Dispar reacción en el Sudeste Asiático sobre el espionaje de EE.UU.

  • El Sudeste Asiático reaccionó de manera dispar ante las informaciones que apuntan a un posible espionaje de Estados Unidos y Australia en la región, entre la crítica de Indonesia y Malasia y la reacción más tibia en Tailandia, Camboya y Birmania (Myanmar).

Noel Caballero

Bangkok, 1 nov.- El Sudeste Asiático reaccionó de manera dispar ante las informaciones que apuntan a un posible espionaje de Estados Unidos y Australia en la región, entre la crítica de Indonesia y Malasia y la reacción más tibia en Tailandia, Camboya y Birmania (Myanmar).

Las respuesta más contundente la dio el Gobierno indonesio al llamar a consultas al embajador australiano en Yakarta, Greg Moriarty, para responder sobre las acusaciones de espionaje supuestamente realizadas desde unas instalaciones ubicadas en la Embajada de Australia en la capital indonesia.

Moriarty, quien mantuvo una reunión de 20 minutos con el secretario general del Ministerio de Asuntos Exteriores indonesio, calificó de "un buen encuentro" las conversaciones entre ambas partes a la salida del Ministerio, reporta el canal ABC.

Por su parte, el ministro de Exteriores indonesio, Marty Natalegawa, quien se encuentra en la ciudad australiana de Perth para acudir a la cumbre ministerial de la Cooperación Regional del Océano Índico departió sobre el tema con su homologa australiana, Julie Bishop.

Natalegawa indicó que su gobierno se encuentra "obviamente muy preocupado" por las informaciones publicadas ya que "por encima de todo" se trata de un asunto de "confianza" entre los países.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Indonesia emitió anoche una declaración exigiendo a Australia que se le aclarara las informaciones publicadas ayer en el diario "The Sydney Morning Herald" que apuntan a que Australia usa sus embajadas en otros países para recabar información para los servicios de inteligencia.

Los movimientos de presuntos terroristas y traficantes de personas son el foco principal del espionaje australiano en Indonesia, indicaron los medios del grupo Fairfax citando a un exoficial de la inteligencia australiana, que por razones de seguridad no fue identificado.

Indonesia también emitió el miércoles una carta de protesta contra Estados Unidos por el presunto espionaje y seguimiento de llamadas telefónicas y redes de comunicación desde la embajada estadounidense en Yakarta.

"Indonesia no puede aceptar y protesta enérgicamente contra los informes que indican la existencia de instalaciones para escuchas telefónicas en la embajada de EE.UU. en Yakarta", apuntó Natalegawa en un comunicado.

"Si se confirma, estas acciones no solo son una brecha en la seguridad, sino también una grave violación de la ética y normas diplomáticas e indudablemente no es el espíritu para unas relaciones amistosas entre ambas naciones", sentenció el canciller.

"The Sydney Morning Herald" también publicó un reportaje donde localizaba instalaciones para el seguimiento de llamadas telefónicas en las embajadas que el país estadounidense tiene en Bangkok, Kuala Lumpur, Phnom Penh y Rangún, además de la indonesia.

El Gobierno de Malasia "solicitó una aclaración" sobre las acusaciones al embajador estadounidense en Kuala Lumpur, Joseph Kun, según un comunicado del Ministerio malasio de Relaciones Exteriores.

"Las autoridades malasias pertinentes y el Ministerio de Exteriores están trabajando de manera conjunta para encontrar evidencias convincentes sobre las acusaciones", señala el comunicado.

Más timoratos fueron las reacciones de los Gobiernos de Tailandia, quien tildó la publicación como información "sin fundamento", y Camboya, a quien no sorprendió el supuesto espionaje.

"Estados Unidos utiliza una vigilancia electrónica desde hace mucho tiempo. No es ninguna sorpresa para nosotros", comentó Khieu Kanharith, portavoz del Gobierno camboyano.

El Ejecutivo birmano señaló que aún no existen "pruebas sólidas" sobre el espionaje, aunque el portavoz gubernamental, Ye Htut, instó a EE.UU. a "no violar los derechos de las personas e interferir en asuntos de otro país si su seguridad nacional no está bajo amenaza".

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