EE.UU. devuelve a Francia un cuadro de Camille Pissarro robado en 1981

  • Estados Unidos devolvió hoy a Francia un cuadro del pintor impresionista francés Camille Pissarro (1830-1903) robado en 1981 de una galería del país europeo, según anunció la Fiscalía Federal del Distrito Sur de Nueva York.

Nueva York, 25 ene.- Estados Unidos devolvió hoy a Francia un cuadro del pintor impresionista francés Camille Pissarro (1830-1903) robado en 1981 de una galería del país europeo, según anunció la Fiscalía Federal del Distrito Sur de Nueva York.

La obra, titulada "Le Marché", fue entregada al embajador galo en EE.UU., François Delattre, durante una ceremonia celebrada en el Museo Kreeger de Washington.

El cuadro fue confiscado hace dos años por la oficina del fiscal federal después de que un juez de Manhattan concluyera que fue introducido ilegalmente en Estados Unidos a principios de los años ochenta.

"Los traficantes internacionales de arte robado amenazan la capacidad de preservar los tesoros culturales para las generaciones futuras", señaló el fiscal federal, Preet Bahrara.

"Es muy gratificante haber ayudado a que esta obra regrese a su hogar legítimo después de tantos años", añadió en un comunicado remitido por la Fiscalía.

El cuadro de Pisarro fue sustraído en 1981 de una galería de la ciudad de Aix-les-Bains, al sureste de Francia, por el famoso ladrón de obras de arte Emile Guelton, quien se llevó la pieza escondida bajo su chaqueta junto a otra obra del maestro impresionista Renoir.

Cuatro años después Guelton se puso en contacto con Jay Adelman, el dueño de un pequeño museo en San Antonio (Texas, EE.UU.), para vender el cuadro por 8.500 dólares a Sharyl Davis, una pintora que por aquel entonces ocupaba un espacio en la misma galería.

Davis luego propuso en 2003 a la casa Sotheby's subastar la obra por entre 60.000 y 80.000 dólares.

Pero antes de la puja las autoridades francesas localizaron a Guelton, cuyo nombre incluso aparecía en el catálogo, y éste confirmó que él había vendido el cuadro a Adelman, y la identidad del ladrón fue confirmada por un antiguo vigilante del museo galo.

Entonces comenzó un largo proceso judicial en el que Francia logró su objetivo de que el cuadro fuera primero confiscado y finalmente devuelto tras demostrar que fue introducido de manera ilegal en Estados Unidos.

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