataque contra el ejército maliense dejó dos soldados muertos y cuatro heridos en Nampala, en la región de Ségou (centro), cerca de la frontera con Mauritania.

Esos últimos atentados muestran los obstáculos a los que se enfrenta el acuerdo de paz firmado el 20 de junio entre el gobierno de Malí y los rebeldes.

El pacto busca instaurar una paz duradera en el norte del país, que sufrió una serie de rebeliones tuareg desde los primeros años de la independencia del país, conseguida en 1960.

"Muchas fuerzas negativas intentarán hacer descarrilar el proceso de paz", avisó en julio el jefe de la Minusma, Mongi Hamdi.

Tras la emboscada del sábado, el gobierno de Bamako reiteró su compromiso y el de sus socios "con el irreversible proceso de una paz duradera".

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