En su declaración en la Audiencia Nacional

Dina complica la vida a Iglesias ante el juez: "No vi el contenido de la tarjeta"

La exasesora de Podemos dijo en sede judicial que contactó con una empresa para acceder a la SD en 2016 pero los correos son de septiembre de 2017.

Dina Bousselham
Dina Bousselham matizó su declaración de mayo en un escrito de defensa a Iglesias. 
UP

La exasesora de Podemos Dina Bousselham admitió ante el magistrado del caso Villarejo el pasado mes de mayo que ella "nunca" pudo acceder al contenido de la tarjeta que le habrían sustraído en noviembre de 2015. En su declaración en la Audiencia Nacional apuntó en varias ocasiones que no vio los documentos de la SD que le entregó Pablo Iglesias a mediados de 2016 porque estaba dañada, pero sí aclaró que los mismos eran los que se habían publicado en Ok Diario, lo que provocó la reprimenda del magistrado Manuel García Castellón: "Eso es contradictorio con lo que dice ahora. Si sabe usted en definitiva lo que tiene la tarjeta es porque se lo ha comunicado una persona. Ha contestado incorrectamente a lo que le ha preguntado el fiscal", le advirtió el instructor. 

El testimonio que prestó la exasesora de Podemos el pasado 18 de mayo y al que ha tenido acceso La Información, provocó un giro de 180 grados en el caso puesto que dejó abierta la posibilidad de que Iglesias pudiera tener algo que ver con el borrado de la tarjeta, lo que derivó en la retirada de su condición de perjudicado en esta pieza décima del caso Tándem. Aunque Bousselham matizó sus palabras en un escrito enviado después al juzgado en el que descartó que el líder de Podemos estuviera detrás del destrozo, en su declaración de mayo insistió a preguntas del fiscal Miguel Serrano que en ningún momento accedió al contenido de su tarjeta y ello pese a que Iglesias sí la pudo visualizar cuando la recibió en enero de 2016 de parte del entonces presidente del Grupo Zeta, Antonio Asensio. 

En su testifical intervino varias veces el instructor para interesarse exclusivamente por si trasladó a Podemos el asunto del robo "¿A quién se lo dijo en concreto?", preguntó. "A Pablo", respondió ella. El punto clave llegó cuando el juez quiso saber cómo descubrió que la SD era ilegible. Ella contestó que cuando la introdujo en el ordenador "y no funcionaba". García Castellón perseveró en ese punto con especial ahínco: "Si no se puede recuperar nada no significa un simple deterioro que a todos nos puede pasar, sino que puede significar otra cosa. ¿Dónde ha estado seis meses la tarjeta para que esté destruida?" le insistió el juez. "No hay nada más" dijo ella. "Claro que hay algo más. Me parece lo suficientemente grave", replicó el magistrado queriendo saber qué le dijo Iglesias cuando se la devolvió. "¿Se quedaría sorprendida no?". "Pues habrá que preguntárselo a él", respondió Bousselham.

El instructor también se interesó por las acciones posteriores para recuperar los documentos destruidos. "Cuando me entrega Pablo la tarjeta del contenido de mi móvil, él me dice: 'He mantenido la reunión, es confidencial'. Y no me da más detalles. Yo no le he exigido nunca la reunión con el señor", dijo Dina, la cual añadió que prueba de que no podía ver lo que había en el dispositivo es que contactó con una empresa en 2016. Al término de su declaración, el magistrado requirió los correos en cuestión y, tras su entrega a la causa, apuntó que no correspondían con lo manifestado puesto que las comunicaciones datan de septiembre de 2017, de acuerdo con un oficio de Asuntos Internos recogido por este diario. Los agentes plasmaron en su documento que la tarjeta llegó a enviarse a Londres porque la SD estaba tan deteriorada que no podían recuperarla "con técnicas normales", de acuerdo con las conclusiones aportadas por la empresa Recuperación Express. 

Los pantallazos, en manos de terceros

Las respuestas al fiscal abrieron la veda a que otros letrados insistieran en saber cuánto tiempo tuvo Pablo Iglesias en su poder la tarjeta y cuándo avisó a su dueña de que la había recibido. "No me dio explicación y no se la pedí. Me dijo que tenía una tarjeta y me la entregó en el mismo momento", respondió Bousselham. Una tesis que no comparte el magistrado puesto que en el auto por el cual le retiró a Iglesias su condición de perjudicado ya barajó la posibilidad de que la hubiera retenido entre 5 y 39 meses. El juez ampara su hipótesis precisamente en la fecha que se contactó con la empresa Recuperación Express puesto que sostiene que los correos no se enviaron cuando se habría recuperado la tarjeta en verano de 2016, sino en septiembre de un año después. "Existen dudas razonables sobre cuándo se materializa la entrega", dijo en su auto del pasado 25 de mayo. 

Sobre los famosos 'pantallazos' de su móvil que aparecieron publicados en prensa, Bousselham dijo que los había realizado ella misma pero que no recordaba exactamente a qué personas los había enviado. Se trató de un dato nuevo para los investigadores y que llevó al juez a ampliar las posibilidades sobre quien los pudo filtrar. En un primer momento los agentes apuntaron directamente al comisario Villarejo puesto que en su casa se incautaron de una copia del móvil de Bousselham además de información del partido. Sin embargo, su confesión en sede judicial hizo concluir al instructor que si estas capturas estaban en manos de más personas cualquiera podría ser considerado sospechoso de difundirlas, incluido el propio Iglesias.

El avance de las pesquisas llevó a García Castellón a endurecer el tono deslizando que incluso pudo haberla destruido el vicepresidente segundo del Gobierno. "Es probable que este último apunte pueda ser la clave para entender no solo por qué Pablo Iglesias no devolvió la tarjeta a la señora Bousselham sino lo más relevante; el estado en que se la devolvió", sostiene el instructor en referencia al contenido de las capturas, las cuáles recogían conversaciones privadas y comprometedoras entre dirigentes de la formación. Tanto es así que, tras un primer análisis de la Policía Judicial del caso Tándem, el magistrado ha requerido a la Policía científica para que analice la tarjeta con el fin de esclarecer las causas y el momento del destrozo. Tras estas diligencias, podría volver a llamar a declarar a Bousselham, tal y como avanzó en su auto del pasado mes de mayo.

Negocio con la tarjeta

Lo que sí mantuvo Bousselham ante los investigadores en mayo es que podrían haber intentado vender el contenido de la tarjeta desde Grupo Zeta a Iglesias. La exasesora sostiene que es una teoría que sigue sin descartar puesto que cuando Asensio recibe la tarjeta de forma anónima no le contactó a ella sino que llamó a Iglesias. "Sigo pensando que podría tratarse de algo de eso. No me parece lógico que teniendo un contenido privado de mi móvil por qué no se pusieron en contacto conmigo", expuso pese a que luego dijo que Iglesias le trasladó que Asensio se la dio de manera voluntaria. "No lo entiendo", le espetó el abogado que le preguntó por este asunto.  

El avance de la causa provocó que el juez viera conflicto de interés con el hecho de que Iglesias y Bousselham compartieran defensa letrada y le dijo que tenía que cambiar de abogado. Sin embargo, el que ha hecho lo propio ha sido Pablo Iglesias, el cual ha confiado su defensa al abogado Raúl Maíllo. Ella, por su parte, seguirá siendo representada por Marta Flor. La letrada ha saltado a la palestra esta semana después de filtrarse en prensa unos chats privados del equipo legal de Podemos en los que ella da a entender que uno de los fiscales del caso le ha podido revelar información secreta de la causa. Este periódico ya adelantó en enero una carta enviada a la cúpula del partido por el abogado José Manuel Calvente en la que dijo que existió una relación entre esta letrada y uno de los fiscales de Tándem. Calvente acabó siendo expulsado de la formación y denunciado por acoso laboral por Marta Flor.

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