Dos años para el yihadista que reclamaba un califato desde ordenadores de la UNED

  • Negó toda vinculación con el yihadismo en su declaración ante el tribunal y de hecho, dijo que ni siquiera era musulmán practicante.
El momento de la detención de Kamal Joao Carlos Luzito en junio de 2014 (EFE)
El momento de la detención de Kamal Joao Carlos Luzito en junio de 2014 (EFE)

La Sección Cuarta de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha condenado a dos años de cárcel, cinco de libertad vigilada y nueve de inhabilitación absoluta a Kamal Joao Carlos Luzito, el yihadista que quería montar un califato en 'Al-Andalus', por enaltecimiento del terrorismo: Se conectaba a las redes desde los ordenadores de la UNED y tomaba fotos de edificios de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en Huelva, donde vivía.

El tribunal, que juzgó a Luzito el pasado 17 de diciembre, da por probado que estuvo compartiendo en su perfil de Facebook "comentarios a favor del yihad violento" desde el último trimestre de 2013 y hasta mediados de 2014, periodo además en el que accedió a un foro prolijo en este tipo de contenidos.

En ese foro, se conectaba a un espacio dirigido a muyaidines donde se difunden "manuales de captación, información relacionada con la preparación de actos terroristas y de alabanza a sus líderes", donde estuvo publicando "mensajes en favor de la comisión de actos terroristas solicitando para ello ayuda personal, militar o económica".

"Yo quiero dinero para luchar contra enemigos del Islam en el Al Andalus para recuperar la civilización musulmana", "Quiero crear una fuerza islámica en Al Andalus para ayudar a los muyahidines y musulmanes a crear un califato" o "Necesito armas modernas para para enfrentarme al reto en Al Ándalus", fueron algunos de sus mensajes.

Desde la sede de la UNED

Da por probada la Sala también que para conectarse a internet y llevar a cabo esta actividad, el acusado utilizaba los ordenadores de la sede de la UNED en Huelva, donde vivía con sus padres, así como el portátil de un amigo y zonas de wifi públicas, su propia red y la de alguna vecina.

No era su única actividad. En la entrada y registro de su domicilio la Guardia Civil encontró una cámara de fotos y un archivo con imágenes que él mismo había tomado de edificios de la Benemérita  y Fuerzas Armadas en Huelva. Atesoraba también un vídeo con la destrucción de una base estadounidense en Afganistán y archivos encriptados sobre la confección de un artefacto explosivo.

Él negó toda vinculación con el yihadismo en su declaración ante el tribunal y de hecho, dijo que ni siquiera era musulmán practicante. Sin embargo, la Sala considera que se ha acreditado con la prueba practicada "la intolerancia del acusado hacia todo aquel que no comulgue con sus ideas radicales y en favor de la yihad violenta".

En la misma línea, sentencia que se ha probado "la absoluta carencia de respeto y tolerancia a otras ideas distintas a aquella" en el procesado, así como que "sus mensajes son serios, violentos, agresivos, contundentes, acerca de la necesaria aniquilación del enemigo y la victoria del yihad y su determinación es clara y repetitiva" pues "lo que quiere y proclama es atacar y aniquilar a los no creyentes".

"Con estos elementos, no cabe duda de que la correcta tipicidad de los hechos objeto de acusación se corresponden al delito de enaltecimiento", concluye la Sala, frente al Ministerio Fiscal, que pedía esta como pena alternativa porque a priori consideraba que se trataba de un delito de autoadoctrinamiento por el que debía ser condenado a cuatro años.

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