Diferencias retrasan el final de la cumbre de potencias sobre Siria

  • Las diferencias públicas entre las posiciones de los países que participan en la reunión del Grupo de Acción sobre Siria, convocada en Ginebra por el mediador internacional para este país, Kofi Annan, están retrasando el final de este encuentro.

Ginebra, 30 jun.- Las diferencias públicas entre las posiciones de los países que participan en la reunión del Grupo de Acción sobre Siria, convocada en Ginebra por el mediador internacional para este país, Kofi Annan, están retrasando el final de este encuentro.

Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, Rusia y China, así como Turquía, y Catar, Irak y Kuwait, por la región árabe, están representados en esta reunión por sus ministros de Exteriores, que deben llegar a un entendimiento sobre el contenido de la declaración pública con la que debería cerrarse este encuentro.

Los ministros han estado en realidad poco tiempo reunidos en plenaria, pues el encuentro empezó al mediodía, con dos horas de retraso, y se suspendió unas dos horas y media después para la comida, ofrecida por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.

Tras esa pausa, los responsables de Exteriores reanudaron su trabajo, pero en un grupo en el que participan sólo los cinco miembros del Consejo de Seguridad de la ONU (EEUU, Reino Unido, Francia, Rusia y China).

Esta reunión ha continuado durante el resto de la tarde, sin que se haya convocado nuevamente a la sesión plenaria.

Miembros de varias comitivas oficiales señalaron que algunos de los ministros debieron haber abandonado Ginebra ya hace algunas horas, pero han retrasado su partida para continuar dialogando.

Las negociaciones se centran en un documento presentado con anticipación por Annan, el enviado especial de la ONU y la Liga Árabe para Siria, que gira en torno a la necesidad de formar en este país un Gobierno de transición y unidad nacional.

Aunque no se menciona explícitamente la salida del presidente Bachar Al Asad, la forma en la que está redactado el documento implica que los dirigentes actuales, responsables del baño de sangre en el que se encuentra sumida Siria, no podrían participar en esa nueva era.

Rusia, que dio a entender que podría apoyar esa propuesta e incluso cedió en su exigencia de que se invitara a esta reunión a Irán -país con importante influencia sobre el régimen de Asad-, ha mantenido en las últimas horas su negativa a lo que considera una solución impuesta desde el exterior.

Fuentes próximas a estas negociaciones han señalado que Rusia ha propuesto celebrar una segunda reunión, para la que ha ofrecido Moscú como punto de encuentro, con la participación de los sirios.

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