Diputado brasileño acusado de homofobia es blanco de nuevas protestas

  • Diversos movimientos sociales se unieron hoy en una protesta contra el diputado brasileño Marcos Feliciano, un pastor evangélico que preside la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara baja a quien acusan de homofobia y racismo.

Brasilia, 24 abr.- Diversos movimientos sociales se unieron hoy en una protesta contra el diputado brasileño Marcos Feliciano, un pastor evangélico que preside la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara baja a quien acusan de homofobia y racismo.

Según cálculos de la Policía, en la manifestación participaron unos 20.000 miembros de sindicatos, grupos estudiantiles y grupos colectivos de homosexuales que marcharon hasta la sede del Congreso en Brasilia por diversas causas, pero se fundieron en un solo coro que exigió la renuncia de Feliciano.

El diputado fue elegido el pasado 7 de marzo como presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Congreso y desde entonces es objeto de fuertes protestas por sus polémicas opiniones sobre la homosexualidad, la raza negra y otros asuntos.

Durante la marcha de hoy, cuatro personas burlaron la seguridad y llegaron hasta el décimo quinto piso del Congreso, donde desplegaron una enorme bandera con los colores del arco iris que identifican al movimiento homosexual en medio de la algarabía de los manifestantes.

Feliciano ha generado el rechazo de grupos de derechos humanos por sus posiciones contra la homosexualidad, de la cual sostiene que "incita al odio y al crimen".

También asegura, apoyado en sus creencias religiosas, que la raza negra ha sido "maldecida" por Noé y que así "lo dice la Biblia".

Hace tres semanas, lanzó más leña al fuego al afirmar que cuando los Beatles se dijeron "más populares que Jesucristo" y afirmaron que el grupo era "una nueva religión", desafiaron a Dios.

"Eso nunca queda impune", declaró el pastor en un culto de su iglesia, y sostuvo que por esa razón John Lennon fue asesinado con "un tiro en nombre del Padre, otro en nombre del Hijo y otro en nombre del Espíritu Santo".

A las protestas se ha sumado hasta el Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, que hace dos semanas se manifestó contra la permanencia de Feliciano en ese cargo a través de dos de sus despachos.

La titular de la secretaría de Derechos Humanos, María do Rosario Nunes, pidió al Congreso que "encuentre una solución" que conduzca a la renuncia de Feliciano, mientras que el Ministerio de Igualdad Racial consideró "inaceptable" que el pastor ocupe la presidencia de la Comisión de Derechos Humanos.

Pese a las presiones, Feliciano ha dicho una y otra vez que no renunciará al cargo, ya que fue elegido en forma "legítima".

Sin embargo, partidos de izquierda han pedido al Congreso que inicie un proceso con miras a la destitución del polémico pastor, que además de ser acusado de racista y homófobo enfrenta sospechas de estar incurso en irregularidades administrativas.

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