Tres años sin disturbios inmigrantes: la Policía pone el foco en los antisistema

  • Los últimos altercados importantes se produjeron en 2015 en Roquetas de Mar cuando un joven guineano murió apuñalado.
Contenedores incendiados en Lavapiés
Contenedores incendiados en Lavapiés
EFE

Los disturbios de Lavapiés han puesto en el punto de mira la situación de la población inmigrante que se encuentra de manera irregular en España, así como la actuación policial para restaurar el orden, que se ha saldado con seis detenidos y una veintena de heridos. A pesar de lo dramático de lo ocurrido, las imágenes, en las que se ha visto cómo se arrojaban piedras y sillas han provocado que se magnifique el conflicto. Así opinan fuentes policiales que, sin querer restar importancia a lo sucedido, califican los hechos como algo "puntual" y "poco habitual en España" donde no suelen producirse este tipo de altercados, "al menos desde los tiempos duros de la kale borroka".

"Lo sucedido en Lavapiés es un hecho aislado.  Hace años que no se produce un conflicto así, y menos en el que esté involucrada la población inmigrante. Salvo en las zonas fronterizas de Ceuta y Melilla por circunstancias muy diferentes a las ocurridas en Madrid. De hecho, los últimos conflictos graves fueron en 2015 y 2008 en Roquetas de Mar tras la muerte de dos inmigrantes o en 2000 en el Ejido, donde fue la población española quien inició la pelea. Es muy probable que quienes iniciaron los disturbios ni siquiera fueran estos migrantes, sino jóvenes antisistema que se movilizaron a través de las redes sociales. Cuando estos grupos están involucrados sí suelen ser más habituales este tipo de disturbios. Basta con recordar lo sucedido tras las manifestaciones de Madrid durante las marchas por la dignidad o cuando hay radicales involucrados, sobre todo en el contexto de partidos de fútbol", continúan estas fuentes.

En este sentido, el director general de la Policía, Germán López Iglesias, reafirmado que algunos radicales "se pudieron aprovechar" de este suceso."Son sucesos desagradables y en España no estamos acostumbrados a que se nos pueda revolver la gente en un momento determinado de esta forma. Seguramente ha sido una cosa fortuita [la muerte del joven senegalés] pero a partir de ahí quizá se desproporciona la situación y hay gente que la aprovecha para de alguna manera radicalizarse y decir lo que piensa a través de esos hechos desagradables. Todo hecho de este tipo, no solamente por lo que pasó anoche sino cualquier concentración de ciudadanos, requiere una presencia policial, pero habiendo pasado lo que anoche sucedió la Policía estará mucho más atenta e intentaremos que no se desproporcione ni haya ningún acto del que nos podamos arrepentir después", ha apuntado.

Baja tasa de criminalidad

Además, según continúan estas fuentes, la población senegalesa en España tiene una tasa muy baja de delincuencia. Tal y como se desprende de los últimos datos disponibles del Ministerio del Interior, en 2016 se practicaron 367.936 detenciones. De ellas, solo 1.818 correspondieron a ciudadanos senegaleses, esto es, el 0,4%. "Hay que evitar a toda costa que se criminalice a una población que, probablemente, no sea la causante de unos disturbios cuyas imágenes se han magnificado por el tipo de calle donde se han producido". Así, detallan, las características de Lavapiés, en el centro de una ciudad, con calles estrechas y apenas aceras, hace mucho más difícil una intervención policial y multiplica sus efectos, al ser más complicado dispersar a la población.

"Sucedía algo similar en el norte, cuando se producían disturbios con la kale borroka. Al suceder, casi siempre, en los cascos viejos de las ciudades, hacía más complicada la intervención policial. Siempre que se actúa en estas circunstancias es importante dar una salida a la gente. Y esa salida debe ser amplia y segura. No se debe cercar ni acorralar a nadie. En este tipo de calles la gente tiende a sentirse aprisionada y bien se producen heridos durante la huida, bien se intensifica la violencia al sentirse atrapados. El modus operandi que se vio ayer, no obstante, no era de un grupo de personas que 'la lían' espontáneamente. Estaban organizados y sabían lo que hacían. Esa forma de actuar la hemos visto más veces", comentan.

En este sentido, desde la Policía se esta llamando a la calma y pidiendo que no se aproveche la trágica muerte del joven senegalés para dejarse llevar por la violencia. "Que tengan por seguro que habrá una investigación sobre las causas de la muerte. Solo esperamos que impere la calma y el diálogo y que no se dejen arrastrar por quien está utilizando la muerte de este chico. Los disturbios solo hace más daño, enquistan las situaciones y perjudican a los comercios de la zona, que ahora tendrán que hacer frente a numerosos destrozos. En Lavapiés viven un total de 44.268 personas, de las cuales 10.998 son extranjeras. Siempre han sido un ejemplo de convivencia. Que no dejen de serlo ahora", concluyen.

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