Ecuador afirma que Berlín "tomó nota" de sus quejas en contencioso por Yasuní

  • El ministro ecuatoriano de Exteriores, Ricardo Patiño, afirmó hoy que su homólogo alemán, Guido Westerwelle, "tomó nota" de su malestar por el rechazo de Berlín al proyecto medioambiental del Yasuní-ITT e insistió en que su país "no pide caridad", sino que "ayuda a preservar la biodiversidad".

Berlín, 13 oct.- El ministro ecuatoriano de Exteriores, Ricardo Patiño, afirmó hoy que su homólogo alemán, Guido Westerwelle, "tomó nota" de su malestar por el rechazo de Berlín al proyecto medioambiental del Yasuní-ITT e insistió en que su país "no pide caridad", sino que "ayuda a preservar la biodiversidad".

"El Ecuador no pide un favor, sino que está ofreciendo al mundo ayudar a cuidar el medioambiente y está renunciando a una importante cantidad de dinero", indicó el canciller ecuatoriano, respecto a la iniciativa ecuatoriana de no explotar el petróleo de una parte de la Amazonía a cambio de una contribución económica internacional.

Más allá de las disonancias suscitadas entre Berlín y Quito por el no alemán a contribuir al proyecto, Patiño mostró en su visita a Berlín sus "quejas" por unas declaraciones del ministro de Cooperación y Ayuda al Desarrollo, Dirk Niebel, recriminando a Italia su aportación al Yasuní-ITT.

"Es inamistoso por parte del señor Niebel haber reprochado al gobierno italiano que haya decidido participar en el proyecto", afirmó Patiño, para añadir que abordó la cuestión con el ministro Westerwelle, en un encuentro mantenido ayer.

"Fue un diálogo absolutamente cordial y grato, quiero destacarlo", aseguró el canciller, en el curso del cual su homólogo "tomó nota" del malestar y se ofreció a transmitirlo a su gobierno.

"El Ecuador no quiere pedir ayuda, no quiere pedir caridad, ni solidaridad", insistió, sino proteger la biodiversidad "que no es del Ecuador, sino del mundo".

Según Patiño, en su diálogo "cordial" con Westerwelle quedó perfectamente claro que ambas partes "vemos perspectivas de fortalecimiento de las relaciones bilaterales", tanto en el plano económico como político.

En unas declaraciones al semanario "Der Spiegel", Niebel recriminó al gobierno italiano apoyar ese proyecto, en lugar de concentrarse en sanear sus cuentas públicas.

El ministro ratificaba que Alemania no participará, porque "yo no pago por que algo no se haga" y dijo que hacerlo implicaría crear "un precedente de consecuencias imprevisibles".

"Es inadmisible que el ministro de Cooperación reproche al gobierno italiano haber aceptado el reto de participar en el proyecto", dijo hoy Patiño, quien además recalcó que Roma no ha comprometido una aportación económica, sino el canje de deuda.

El canciller ecuatoriano expresó asimismo su confianza en que, a pesar del rechazo del gobierno alemán, haya una respuesta de signo contrario de la sociedad civil.

"Nos hemos dado cuenta de que hay que recurrir a la conciencia de la sociedad civil, no solo a los gobiernos", dijo, para destacar la importancia de que sean partidos políticos y organizaciones medioambientales quienes impulsen su iniciativa.

El disenso respecto al Yasuní marcó la agenda política de la visita de Patiño, quien además de reunirse con Westerwelle -del cogubernamental Partido Liberal (FDP), como Niebel- participó hoy en un encuentro con empresarios alemanes en la Asociación de la Industria y las Cámaras de Comercio Alemanas (DIHK).

El proyecto fue lanzado en 2007 por el presidente Rafael Correa, con el objetivo de que la comunidad internacional sufragase un fondo para que Ecuador preservase intacta la reserva y no explotase sus yacimientos petrolíferos.

El parque, creado en 1979 y declarado Reserva Mundial de la Biósfera diez años más tarde, abarca 982.000 hectáreas de la cuenca del alto Napo.

Ecuador aspira a una contribución internacional de al menos 3.500 millones de dólares para no extraer el petróleo y evitar la emisión de 410 millones de toneladas de dióxido de carbono.

La iniciativa ha obtenido por ahora 50 millones de dólares, de los cuales 46 millones provienen del canje de deuda de Ecuador con Italia, y el resto principalmente de aportaciones de Chile, Perú, España y Colombia.

Alemania anunció en un principio su respaldo, pero a principios de este año lo retiró, por los recelos de Niebel a la viabilidad del proyecto y dentro de su línea de reestructurar su departamento y recortar partidas presupuestarias.

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