División en la ONU ante investigación de posibles ataques químicos en Siria

  • El Consejo de Seguridad de la ONU volvió a mostrar hoy su profunda división ante el conflicto en Siria al no ser capaz de ponerse de acuerdo para pedir que se investigue de forma independiente el posible uso de armas químicas en ese país.

Emilio López Romero

Naciones Unidas, 20 mar.- El Consejo de Seguridad de la ONU volvió a mostrar hoy su profunda división ante el conflicto en Siria al no ser capaz de ponerse de acuerdo para pedir que se investigue de forma independiente el posible uso de armas químicas en ese país.

Francia y otros países del Consejo intentaron sin éxito pedir al secretario general, Ban Ki-moon, que forme una misión neutral para investigar tanto las denuncias del régimen como las de la coalición opositora, una petición a la que se opuso frontalmente Rusia.

"No entiendo la reacción de mi colega ruso (el embajador Vitaly Churkin). No entendemos por qué ha respondido de forma tan agresiva. Lo que pedimos es que se investiguen los dos incidentes, no solo uno", dijo ante la prensa el embajador francés, Gérard Araud.

Previamente, el embajador ruso había dicho a los periodistas que la propuesta de Francia y otras potencias occidentales, incluido EE.UU., formaba parte de la "propaganda" para intentar "retrasar" la investigación solicitada por Damasco.

El régimen de Bachar al Asad acusa a los rebeldes sirios de haber lanzado este martes proyectiles con sustancias químicas en la provincia de Alepo, en un ataque que habría causado la muerte de al menos 25 personas.

Por su parte, la Coalición Nacional Siria (CNFROS), la principal agrupación opositora, acusó hoy al régimen de ese ataque en Jan Asal y de otro similar con armas químicas en Ataiba, en la periferia de Damasco.

El embajador adjunto de Reino Unido ante la ONU, Philip Parham, confirmó que el Consejo recibió informes sobre un "inquietante" posible uso de armas químicas en Siria y dijo que "la mayoría" de países apoyaba pedir a Ban una investigación "rápida y completa".

"La oposición habla de dos casos, uno a las afueras de Damasco y otro en Alepo, mientras que el Gobierno solo habla de Alepo y se lo atribuye a los rebeldes", dijo Parham, quien advirtió que de ser ciertas las informaciones "seria muy grave".

El diplomático británico reiteró que los hechos "no están claros" y hace falta que se "clarifiquen", mientras que su colega francés consideró "justo" que se investiguen "ambas denuncias" y dijo que "no tiene sentido" que Rusia se oponga.

Antes de la reunión del Consejo, el embajador sirio ante la ONU, Bashar Jafaria, anunció que su país había pedido a Ban una "misión técnica, especializada, independiente y neutral" para investigar el "uso de armas químicas contra civiles por los grupos terroristas".

Posteriormente, la oficina del portavoz de la ONU, Martin Nesirky, confirmó en un escueto comunicado que la Secretaría General había recibido esa "petición formal" de las autoridades sirias y que se estaba "estudiando".

El diplomático sirio indicó después que la solicitud de Francia y otros países era una maniobra que busca "torpedear" la petición de su gobierno, y recordó que en diciembre pasado ya denunciaron que se intentaría acusar a su gobierno de usar armas químicas.

"Buscan una intervención internacional e interferir en nuestros asuntos internos", añadió el embajador, quien ante las preguntas de los periodistas respondió no tener constancia de que se hubiera producido un ataque con armas químicas en la periferia de Damasco.

El Ministerio de Exteriores sirio envió hoy dos misivas al Consejo de Seguridad y a la Secretaría General en las que acusa a "terroristas armados" del norte de Siria de haber lanzado "un misil contra el área de Jan al Asal, en Alepo".

Según el régimen, al estallar el proyectil se desató una densa humareda que causó desmayos entre los ciudadanos que respiraron esos gases y que ocasionó la muerte de 25 civiles y heridas a 100, entre los que hay soldados.

Por su parte, la Coalición Nacional Siria acusó al régimen de ese ataque y de otro similar en la periferia de Damasco, que dejó al menos 19 civiles muertos y 69 heridos, y pidió que investigadores internacionales lleven a cabo pesquisas sobre el terreno.

La ola de protestas que comenzó hace dos años en Siria ha dado paso a una cruenta guerra civil, con más de 70.000 muertos, según la ONU, un millón de refugiados y un final difícil de vislumbrar ante los fracasados intentos de mediación internacional.

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