Victoria Nuland visitó la zona

EEUU tuteló el cambio de España sobre el Sáhara tras 'cortejar' a Argel y Rabat

La UE avala el interés de la Casa Blanca por acercar posturas con los países del Sahel para evitar que Rusia aumente su influencia en la zona en plena ofensiva por reducir a dependencia europea del gas de Putin.

Victoria Nuland y Lamamra
La subsecretaria de EEUU, Victoria Nuland, y el ministro argelino de Exteriores, 
Ramtane Lamamra.
L. I.

El Gobierno español puso toda la maquinaria de Exteriores a trabajar para dar un giro radical a la postura oficial sobre el Sáhara a finales del año pasado, tras la visita que hizo a la zona la subsecretaria de Estado para Asuntos Políticos de EEUU, Victoria Nuland, ante el preocupante amento de la inestabilidad en el Mediterráneo y la necesidad de garantizarse unas buenas relaciones con Marruecos, en ese momento enfrentado a España, y Argelia, a la que siempre se ha colocado bajo la influencia rusa. Apenas tres días después de conocerse el cambio de postura español, fuentes diplomáticas y empresariales que operan en ese área aseguran que el refrendo español al planteamiento marroquí para considerar al Sáhara como un territorio autonómico dentro de la soberanía del país alauita, no ha sido provocado de forma directa por la guerra de Ucrania ni responde a las tensiones energéticas que se han generado en la zona por el conflicto, sino que es un proceso meditado en el que ha marcado el paso EEUU avalado por la Unión Europea, para evitar que se provocara un distanciamiento mayor de Occidente con los países del Sahel. 

Una vez iniciada la guerra en Ucrania, los analistas y los lobbies que operan en Bruselas constataron una mayor presión de la Administración Biden sobre las autoridades comunitarias, en busca de una mejora de las relaciones entre España y Marruecos, tanto por el propio interés estratégico norteamericano,  como por la necesidad de mantener la estabilidad para las empresas que operan en ese escenario. Una vez consolidadas las buenas relaciones de EEUU y el Reino alauí en los últimos años, la subsecretaria Noland se entrevistó con el ministro de Exteriores argelino en el mes de septiembre pasado, ante el interés de alinear los intereses del eje entre Rabat, Argel y El Cairo, a pesar de su enfrentamiento histórico, un proceso en el que la postura de España e Italia, como socios europeos 'aliados' con más intereses en la zona es fundamental para la Casa Blanca. 

Fuentes comunitarias aseguran que Estados Unidos y la Unión Europea consideran "una necesidad" que Marruecos y Argelia mejoren sus relaciones y acaben con la tensión histórica que mantienen en la zona. El país alauita se abstuvo en la votación de la ONU a la hora de condenar el conflicto ucraniano, pero su importancia es capital a la hora de modular la inmigración hacia el Viejo Continente y el control del terrorismo yihadista que realizan sus servicios de inteligencia. De otro lado, Argelia es la clave para estabilizar todo el área del Sahel y aprovechar los grandes recursos naturales que ofrece en plena ofensiva europea contra la dependencia energética de Rusia. 

Del gas a la cumbre de la OTAN

Tanto el ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, como la propia vicepresidenta económica, Nadia Calviño, se han afanado en garantizar que el suministro de gas de Argelia esta asegurado porque las relaciones con aquel país son estables a pesar del 'affaire' marroquí, si bien fuentes diplomáticas argelinas han denunciado durante todo el fin de semana en los medios locales del país "esta segunda traición histórica a la causa saharaui que socava gravemente la reputación y la credibilidad de España como miembro de la comunidad internacional".  

La cadena de malentendidos sobre el anuncio de la postura española, que fue detonado por Rabat una vez que recibió la carta del ministro Albares con la constatación del nuevo posicionamiento, ha generado un malestar en el Gobierno argelino que será muy difícil de superar a corto plazo por la Administración española. Por más que la llegada del gas no esté en peligro, sobre todo por las relaciones societarias entre la argelina Sonatrach y la española Naturgy en el gasoducto Medgaz, en el mercado energético se considera poco probable, por ahora, un aumento del suministro hacia España al hilo de las necesidades europeas, que tras el agravio con Marruecos se realizaría ahora a través de la conexión con Italia.  

Tampoco se descarta que desde la empresa pública argelina que controla la mayoría del gasoducto se ponga la proa a la parte española y, frente a futuras bajas de precios con contratos a largo plazo que pretende España y la UE, se antepongan "problemas técnicos" de todo tipo para mantenerlos altos. A todo ello se unen las reticencias que los responsables del gas argelino han tenido siempre frente a la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, por su empeño en desarrollar las energías renovables a toda costa y hacer de menos al gas y los combustibles fósiles. 

Del lado más positivo, todos los analistas han destacado el avance que debería suponer esta nueva postura española en las relaciones de España con EEUU, toda vez que el nuevo presidente Biden ha ninguneado ya en varias ocasiones a Pedro Sánchez frente a otras potencias europeas, como Alemania y Francia. Esa nueva etapa con EEUU a partir de la alianza con Marruecos se considera clave para que la próxima cumbre de la OTAN en Madrid, en el mes de junio, sea un éxito. Mientras esa cita se prepara desde Moncloa, la oposición política exige que Sánchez y Albares expliquen todos los detalles de su nueva postura en el Congreso de los Diputados, sobre todo para que en el mes de junio quede muy claro ante los marroquíes que Ceuta, Melilla y las Islas Canarias son territorios europeos también protegidos por la OTAN.  

 

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