Difícil ecuación de gobierno en Eslovaquia tras las legislativas

El primer ministro saliente de Eslovaquia, Robert Fico, se impuso en las legislativas del sábado, pero tendrá difícil formar una coalición de gobierno dada la gran fragmentación del nuevo Parlamento, según resultados casi completos difundidos este domingo.

Fico, líder del partido socialdemócrata Smer-SD, basó su campaña en el rechazo a la acogida de migrantes en el país, que en julio asumirá por seis meses la presidencia rotatoria de la Unión Europea.

Sin embargo, una serie de huelgas de profesores y enfermeras desplazó la campaña hacia otros temas, reduciendo el impacto de la cuestión migratoria.

Tras el recuento del 99% de las papeletas, ocho partidos, entre ellos uno de extrema derecha nacionalista, superan el umbral del 5% necesario para entrar en la cámara, y se reparten sus 150 escaños.

El partido Smer-SD tendrá en principio 49 escaños (y el 28,3% de los votos), lejos de la cómoda mayoría de 83 asientos con que contaba en el Parlamento saliente.

"Es un terremoto", dijo Igor Matovic, líder del partido conservador OLANO-NOVA, citado por la agencia de prensa eslovaca TASR.

Al partido socialdemócrata le siguen los liberales de SaS con 21 escaños, y los conservadores de OLANO-NOVA con 19. En cuarta posición está el partido nacionalista SNS con 15 diputados.

Por su lado, la extrema derecha nacionalista Nuestra Eslovaquia de Marian Kotleba entra por primera vez en el Parlamento, con 14 asientos. El partido cercano a la minoría húngara, Most-Hid, contará en principio con 11 escaños.

Ante este panorama, la formación de un nuevo gobierno podría llevar "semanas o meses", comentó a la AFP un analista político, Samuel Abraham.

Según otro analista, Abel Ravasz, "Fico necesitaría al menos a dos o tres socios para formar una coalición y un gobierno. Por otro lado, se necesitaría una alianza de seis partidos del centro y de derecha para que la oposición actual pueda formar gobierno".

Por su lado, la eurodiputada socialdemócrata Monika Flasikova Benova calificó la entrada de la ultraderecha en el Parlamento como "una gran vergüenza" para Eslovaquia.

"Va a ser un desastre tener a los fascistas en el Parlamento, cuando la República Eslovaca va a presidir la Unión Europea", dijo.

Fico competía en estos comicios por su tercer mandato. Su campaña antiinmigrantes parecía en sintonía con parte de la sociedad, y en su rechazo radical a los refugiados se ha visto apoyado por otros dirigentes de Europa oriental: el jefe del partido en el poder en Polonia, Jaroslaw Kaczynski, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, y el presidente checo Milos Zeman.

Eslovaquia recurrió incluso a la justicia para denunciar un sistema de reparto de migrantes por cuotas, que fue acordado por los países de la UE y que Fico calificó de "fiasco".

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