EE.UU. acusa a cinco militares chinos de ciberespionaje industrial

  • El Gobierno de Estados Unidos imputó hoy a cinco militares chinos de una unidad secreta de "hackers" por haber hecho espionaje industrial de empresas estadounidenses de los sectores energético, aluminio o el acero con la intención de ayudar a los competidores del país asiático.

Jairo Mejía

Washington, 19 may.- El Gobierno de Estados Unidos imputó hoy a cinco militares chinos de una unidad secreta de "hackers" por haber hecho espionaje industrial de empresas estadounidenses de los sectores energético, aluminio o el acero con la intención de ayudar a los competidores del país asiático.

Por primera vez, Estados Unidos se decide a dar el paso y acusar formalmente a miembros del Ejército de Liberación Popular chino, en concreto a expertos de la secreta "Unidad 61398", con sede en Shangai y encargada supuestamente de infiltrarse en las redes informáticas de empresas estadounidense.

El fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder, dijo hoy en una rueda de prensa que "el rango de secretos comerciales y otro tipo de información empresarial sensible robada es importante y obliga a una respuesta decisiva".

Los afectados son cinco empresas líderes en los sectores de la energía nuclear, renovables y producción de acero y aluminio: Westinghouse Electric, las filiales estadounidenses de la alemana SolarWorld, U.S. Steel, Alcoa, Allegheny Technologies, y el sindicato United Steelworkers, el mayor del sector del acero.

El documento de cargos imputa a Wang Dong, Sun Kailiang y Wen Xinyu con la responsabilidad material de los hechos y a Huang Zhenyu y Gu Chunhui con el mantenimiento de la infraestructura utilizada en las operaciones de infiltración electrónica.

Los 31 cargos presentados en el estado de Pensilvania contra estos militares chinos conllevan penas máximas de prisión que van desde los 10 a 15 años, por los cargos más graves de "robo de secretos comerciales" y "espionaje económico", respectivamente.

Según Holder, el Ejército chino "accedía sin autorización a los ordenadores de las víctimas para robar información que fuera de utilidad para sus competidores en China, incluidas empresas estatales".

"Robaron secretos comerciales para beneficiar particularmente a compañías chinas en el momento de la sustracción. En otros casos, robaban comunicaciones internas y sensibles que aportar a un competidor o a un adversario en un litigio con información sobre la estrategia y la vulnerabilidad de la entidad estadounidense", añadió el fiscal general.

El fiscal federal del distrito de Pensilvania Occidental, David J. Hickton, aseguró que el coste en investigación y desarrollo vulnerado asciende a "miles de millones de dólares" y "se han perdido empleos estadounidenses" a raíz de la competencia desleal de las empresas chinas respaldada por las acciones del espionaje militar.

Los "hackers" accedieron desde 2006 a datos como el diseño industrial de una planta nuclear que Westinghouse iba a construir con un socio chino, a comunicaciones de un litigio sobre la competencia desleal china en placas solares o disputas internacionales en el sector del acero.

En casos como el de Allegheny Technologies, uno de los acusados obtuvo las credenciales de acceso de "virtualmente todos los empleados de la compañía".

"En el pasado, China nos desafió a ofrecer pruebas claras de los casos de pirateo informático que puedan presentarse ante un tribunal. Bueno, ahora las tenemos", advirtió John Carlin, el fiscal del FBI encargado de la división de Seguridad Nacional.

"Que quede claro, esta conducta es criminal y no es la que se espera de una nación responsable y que sea tolerable en la comunidad económica global", aseguró Holder, quien recordó que EE.UU. no realiza espionaje electrónico para beneficiar a sus empresas.

Los acusados serán procesados por los tribunales federales del estado de Pensilvania, pero al no encontrarse en este país y ante la improbabilidad de que los entreguen, no parece que esos cinco militares chinos tengan que vérselas con un juez norteamericano.

"Esperamos que el gobierno chino coopere y demuestre que respeta el imperio de la ley. Pondremos todos los medios para que estos individuos comparezcan ante los tribunales federales", aseguró el fiscal general.

No obstante, China no parece muy dispuesta a hacer cumplir las peticiones de extradición de Washington, ya que nada más anunciarse la imputación de los militares, Pekín denunció que los cargos "están basados en falsedades y violan gravemente las normas básicas que gobiernan las relaciones internacionales".

Además, el Gobierno chino anunció la suspensión inmediata del diálogo con Estados Unidos en seguridad cibernética.

El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, dijo hoy que es necesario que ambas potencias desarrollen "reglas" claras sobre el espionaje "y las sigan", y aseguró que EE.UU. está "comprometido a desarrollar una relación productiva y constructiva con China" y a trabajar con ese país "para evitar que esta actividad continúe".

Las primeras supuestas pruebas de la acciones de la "Unidad 61398" las presentó a comienzos del año pasado la empresa estadounidense de seguridad en internet Mandiant, que detalló el "modus operandi" de este equipo.

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