Dura campaña electoral en Taiwán, que decide su futura relación con China

  • Taiwán está envuelta en una reñida campaña electoral, bajo la atenta mirada de China y EEUU, en la que está en juego la continuación o ruptura con la política de acercamiento económico y social que ha llevado a cabo el actual presidente Ma Ying-jeou.

Francisco Luis Pérez

Taipei, 28 dic.- Taiwán está envuelta en una reñida campaña electoral, bajo la atenta mirada de China y EEUU, en la que está en juego la continuación o ruptura con la política de acercamiento económico y social que ha llevado a cabo el actual presidente Ma Ying-jeou.

La principal alternativa a Ma, que busca la reelección en los comicios presidenciales y parlamentarios del 14 de enero, es la presidenta del Partido Demócrata Progresista (PDP), Tsai Ing-wen, una independentista moderada, que quiere frenar el acercamiento isleño a China y se presenta como el cambio a favor de mayor eficiencia y equidad social.

"Las políticas de Ma ponen en peligro la soberanía", es uno de los principales argumentos de Tsai en esta campaña.

El tercer candidato en discordia en el ex dirigente del gobernante Partido Kuomintang (KMT) James Soong, que va muy detrás en los sondeos, pero que puede restar votos a Ma, en estos comicios en los que se predice un final tan reñido que necesitará de "foto finish".

La campaña es muy intensa y está marcada por el tema de China, la economía y las descalificaciones a la integridad de los candidatos, con el telón de fondo de China y Estados Unidos.

"China está interviniendo y no es muy oportuno el momento del anuncio de que Estados Unidos va a conceder exención de visado a los taiwaneses", dicen portavoces de la campaña de Tsai, que señalan que Ma está utilizando el tema de los visados para hacer propaganda de sus políticas.

A Tsai se la ha acusado de favorecer la creación de una empresa de biotecnología Tai Med, cuando estaba en el gobierno del entonces presidente Chen Shui-bian (2000-2008), y de luego hacerse con la presidencia de esa empresa y beneficiar a su padre con inversiones, pero las supuestas pruebas presentadas no son concluyentes.

A Ma se le imputa haber recibido fondos de un banco favorecido en una fusión y de haberse entrevistado con un personaje tildado de mafioso y de gestor de apuestas ilegales sobre las elecciones, pero también sin pruebas concretas.

En el espinoso tema de los lazos con China, Tsai quiere una defensa más activa mientras Ma asegura que la preservará y promete no negociar con China ni la unificación ni un tratado de paz, y no declarar la independencia formal.

El actual presidente dice ser el mejor interlocutor con China y quien puede lograr mejores condiciones económicas y mayor espacio internacional para la isla, como lo muestran su participación en la Organización Mundial de la Salud y el haber recibido exención de visados en la mayor parte del mundo, incluida la Unión Europea y próximamente Estados Unidos.

En el campo económico, Tsai busca convencer a los taiwaneses que el actual gobierno favorece a "los ricos", que la brecha entre ricos y pobres está aumentando y que las políticas económicas muestran datos macroeconómicos positivos, pero que la gente está cada vez peor.

Los empresarios isleños, que en su mayor parte tienen inversiones o negocios importantes en China, prefieren que Ma se mantenga en el poder, como muestra un reciente sondeo de la revista "CommonWealth", en la que el 63,2 por ciento de los emprendedores entrevistados apoya las políticas hacia China de Ma, más de la mitad apoya su reelección y sólo el 5,8 por ciento apoya a Tsai.

Recientes encuestas de la cadena de televisión TVBS muestran que la candidata opositora cuenta con más simpatía entre los electores que el actual presidente, ya que la apoya un 43 por ciento frente al 29 por ciento en contra.

Mientras, Ma gusta sólo al 42 por ciento y es rechazado por un 34 por ciento de los sondeados.

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